Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 3 | La confluyente continuación de un decenio |444|
|445| La confluyente continuación de un decenio | Capítulo 3
minaría el mismo criterio si no conociéramos tan de cerca al pintor. /Más aquí no estamos
para conjeturas. Lo que nos interesa es el valor artístico de su pintura, la calidad
esencial de su obra expuesta.Volvimos a visitar la exposición porque no queríamos dispensarle
un coeficiente de valor aceptable de inmediato. Acostumbramos a gustar –rumiando
gusto–, toda obra de arte./ Cuando un muchacho de diecinueve años hace estas
cosas, aquí o allá se abre un campo de discusión de las ideas estéticas, posibilidades
y corrientes, en su curioso afán de buscarle parentesco. Favorables o no, abundan los vaticinios.
Hasta ahora, para nosotros, el caso de Faxas acusa el principio de una trayectoria
feliz. Es un reflejo de sus inquietudes pictóricas y literarias, del acontecer cultural y
del viaje del pensamiento artístico hacia una estricta realidad del mundo».
Para la crítica Cartagena, la pintura de Faxas en este discurso personal y expositivo «se
despoja del atuendo convencional y del parámetro retórico. Se desnuda con talento y
coraje. Sus cuadros a más de ser producto de sensibilidad y conocimiento, son un resorte
de convencimiento, un vehículo de compresión y solidaridad con las últimas modalidades
del arte moderno.
Finalmente la crítica resalta que en «Máscaras», cuadro premiado en la VIII Bienal
(1954), así como en obras de su individual, Faxas ofrece puntos de contacto con sus
maestros, pero con un estilo y acento inconfundibles en el panorama de la pintura dominicana
… Y no era casual ni intuitiva su paleta sometida al cálculo, a la medida exacta,
a la agradable limpieza cromática y a los trazos de los planos, porque, a pesar de su
juventud, todos esos caracteres respondían a un estudio muy serio. En este sentido, Faxas
«se levanta sobre sus años y se sitúa de golpe en un mundo en que otros con más
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Cartagena
Portalatín, Aída.
La Nación,
junio 3 de 1956.
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oficio no han logrado resolverse. En los colores puestos en capas subsiste el principio
fundamental de su técnica. Áreas idénticas aparecen y se contrastan por el color en cada
cuadro. Llegamos a la conclusión de que las categorías de los sujetos artísticos en las
relaciones mutuas son casi armónicas. El descubrimiento de un rostro no es más que un
valor que había de ser utilizado, por lo menos su esencia, por decir su verdad, Faxas no
rechaza lo dramático. Lo preside y lo conmueve».|465|
Rafael Faxas|Bodegón|Óleo/cartón|46 x 66 cms.|C.1950|Col. Carmen Hernández.
Rafael Faxas|Viñeta para «La Duda», poema de Manuel Valerio|1956|Periódico La Nación.
Rafael Faxas|Viñeta para «Compueblana», poema de Rubén Suro|1956|Periódico La Nación.