Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 2 | Confluencia de las generaciones en la década de 1950 |330|
|331| Confluencia de las generaciones en la década de 1950 | Capítulo 2
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Del Cabral,
Manuel, citado por
Aroza, Idem.
lidad puramente surreal». En esa pintura, las figuraciones semejan brujos, monstruos y
trogloditas, resultando los colores una mezcla de barro, cielo, fuego, sangre y múltiples
matices de sombra. Del Cabral también expone en la VI Bienal celebrada en Santo Domingo
en 1952, exhibiendo el cuadro «Antillas».Al hablar de la materia pictórica él expresa:
«La gran pintura ya no la encontramos en los tonos, los matices y menos en la armonía
de los cromatismos académicos; la gran pintura está debajo de los colores, en el
meollo, en aquel hueso que se llama hombre. Está allí temblando en una pincelada oscura,
enlodada, sucia como su dolor. Lo demás es oficio».|334|
provocara y también a los encargos. Ella se servía de postales y libros familiares de arte,
sobre todo de artistas del siglo XIX.
Pintora que se especializó en la copia reproductora, Cecilia Cortiñas, cursó estudios básicos
en la academia del maestro Yoryi Morel, figurando su nombre en una exposición
de los alumnos de ese plantel, celebrada en 1945, y en la que exhiben, entre otros, Mario
Grullón y José Eugenio Rosa.|335| A pesar de esta base formativa, ella se desarrolla
de manera solitaria, estudiando y reproduciendo obras de artistas de su predilección.
Además de sus numerosas copias, realizó retratos caracterizados por un verismo realista
y también por la idealización de los modelos enmarcados en ficticios escenarios paisajísticos.
El retrato resulta su obra pictórica más original, aunque ella cultiva también
otros temas, diríamos que de su invención.
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La Nación,
5 de julio
de 1945.
Pág. 9.
CECILIA CORTIÑAS (1928-1980) es pintora del ámbito hogareño de Santiago de
los Caballeros, donde nace y se mueve desenvolviendo facetas que tan solo proyecta para
amigos, conocidos y parientes. Se convierte en una modista de reputación social cu-
ya demanda atendía con el capricho temperamental de la selectividad y además autora
que dedicaba muchas horas a la elaboración de un cuadro, el cual procesaba desde el bastidor
hasta el enmarcado. Ella reproducía cualquier diseño de cañuela ornamental o rebuscada
con una habilidad extraordinaria y con el propósito de que la obra tuviera el
mismo carácter que el original, porque su predilección de pintora era copiar, casi exactamente,
cuadros de maestros europeos que seleccionaba en base a la impresión que le
Otro nombre femenino que emerge en este período es el de LUISA BORDAS, nacida
en Puerto Plata en 1917, pintora también autodidacta, aunque esta condición es
relativa, ya que ella estudió con Rosa María Ben, compañera de generación, hija de padres
europeos y quien tuvo la oportunidad de adquirir formación artística, llegando a
realizar algunas obras conservadas en la intimidad familiar. Esta situación permite apreciar
que la alumna persevera más que la maestra amiga –pintora de género y casada–,
Cecilia Cortiñas|Señora de negro|Óleo/lienzo|18.5 x 14.5 cms.|1945|Col. Ceballos Estrella.
Cecilia Cortiñas|Niña de las rosas (copia)|Óleo/lienzo|23 x 12 cms.|Sin fecha|Col. Ceballos Estrella.
Cecilia Cortiñas|Mujer joven vestida de verde|36 x 27.5 cms.|Sin fecha|Col. Ceballos Estrella.
Cecilia Cortiñas|La muchacha rubia|Óleo/tela|18.5 x 14.5 cms.|1945|Col. Ceballos Estrella.