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universidad de buenos a i r e s fa c u ltad de odonto l o g i a

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En efecto, al intentar retirar la gasa se produjo la<br />

pérdida <strong>de</strong> medio litro <strong>de</strong> sangre. Hubo que hacer un<br />

nuevo tapón para <strong>de</strong>tener la hemorragia. Pero no se<br />

podía <strong>de</strong>jar al paciente en ese estado, dado que no le<br />

era posible nutrirse, ni reposar, ni dormir, teniendo la<br />

boca y la garganta ocupadas por coágulos. También<br />

esto no permitía que se le efectuara un diagnóstico.<br />

Se <strong>de</strong>cidió entonces intervenir tomando todas las precauciones<br />

posibles. Se reforzaron las <strong>de</strong>fensas <strong>de</strong>l<br />

paciente con inyecciones <strong>de</strong> cafeína, suero, etc.<br />

Se hizo, casi sin pérdida <strong>de</strong> sangre y empleando<br />

anestesia con estovaína, la ligadura <strong>de</strong> la carótida<br />

externa y se abrazó con un ansa la carótida primitiva,<br />

que un ayudante <strong>de</strong>bía apretar en caso que la ligadura<br />

no pudiera contener la hemorragia. Después <strong>de</strong> ligar la<br />

carótida externa se le hizo abrir la boca al enfermo. El<br />

aflojamiento <strong>de</strong>l tapón provocó una nueva hemorragia<br />

y, aunque el ayudante cerrara con rapi<strong>de</strong>z el hilo que<br />

abrazaba la carótida primitiva, la sangre continuó<br />

saliendo con la misma intensidad. Se efectuó el taponamiento,<br />

pero sobrevino el coma sin convulsiones y a<br />

pesar <strong>de</strong> los esfuerzos para reanimarlo, el paciente<br />

<strong>fa</strong>lleció diez minutos <strong>de</strong>spués.<br />

Para <strong>fa</strong>cilitar el examen anatomopatológico <strong>de</strong>l maxilar<br />

y <strong>de</strong> los tejidos circundantes, se inyectaron las arterias<br />

<strong>de</strong> la mitad izquierda <strong>de</strong> la cabeza. He aquí los<br />

resu<strong>ltad</strong>os <strong>de</strong> mi examen:<br />

El hueso maxilar es muy voluminoso, mi<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

bor<strong>de</strong> cortante <strong>de</strong> los incisivos centrales.4 cm.; el arco<br />

alveolar presenta dientes intactos y muy hermosos; los<br />

molares <strong>de</strong> juicio no han hecho su erupción, se encuentran<br />

alojados en un lecho, mitad óseo, mitad fibroso, y<br />

recubiertos por una mucosa sana y resistente; se nota<br />

la ausencia <strong>de</strong>l segundo molar izquierdo, la mucosa en<br />

este lugar aparece también normal y sin <strong>de</strong>sgarros.<br />

En el hueso alveolar se percibe el fondo <strong>de</strong> una cavidad<br />

cubierta con una masa rojiza, compuesta por coágulos<br />

y la sustancia inyectada; superficialmente, el<br />

hueso aledaño a la lesión presenta una diferencia <strong>de</strong><br />

espesor poco notable, comparada con el lado opuesto,<br />

pero un corte transversal <strong>de</strong> los dos lados <strong>de</strong>l maxilar, a<br />

nivel <strong>de</strong>l segundo molar, revela variantes dignas <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar;<br />

en el lado <strong>de</strong>recho el hueso es sano, el tejido compacto<br />

es muy sólido; el esponjoso tiene una coloración<br />

amarillenta. Del lado izquierdo no existe conducto <strong>de</strong>ntario,<br />

hallándose en ese sitio una amplia cavidad que se<br />

extien<strong>de</strong> pasando la espina <strong>de</strong> Spix, hasta la porción distal<br />

<strong>de</strong>l primer premolar, teniendo su máxima dilatación<br />

por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las raíces <strong>de</strong>l primero y <strong>de</strong>l segundo<br />

m o l a r. En este punto, la cavidad mi<strong>de</strong> un centímetro<br />

3mm <strong>de</strong> alto, por 7mm <strong>de</strong> alto y 5 mm <strong>de</strong> ancho.<br />

Delante <strong>de</strong> los molares este canal, siempre ancho, dobla<br />

hacia la tabla interna, <strong>de</strong>scribiendo una curva.<br />

Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducirse ya que el proceso patológico ha<br />

abarcado principalmente el tejido esponjoso <strong>de</strong> la porción<br />

basal <strong>de</strong>l maxilar. Las dos tablas <strong>de</strong> tejido compacto<br />

son muy espesas; la externa mi<strong>de</strong> 5 mm y la interna,<br />

4 mm. Con una potente lupa se examinaron las lesiones<br />

que caracterizan la osteítis rare<strong>fa</strong>ciente; el tejido óseo<br />

está lleno <strong>de</strong> protuberancias y <strong>de</strong>presiones que varían<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el grosor <strong>de</strong> una cabeza <strong>de</strong> alfiler al <strong>de</strong> una lenteja;<br />

estas pequeñas cavida<strong>de</strong>s están llenas <strong>de</strong> la gelatina<br />

inyectada. El examen histológico hecho por el Dr. Roff o<br />

muestra al tejido con amplias trabéculas recubiertas en<br />

diversos lugares por una capa endotelial.<br />

Las raíces <strong>de</strong>l primer molar, que limitan por la parte<br />

superior la vasta abertura, han sufrido también modificaciones<br />

<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n patológico. Están carcomidas <strong>de</strong><br />

arriba abajo, y <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro afuera. Estas lesiones tienen<br />

la apariencia <strong>de</strong> la osteítis rare<strong>fa</strong>ciente <strong>de</strong> los dientes<br />

t e m p o r a r i o s .<br />

No he podido ver nunca el segundo molar, que fuera<br />

extraído probablemente por el <strong>de</strong>ntista que practicó la<br />

intervención, pero es muy probable que esas raíces<br />

presentaran un grado avanzado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgaste.<br />

Eliminado el primer molar y observando <strong>de</strong> <strong>de</strong>lante y<br />

hacia atrás por la abertura ósea, se ve la raíz <strong>de</strong>l segundo<br />

premolar, hacia arriba y por fuera, con una incipiente<br />

<strong>de</strong>strucción. Los alvéolos <strong>de</strong> estos dientes están<br />

incompletos y comprendidos en el proceso <strong>de</strong>structivo.<br />

Des<strong>de</strong> su arranque, la arteria <strong>de</strong>ntaria se ve muy dilatada<br />

y ondulante; es dos o tres veces más ancha que <strong>de</strong><br />

ordinario y presenta la forma <strong>de</strong> una S, pero es <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> atravesar la espina <strong>de</strong> Spix que sus alteraciones se<br />

hacen evi<strong>de</strong>ntes. Una vez ingresada en el espesor <strong>de</strong>l<br />

maxilar adquiere un volumen consi<strong>de</strong>rable. Sus pare<strong>de</strong>s<br />

están espesadas y se le pue<strong>de</strong> seguir hasta el nivel <strong>de</strong>l<br />

segundo molar, don<strong>de</strong> las membranas <strong>de</strong>saparecen.<br />

En el fondo <strong>de</strong> la cavidad, abajo y a la <strong>de</strong>recha, se ve<br />

la rama incisiva; y a la izquierda, la arteria mentoniana.<br />

El maxilar <strong>de</strong> este individuo presenta aún otra particularidad<br />

anatómica: el nervio <strong>de</strong>ntario tiene un conducto<br />

especial completo, situado por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l conducto<br />

arterial, pudiendo verse esta disposición en ambos lados<br />

(1). No me exten<strong>de</strong>ré más sobre las características anatómicas,<br />

las fotografías que acompañan el trabajo completarán<br />

esta <strong>de</strong>scripción.<br />

De los hechos prece<strong>de</strong>ntes se pue<strong>de</strong> inferir el peligro<br />

para quien se expone si, al no poseer diagnóstico, como<br />

<strong>de</strong>sgraciadamente ha ocurrido tantas veces, se recurre<br />

a la extracción como el único medio terapéutico para el<br />

tratamiento <strong>de</strong> todas las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los dientes.<br />

Es verdad que un aneurisma <strong>de</strong>l maxilar no es una<br />

enfermedad común, pero no es menos cierto también<br />

que se presenta como modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar sospechas,<br />

<strong>de</strong>jando en nuestro espíritu la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> estar en presencia<br />

<strong>de</strong> una enfermedad insólita. Deseo recordar brevemente<br />

las manifestaciones clínicas que pue<strong>de</strong>n servir<br />

<strong>de</strong> base para el diagnóstico <strong>de</strong> los aneurismas <strong>de</strong> la<br />

arteria <strong>de</strong>ntaria inferior e indicar un medio muy simple<br />

para llegar a establecerlo con certeza.<br />

Antes <strong>de</strong>searía remarcar la analogía <strong>de</strong> los casos<br />

Rufz y Hayfel<strong>de</strong>r, con el que he estudiado. En todos se<br />

<strong>de</strong>staca sugestiva y predominantemente un síntoma: la<br />

6 Revista <strong>de</strong>l Museo - Año 22 Nº 39 - Diciembre <strong>de</strong> 2007

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