Diálogo intercultural - Ediciones Universitarias
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IBEROlíder Ibero_entrevista<br />
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vos, A. C. (CEE), organismo que él había fundado. Corría el mes de<br />
febrero de 1964, yo acababa de egresar de la Licenciatura en Economía<br />
que estudié en el ahora Instituto Tecnológico Autónomo<br />
de México (ITAM). Por supuesto acepté de inmediato la oferta<br />
laboral del doctor Latapí, pues me la hizo después de encargarme<br />
un estudio que me permitió advertir la posibilidad de aplicar en la<br />
educación los conocimientos adquiridos en mi licenciatura.<br />
Otros jesuitas que influyeron en mi formación fueron el padre<br />
Pérez Alonso, S. J., quien me introdujo en los Ejercicios Espirituales<br />
de San Ignacio, justo durante el último año de mi carrera profesional.<br />
También el padre Teódulo Guzmán, S. J. y el padre Enrique<br />
Portilla, S. J., con quienes me relacioné durante los veinte años que<br />
permanecí en el CEE. Ahí realicé varios estudios informales bajo<br />
la dirección de los propios jesuitas, en los que analizamos varios<br />
documentos emanados del Concilio Vaticano II, las principales encíclicas<br />
promulgadas por los papas Juan XXIII y Paulo VI, así como<br />
el estudio de algunas obras del padre Lebret y del filósofo Mounier.<br />
Estos seminarios me permitieron apreciar, entre otras, la importancia<br />
que la educación y la investigación educativa tienen en la<br />
construcción de una sociedad acorde con los valores evangélicos.<br />
De manera especial recuerdo el pensamiento del padre Enrique<br />
González Torres, S. J., expresado en sus homilías y charlas cotidianas,<br />
y su interés en promover el nivel y calidad de vida de quienes<br />
pertenecen a los sectores sociales menos favorecidos. La lectura de<br />
uno de sus primeros libros, en que narraba el nacimiento de su<br />
vocación, provocó una profunda impresión en mi memoria.<br />
¿Cómo se da su paso a la Ibero?<br />
Ingresé a la Ibero en agosto de 1984, cuando todavía funcionaba<br />
en las instalaciones provisionales construidas después del sismo<br />
de 1979. La invitación me la hicieron algunos académicos que<br />
impartían clases en la Maestría en Investigación y Desarrollo de la<br />
Educación, quienes tenían interés en que los estudiantes inscritos<br />
fortalecieran el desarrollo de las competencias que necesitaban<br />
para realizar investigaciones educativas. Estos profesores probablemente<br />
pensaron que la experiencia que había adquirido en el<br />
CEE, podía ser útil para lograr aquel propósito. Ingresar a la Ibero<br />
Carlos Muñoz Izquierdo. Fotografía de Julio César López.<br />
Mi mayor interés es que<br />
más niños, principalmente<br />
de zonas indígenas y<br />
marginadas, tengan<br />
acceso a una educación<br />
básica de calidad.<br />
era una forma, pensé, de seguir mi vocación en una institución<br />
inspirada en los mismos principios que animaban al centro en el<br />
que en ese momento me encontraba.<br />
¿Qué significa para usted haber recibido el Premio Nacional de<br />
Ciencias y Artes 2012, galardón que lo coloca al lado de grandes<br />
figuras como Alfonso Caso, Ignacio Bernal, Miguel León-Portilla,<br />
Luis Villoro, Leopoldo Zea y el propio Pablo Latapí Sarre, entre otros<br />
muchos, en el mismo campo de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía?<br />
Me da la esperanza y la expectativa de que mi trabajo será<br />
más leído y aprovechado. Mi mayor interés es que más niños,<br />
principalmente de zonas indígenas y marginadas, tengan acceso a<br />
una educación básica de calidad: axiológicamente relevante, pedagógicamente<br />
eficaz, culturalmente pertinente, económicamente<br />
eficiente y socialmente equitativa.<br />
¿Cuál considera que es el legado más importante que le ha dejado<br />
su paso por la Ibero?<br />
A la Ibero le debo muchísimo. Algo importante es el haber<br />
tenido la oportunidad y los medios necesarios para servir a mi<br />
país, dedicándome a la investigación educativa y la posibilidad de<br />
haber contribuido a la formación de nuevos investigadores de la<br />
educación. Estoy convencido de que los resultados de mi paso por<br />
la Ibero se deben en una mínima parte a mi esfuerzo personal,<br />
pues ellos en su mayoría han sido resultado de las facilidades que<br />
la misma universidad me ha brindado. Más allá de lo anterior, la<br />
Ibero me ha permitido relacionarme con muchas personas que<br />
han sido un ejemplo para mí, y a quienes en la actualidad considero<br />
entre mis amigos cercanos. No puedo dejar de evocar, entre<br />
otros colegas, a los doctores Luis Vergara Anderson y Jorge Ibáñez<br />
Cornejo, cuyas conductas y virtudes han dejado una profunda<br />
huella en mi memoria.<br />
A esta universidad también le debo el haber tenido la satisfacción<br />
de observar el crecimiento intelectual de mis alumnos, y la<br />
alegría de relacionarme cotidianamente con ellos. Es difícil expresar<br />
lo que estas experiencias han significado para mí, pero ellas<br />
me han animado a no dejar de dedicarme a la misma actividad<br />
que inicié hace casi cinco décadas.