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Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

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Capítulo 2 | Confluencia de las generaciones en la década de 1950 |194|<br />

|195| Confluencia de las generaciones en la década de 1950 | Capítulo 2<br />

|216|<br />

Valldeperes,<br />

Manuel, El Caribe,<br />

septiembre 1ro.<br />

de 1963.<br />

(1951). «Suro –dijo– conjuga en su lienzo primitivismo y expresionismo. Son figuras<br />

de raza negra tratadas con lo que podríamos llamar un expresionismo típicamente<br />

tropical que ha perdido sus ímpetus pesimistas y ha llegado a adquirir una cierta exaltación<br />

jubilosa». /Realmente, al través de su plástica de colores vivos –enterizos–, Suro<br />

añade nuevos colores a su paleta en esta época, nos plantea un problema de espíritu<br />

(…) y quizás para expresarse con mayor autenticidad el artista se decide después<br />

por la abstracción pura que es la época de los números (1953-1958), esencialmente<br />

americana (…). /Originalidad es la que busca tenazmente Suro desde su época impresionista,<br />

como lo demuestran las dos pinturas exhibidas en la XI Bienal de Artes<br />

Plásticas, correspondiente a su período español, que comienza en 1958 y que absorbe<br />

en sí lo profundamente dramático de la raza española. Pintura fundamentalmente<br />

telúrica, humana, esencial, en la que, como se ha señalado con acierto en Herald Tribune,<br />

el artista se manifiesta, en sus óleos y collage, «en colores silenciosos intensamente<br />

saboreados con elementos textuales reminiscentes de lo que concierne a lo español<br />

en la tierra». /Con esta obra, fuerte e intrépida, entra Suro en su plena madurez<br />

y nos ofrece su radiante sinceridad».|216|<br />

miento, él debe a la naturaleza del Cibao gran parte de sus temas así como su colorido<br />

vivaz y abundante. Muy apreciado como paisajista y retratista,Yoryi Morel se ha afirmado<br />

como uno de los más fieles intérpretes de lo típico dominicano. No obstante, este<br />

artista no se ha aislado en un academicismo hostil a las nuevas corrientes de la pintura,<br />

sino que frecuentemente ha asumido en su arte actitudes más libres y hasta atrevidas».|217|<br />

Tales actitudes significan influencias que «en el pintor son escasas, indeterminadas<br />

e imprecisas», anota Valldeperes, al observar que su pintura «tiene cierta relación<br />

con el expresionismo; en Yoryi Morel lo más característico en su obra es la profunda<br />

dominicanidad que la inspira y la trasciende».|218|<br />

|217|<br />

Tanasescu, Horia,<br />

Op. Cit.<br />

|218|<br />

Valldeperes,<br />

Manuel, El Caribe,<br />

mayo 3 de 1963.<br />

|219|<br />

Ugarte, María.<br />

Revista Norte.<br />

Vol X, No. 3,<br />

enero 1951.<br />

Exceptuando su relación con soluciones post-impresionistas, Celeste Woss y Gil no asume<br />

los ismos que irrumpen en la pintura nacional, manteniéndose sobre todo dentro<br />

Los creadores mayores de la pintura dominicana moderna se vinculan a las definiciones<br />

de los lenguajes que enriquecen el discurso colectivo de las artes. En este sentido,<br />

durante el período de los cincuenta se impulsan o definen cuatro vertientes lingüísticas<br />

fundamentales: 1|Expresionismo, a partir de Lothar y de Darío Suro; 2|Neo-Cubismo,<br />

con Jaime Colson; 3|La Abstracción, con Fulop y Suro, en tanto en Europa es<br />

asumido por el joven Fernando Peña Defilló, relacionado al «Informalismo español»;<br />

4|y la del Sintetismo, la abierta solución expresiva de José Gausachs, en la cual erosiona<br />

varios lenguajes como solución de mezcla pronunciativa o polisíntesis. Estos nuevos<br />

lenguajes se añaden a la formulación del Impresionismo localista (Ibarra,Amiama,<br />

Yoryi, Suro, Hausdorf...), a la efervescente aparición del Surrealismo en la isla, con<br />

Granell (1943) y al Realismo Social, con Suro y Vela Zanetti (1946), entre otros, cuya<br />

secuela permite apreciar desde 1948 el flujo del temario primitivista de orientación<br />

neo-africana, convertido en casi lenguaje temático por un buen número de jóvenes artistas<br />

connotados.<br />

El rastreo de otras individualidades, que siguen siendo protagonistas muy activos del arte<br />

dominicano durante el período, hace recaer la atención en Yoryi Morel quien, en la<br />

del «naturalismo lírico, agradable y académico», en el que se estaciona con su paleta delicada<br />

y suave, más sensible, menos original frente a otras pintoras que han sido sus<br />

alumnas, pero en comparación su técnica sigue siendo «segura, depurada, de mano experta».|219|<br />

Protagonista en las exposiciones colectivas de Ábside, de las bienales y del Círculo Nacional<br />

de Artistas, su vitalidad docente marca a un buen número de jóvenes mujeres a<br />

VI Bienal, correspondiente al 1952, obtiene el primer premio de pintura y quien, en la<br />

mirilla del crítico Horia Tanasescu, origina el comentario siguiente: «Puede ser considerado<br />

como uno de los precursores de la pintura dominicana. Santiaguero de naci-<br />

Fernando Peña Defilló|Romería|Óleo/tela|67 x 51 cms.|1954|Col. Pilar Peña de Pellerano.<br />

Eridania Mir|Rostros|Óleo/cartón|62 x 71 cms.|1971|Col. de la artista.

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