Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 3 | La confluyente continuación de un decenio |404|
|405| La confluyente continuación de un decenio | Capítulo 3
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Vivanco, Luis
Félipe. Seminario
Artes y Letras.
Junio de 1953.
Vivanco, crítico madrileño, al comentar su producción observa que, «como discípulo
inteligente de Vásquez Díaz, se plantea rigurosamente los problemas de construcción
dentro de la inmanencia de las formas».|421| La libertad de la ejecución no impedía
el desenlace formal en los variados temas, de los cuales el «Paisaje de La Escala» (óleo
1953) y «Eco Atávico» (óleo 1954) resultan cuadros representativos, aunque distintos en
los enfoques y motivaciones. El primero es una vista de un pueblo dominado, dado el
diseño geométrico y la soledad que transmite el tema. El segundo cuadro, con una fuerte
referencia a la identidad, a las raíces, fue realizado por el artista en el país nativo, al
que regresa al ocurrir el fallecimiento del padre.
Después de permanecer durante varios meses en Santo Domingo, Papo Peña retorna a
Madrid en 1955, asumiendo con firmeza el lenguaje abstracto, en un momento en que
también aparecía el movimiento informalista español desarrollado por el grupo El Paso,|422|
integrado por gente de varias procedencias (los críticos Ayllon y Conde, los artistas
Canogan, Feito, Millares, Saura,...). El grupo asume la ruptura desdeñando «toda regla
fija de composición, con objeto de expresar directamente impulsos intelectuales mediante
signos hallados libremente o a través del ritmo espontáneo de manchas de color
y líneas».|423| El grupo El Paso «transmite una sensación de subjetividad explosiva y
exteriorizadora, de sinceridad e ira mal contenida. La gestualidad violenta que se asocia
al expresionismo abstracto y la utilización de gamas intensas con predominio del negro,
son caracteres de los informalistas españoles».|424|
can independientes– sólo pretenden existir por sí mismas y dejarnos en el alma una dulce
y bella sensación».|425| Un segundo autor ofrece las apreciaciones siguientes: En el
mundo de la pintura no figurativa, Peña Defilló, joven pintor dominicano, discípulo de
Vásquez Díaz, habla con personal acento. Quizás sea en sus últimas realizaciones –óleos
y collages– en donde Peña Defilló acusa con mayor precisión el carácter dramático e inquisitivo
que regula todo su hacer de arte. Pintura ésta sobria, concisa, profunda y expresiva
en extremo, ajena a toda retórica (...).|426| A este juicio citado, la opinión que nos
dice: «Al contemplar la materia y el cromatismo de los lienzos de Peña Defilló y comulgar
con su lenguaje nuevo y característico, que tan íntima y claramente habla de nuestro
espíritu, no puedo menos que recordar las palabras del poeta Brandes cuando decía que
«il faut des sens naif, si l’on veut jouir de l’ armonieuse richesse et du jeu opulant des
|425|
Sánchez Camargo,
Manuel, citado
por Miller,
Op. Cit. Pág. 24.
|422|
Pérez Reyes, C.
Op. Cit.
Pág. 84.
|423|
Tapie, M.
citado en
Diccionario
del Arte Actual,
Pág. 16.
|426|
De Castro Ariza,
José, referido
por J. Miller.
Op. Cit.
|424|
Pérez Reyes, C.
Op. Cit.
Pág. 84.
Con un discurso abstracto que hace nexo con el informalismo, Peña Defilló celebra su
tercera individual en la Galería Clan, en 1956, año en el que remite tres cuadros a Santo
Domingo, los cuales se exhiben en la Octava Exposición Bienal de Artes Plásticas
(agosto-septiembre, 1956). Son tres «composiciones» realizadas al óleo; tres pinturas que
fortalecen la mirada del abstraccionismo dominicano que en su pureza asumen varios artistas
locales durante la década, entre ellos Papo Peña, cuyo discurso abstracto provocaba
diversos comentarios en el círculo de los críticos madrileños. Uno toma en consideración
la procedencia del artista: «Peña Defilló es dominicano, y aquí, como siempre en el
arte, es importante el lugar geográfico de origen para comprender mejor una pintura
abierta de par en par, y que a nuestro juicio tiene su inicio en el mundo infinito de la
flora.../ Peña Defilló acaso haya encontrado inspiración en esta formalización floreal, y
es por ello que su obra tiene un remoto antecedente primaveral, donde las formas a su
libre antojo, juegan a crear una expresión recoleta y feliz, un refugio que nada interrumpe
y donde es grato hallar el reposo en una creación libre, espontánea y feliz en donde
el color y la forma, en plena independencia –y qué difícil es hacer que las cosas aparez-
Fernando Peña Defilló|Caribe rosa (fragmento)|Acrílica/tela|139 x 212 cms.|1983|Col. Privada.