Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

EL SACRIFICIO DE LA MISA. 213
íntimamente relacionadas con el derramamiento de la
sangre de una víctima. En el
Antiguo Testamento lo
•dice terminantemente Moisés: «La sangre es para la
expiación del alma:» Lev. 17. 11: en el Nuevo dice
San Pablo: «Sin derramamiento de sangre no hay remisión.»
Heb. 9. 22. ¿Cómo n° habiendo derramamiento
de sangre, puede ser la
misa un sacrificio expiatorio?
3. a La doctrina del sacrificio incruento y la de la
transustanciacion son incompatibles. La iglesia romana
enseña para defenderse del cargo de crueldad é
impiedad, que el sacrificio es incruento, y al mismo
tiempo nos enseña por la transustanciacion, que en virtud
de las palabras del sacerdote el pan y el vino desaparecen,
poniéndose en su lugar la carne y sangre
de Jesucristo verdaderas y sustanciales. Ahora bien,
si ya no hay más que sangre, ¿cómo puede decírsenos
que en la misa no hay sangre: que es un sacrificio
incruento? ¡Cuando defienden la transustanciacion,
todo es cruento; cuando defienden el sacrificio de la
misa, todo es incruento!
Nota. Hay algunos textos, que citan los católicoromanos
para justificar su dogma, de que la misa es
un sacrificio propio, verdadero, propiciatorio y expiatorio.
Entre ellos es uno, el que se lee en Hechos 13. 2,
donde se habla de ciertos profetas y doctores cristianos,
(no se hace mención de sacerdotes)
que estaban
«ministrando al Señor» y dicen que esta palabra ministrando,
en el original quiere decir «sacrificando ú
•ofreciendo sacrificio,» y este
•de la misa.
era, añaden, el sacrificio