Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

LA ORACION Y LA INVOCACION DE LOS SANTOS. 141
Mas á esto hemos de advertir que no debe olvidarse
una circunstancia que altera en mucho el carácter
de este proceso: ¡las propinas! ¡las propinas legales
que pasan de miles de duros! Esas propinas en
una ciudad tan pobre como Roma, pagadas á los
oficiales que intervienen en los procesos, ¿no serán
un aliciente para pasar por alto las dificultades y orillar
los inconvenientes que puedan ocurrir? Y esto
será aún más atendible, si se toma en cuenta, que á
veces no sólo las propinas, que siempre suben casi al
doble de lo que está autorizado, sino las mismas expensas
del proceso son pagadas á tales oficiales. En el
libro Le Capelle Pontificie, que es el ceremonial del
papa, se declara que la canonización de San Bernardino
de Sena costó 25.000 ducados de oro, la de San
Buenaventura 27.000, la de San Francisco de Paula
70.000 scudi (1) y la de San Francisco de Sales 81 .000,
sumas prodigiosas en aquel tiempo. Las propinas establecidas
por la ley son: al prelado de la corte 150
scudi, á los escribientes 175, á la oficina de guardasellos
87 scudi, al registrador 176 scudi,
á la oficina de
los despachos 60 scudi, al Banco del Espíritu Santo
849 scudi, etc., etc. Dígasenos ahora si los oficiales
así gratificados no procurarán que marche sin dificultades
el proceso. La canonización
de un santo es
para ellos un don de Dios, y para algunos una pequeña
fortuna.
Ta lo sabían así y lo comprendían muy bien algunos
reyes y príncipes, como Cárlos III, y cuidaban
de proponer cada año la canonización de un santo, no
(1) El scudi vale cerca de un peso fuerte.