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Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

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Capítulo 3 | La confluyente continuación de un decenio |384|<br />

|385| La confluyente continuación de un decenio | Capítulo 3<br />

«Estudio» (Dibujo) cuyo rasgo fundamental es la fuerza volumétrica expresada en las<br />

grandes manos sobrecogidas en una cabeza de trazo geométrico. La composición de<br />

esos tres elementos se impone especialmente con fuerza expresionista. Giudicelli también<br />

expone de manera simultánea en las muestras de arte católico de la Asociación<br />

Ábside, correspondiente a 1951, 1952 y 1953. En este último año realiza la primera<br />

muestra individual, exhibiendo en la Galería Nacional de Bellas Artes un conjunto de<br />

70 obras (45 óleos, 5 gouaches, 5 acuarelas, 14 dibujos y un estudio para mural).Aparte<br />

de ofrecer «un vasto panorama de emociones y sensaciones», la muestra revela oficio,<br />

dominio técnico y la conjugación plurilingüística del pintor, así como los reflejos<br />

de otras referencias, opina Horia Tanasescu. Este crítico no hace rodeos para reconocer<br />

la aparición de un artista formado, en posesión de un discurso personal y que<br />

Paul Giudicelli|Juan Pablo Duarte|Óleo/tela|40 x 20 cms.|1962|Col. Universidad Autónoma de Santo Domingo.<br />

Paul Giudicelli|Sin título|Gouache/papel|33 x 20 cms.|Sin fecha|Col. Museo Bellapart.<br />

se manifiesta como una nueva energía en el arte dominicano. Él escribe: «La primera<br />

exposición personal del pintor dominicano Paul Giudicelli es algo más que la revelación<br />

de un talento desconocido por el gran público./ La sola aparición de un<br />

nuevo talento debería hasta causar preocupación, cuando no fuese sostenido por una<br />

personalidad ya formada, por una voluntad creadora sin veleidades, por una imaginación<br />

espontánea y rica, por una sensibilidad no esforzada, por una capacidad de trabajo<br />

mantenida a un ritmo y a una intensidad siempre iguales, por un entusiasmo renovado<br />

por cada obra y con cada pincelada, y por el continuo miedo de no haber logrado<br />

la perfecta identidad entre la expresión y el sutil fantasma de la inspiración, o<br />

de haber ahorrado indebidamente alguna parte de su energía mental y espiritual, hechos<br />

que constituyen las calidades fundamentales de un verdadero artista, y por los<br />

cuales merece ser tomado en consideración y estimado hasta en los momentos menos<br />

felices de su actividad./ Por responder satisfactoriamente a estas exigencias, además<br />

de demostrar un talento poco común, la primera exposición de Paul Giudicelli<br />

señala la aparición de una nueva energía en el campo de las artes plásticas nacionales,<br />

una energía sustancial y llena de fecundos gérmenes, que coloca al pintor de pleno<br />

derecho entre aquellos artistas para los cuales el arte no es ni un pasatiempo ni una<br />

rutina, ni mucho menos un ejercicio; sino una forma de vida que no se puede cambiar,<br />

que en ningún momento puede dejar de manifestarse./ Y que, al manifestarse,<br />

establece involuntariamente un ejemplo y da una lección. / Reflejos de cubismo, abstraccionismo,<br />

impresionismo, simbolismo, expresionismo, surrealismo, fauvismo, naturalismo<br />

y academicismo; recuerdos de Tamayo, Picasso,Van Gogh, Gauguin, Renoir y<br />

de alguno de los pintores nacionales; nostalgias de la cerámica griega, de la pintura<br />

del Renacimiento y de los frescos bizantinos, todo contribuye a enriquecer los medios<br />

expresivos de Giudicelli, para desaparecer sin dejar huellas –nota muy importante–,<br />

toda vez que han cumplido su función. Esta excepcional facultad asimiladora,<br />

que, por el momento, ayuda al pintor a no caer en la monotonía de un estilo preconcebido,<br />

a pesar de que no excluye el peligro de la formación de un estilo ecléctico<br />

no menos amanerado, sitúa a Paul Giudicelli en un lugar totalmente aparte en la pintura<br />

dominicana».|395|<br />

La diversidad del temario que conforma la primera muestra de Giudicelli ofreció ejemplos<br />

únicos en un buen número de obras distintivas: «El Músico» (óleo 1952), «Golfillas»<br />

(óleo 1952), «La Mujer del Cacique» (óleo 1952), «Procesión de Fieles» (óleo 1952), «Los<br />

Paleteros» (óleo 1953), «El Enterrador» (óleo 1953 ?) y, entre otras, un autorretrato y varios<br />

dibujos sobre mosaicos que resultan un decisivo planteo personal de encontrar al-<br />

|395|<br />

Tanasescu, Horia.<br />

Op. Cit.

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