Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

Vil.
La confesión j
la absolución.
Hablaba un ministro protestante en casa de uno
de sus parroquianos, sobre el deber de confesar á
Dios nuestras culpas. Algunos católico-romanos asistían
á la reunión, mas el ministro no pensaba particularmente
en ellos, pues el objeto principal de sus
palabras era enseñar á todos, que si
estamos profundamente
impresionados del
sentimiento de nuestros
pecados, seremos muy bumildes, tendremos muy bajo
concepto de nosotros, basta llegar á odiarnos y detestarnos,
y que entónces el cristiano se acercará á su
Dios y Salvador, para confesar sus transgresiones y
pedir perdón de ellas á Aquel contra quien ha pecado,
y que es el solo que puede perdonar.—La humillación
y el arrepentimiento—les decia—es inseparable
de la verdadera religión, y la confesión de nuestros
pecados á Dios, es inseparable de aquéllos. Bello
ejemplo de esa humillación y confesión,
Daniel, capítulo 9,
tenemos en
versículos 3 al. 19. ¡Y qué consuelo
y dulce paz siente el corazón del hombre, cuando
derramando toda su alma en la presencia del Señor,