Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

EL CAPÍTULO SEXTO DE SAN JUAN. 225
mente para todos, que es la comida espiritual, es decir,
la comida por la fe, ir por la fe á Cristo y morar
con Él. De lo contraiio seria necesario negar que muchos
se salvan sin esa comunión sacramental, y que
se pierden muchos de los que la hacen.
La clave, que nos abre el verdadero sentido de las
palabras de Jesús, se halla en el versículo 35,
dice: «El que á mí viene, no teudrá hambre,
donde
y el que
en mí cree, nunca tendrá sed.» ¿Cómo se quita el
hambre? comiendo: Jesucristo dice: «El que á mí viene,
no tendrá hambre;» luego comeremos á Jesucristo,
cuya comida nos quitará el hambre, viviendo en Él, es
decir, por la fe. ¿Cómo se quita la sed? bebiendo: y
Jesucristo dice: «El que en mí cree, no tendrá más
sed:» luego creer en Jesucristo es beber: luego la bebida
que Jesucristo nos manda, es la fe en Él.
VIL Por último, ¿quiere la iglesia romana que
tomemos literalmente las palabras de Jesucristo? Entonces
no prive á sus fieles de la participación del
cáliz, pues la letra es esta: «De cierto, de cierto os
digo que si no comiereis la carne del Hijo del hombre
y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.» La
condición que Jesucristo puso para que el hombre tenga
vida eterna, es ésta: comer su carne y beber su
sangre: si falta alguna parte de la condición, Jesucristo
no se creerá obligado á cumplir su promesa.
Por consiguiente prohibir á los legos la participación
del cáliz, es quitarles toda esperanza de vida eterna.
.Además, si tomamos á la letra el discurso de Jesús,
resulta el
gran inconveniente de que, si en una parte
se dice que el pan se convierte en el cuerpo de Cristo,
en otra se diría que Cristo se convierte en pan.
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