Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

NOCHES CON LOS ROMANISTAS.
gatorio, sino tan sólo un infierno, sentía en su alma
que no había esperanza alguna para él: que habia
creído siempre que por medio de los sufrimientos del
purgatorio y por las misas que dijeran por su alma,
podria expiar sus muchos pecados y así salvarse al fin;
pero que ya no podía creerlo más. — ¡No hay purgatorio!—exclamó
— ;se me ha quitado para siempre esta
esperanza, y no me queda más que el infierno!—Pronunció
aquellas palabras espantosas con una voz tan
solemne, que me aterraron.
Le hablé, pues, con la mayor dulzura y simpatía,
recordándole que cuando les habia dicho que no habia
purgatorio, les habia advertido al mismo tiempo,
que había otro medio infinitamente más poderoso y
efectivo para limpiar los pecados ántes de la muerte.
—Si, sí—exclamó—la sangre de Jesús: «La sangre
de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.»
Estas son las mismas palabras que usted leyó en la
Biblia, y que penetraron en lo más íntimo de mi corazón.—Añadió
que esta era la segunda cosa que tenia
presente en su imaginación.—Usted me quitó toda
esperanza, quitándome el purgatorio; pero la hizo renacer
luego, y la elevó á un grado tan sublime, habiéndonos
de la sangre de Jesús.
Esto dio origen á una larga conversación.
III. A fin de entender plenamente lo que pasó entre
los dos, será del caso exponer aquí la
doctrina de
la iglesia romana respecto del purgatorio. Es la siguiente:
se enseña que hay un Cielo y un In6erno, el
primero para la eterna felicidad de los justos, el segundo
para la miseria eterna de los malos. En esta
parte, la creencia de la iglesia
romana es idéntica á