Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 2 | Confluencia de las generaciones en la década de 1950 |316|
|317| Confluencia de las generaciones en la década de 1950 | Capítulo 2
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Suro, Darío.
Revista ¡Ahora!,
27 de enero de
1967, citado en
Catálogo de
Eckert, 7 de
diciembre de 1994.
1957) y concurre a la bienal correspondiente al año 1958 presentando «La Anunciación»
(óleo), «El Velo de la Verónica» (óleo) y «La Madona del Sol» (óleo). Este último cuadro
le permite obtener el premio de la Universidad de Santo Domingo. La distinción se
agrega a otras premiaciones obtenidas en República Dominicana como el premio San
Cristóbal (Bienal de 1956) y el Galardón de «Arte Religioso» patrocinado por el periódico
The Washington Post», obtenido consecutivamente en 1958 y 1959.
Tanto Darío Suro como Manuel Valldeperes elogian la proyección artística de Eckert,
así como la cualidad de pintor. «Pocos pintores han tenido la formación técnica y el oficio
magistral», afirma el primero,|324| asegurando además que en la Escuela de Arte
Corcoran estudió intensamente durante más de siete años, especializándose como retratista
(…). Sus actividades artísticas en Washington y el área metropolitana, extendida
primeros paisajes e igualmente otras pinturas posteriores. Él señala: «Una de las primeras
características en la obra de este pintor dominicano es el choque de escuelas y de procedimientos
por los que ha pasado en el curso de su proceso de formación e integración
(…)./ Comenzó con unos paisajes de incipiente impresionismo en los que el artista apenas
si aportaba otra valoración de la naturaleza que aquellas que provienen del color (…)
Aquellos paisajes fueron un efectivo punto de partida». Reconoce el crítico que: «Donde
el creador se manifiesta en su plenitud es en la valoración de las líneas y de los colores que
es lo que forma el estilo, y en definitiva lo que crea la personalidad artística o, lo que es
igual, la individualidad creadora». En este sentido Valldeperes añade: «Eckert tiene ya un estilo.
Lo ha formado en la lucha incesante porque tiene –la tuvo siempre– conciencia de lo
que ha de ser en definitiva su pintura. Lo demostró en una exposición efectuada en la Ga-
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Valldeperes,
Manuel.
El Caribe, mayo
12 de 1963.
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Suro, Darío
Arte Dominicano,
Op. Cit. Pág. 73.
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Valldeperes,
Manuel.
El Caribe, 12 de
mayo de 1963.
de Maryland hasta Virginia, han sido innumerables».|325| En tales relaciones se anota
la opinión de Valldeperes cuando establece que «es uno de los pintores dominicanos que
triunfan más allá de la patria», reconociendo que «Eckert pinta bien, muy bien y su técnica,
cualquiera que sea el procedimiento, es perfecta».|326|
lería del Palacio de Bellas Artes en 1957, con obras como «El hermano Francisco de Asís»,
«La Visitación», «El Torero», «La Modelo en el estudio», «Flores y un botijo», «El bodegón
del pescado», «La Jarra», en las cuales, dentro de la línea de «Homenaje a Braque», se manifiesta
una preocupación abstraccionista de singular fuerza pictórica, con una evidente valoración
personal del tema tratado. O, más exactamente, del tema recreado».|327|
Con mirada retrospectiva sobre la producción del pintor, remontada hasta el 1963,Valldeperes
ofrece una síntesis explicativa tomando en cuenta «En el Ozama» (óleo), uno de sus
Observando la influencia de un «elemental raciocinio silogístico, el crítico termina valo-
Mariano Eckert|Flores con mariposas|Óleo/tela|96 x 128 cms.|1981|Col. Renné Klang de Guzmán.
Mariano Eckert|Arroz y habichuela|Óleo/tela|81.3 x 54.5 cms.|1987|Col. Privada.