Teoría e Imagen - José Luis González Recio

Pues ya sea que consideremos, en la materia misma, la distancia de sus
partes sólidas coherentes y, con respecto a estas últimas, la
denominaremos extensión; o que, asumiendo que el espacio se encuentra
entre los extremos de cualquier cuerpo en sus diversas medidas, lo
llamemos longitud, anchura y espesor; o bien, suponiendo que se extiende
entre dos cuerpos o seres positivos cualesquiera, sin tomar en cuenta si
existe o no algo de materia en medio, la denominamos distancia: como
quiera que se nombre o se considere, siempre se trata de la misma idea
simple y uniforme de espacio, tomada de los objetos con que nuestros
sentidos han estado relacionados. De manera que, al tener ya ideas
establecidas en la mente, podemos revivirlas, repetirlas y sumarlas entre sí
tanto como queramos y considerar al espacio, o la distancia así imaginados
lleno de partes sólidas, de modo que otro cuerpo no pueda entrar en él sin
desplazar o arrojar fuera al cuerpo que estaba antes, o bien tan vacío de
solidez que se pueda colocar un cuerpo de iguales dimensiones al espacio
desocupado o puro, sin sacar o expulsar nada de allí. Pero para evitar
confusiones en los discursos sobre este tema, posiblemente sería deseable
que el nombre extensión se aplicara sólo a la materia o a la distancia entre
los extremos de cuerpos particulares, y el término expansión al espacio en
general, con o sin materia sólida ocupándolo, de modo que se pueda decir
que el espacio se expande y el cuerpo se extiende.
John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, II, XIII, 27, 1690.