Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |174|
|175| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
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Valldeperes,
Manuel.
El Caribe. 11 de
agosto de 1963.
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Suro, Darío.
Arte Dominicano,
Op. Cit.
Pág. 90.
La foránea vivencia de Pichardo durante el tiempo que pasó en el viejo continente
le permitió la ingestión que asume toda conciencia con clara identificación del origen
o sin pérdida de las esencias pertenecientes. Esa entremezcla, procesada por un
espíritu de energía íntima, le llevó a «la heroicidad que en arte consiste en la entrega
que el artista hace de sí mismo».|193| Este rasgo de entrega heroica se acentúa en la
decisiva obra que el artista comienza a producir cuando retorna a Santo Domingo. El
drama prevalece como línea conductora y francamente pronunciada en sus pinturas
anteriores, como en el caso de «Mujeres Arrodilladas» (óleo 1951); pero esa tensión
se contextualiza en una cosmovisión de la realidad como síntesis que es a la vez pronunciación
de un nuevo uso lingüístico.Varios lenguajes asoman y se refunden en los
distintos temas: abstracción, primitivismo, surrealidad y expresionismo, siendo este úlción
a este último aspecto el discurso exploraba determinadas costumbres nacionales,
pero interpretadas sin que las recreaciones ofrecieran los despeñaderos que, de acuerdo
al poeta Incháustegui Cabral, ofrecen las expresiones pictóricas ornamental y popular.
En este sentido las explicaciones de este escritor: «El arte pictorico, como tal, tiene
dos despeñaderos: las expresiones populares propias o ajenas y la ornamental. /De la mina
de cuanto se hizo o se hace anónimamente el pintor extrae cuanto es grato al turista.Vivimos
la época del turista, ángel motorizado con los bolsillos teóricamente llenos
de dólares. /Hay que ganarse al posible cliente y el procedimiento no exige tantas concesiones
como otros. Ponga un gallo, una palmera, un poco de mar, un bohío con gallinas
escarbando y la pelea estará ganada. /Del otro lado la obra ornamental. Es la punta
de lanza del país encantado de los nuevos ricos. Ellos hacen sus casas caras, y las ca-
timo el que convierte a Eligio Pichardo en un pintor expresionista por los cuatro costados».|194|
De vuelta al país, Eligio Pichardo entra de lleno en un discurso difícil y moderno. En
nada complaciente con su figuración descompuesta por esquemas, grafías, masas y planos
que fortalecen las representaciones elocuentemente populares y a veces llenas de
humor visceral, regularmente mágicas y con frecuencia asociadas al folklore. En rela-
sas caras y las baratas, tienen paredes. Las paredes hay que cubrirlas, pero todos estamos
en el secreto: ni un solo cromo. Esto que parece una tontería es ya bastante consolador.
/Eligio Pichardo es de los que no ha sucumbido a las tentaciones.Todavía no ha comenzado
a engordar, ardiendo en su propia llama, dándonos un mundo que es suyo, casi
de su invención si desde arriba no estuviera Dios guiando sus pasos, como los de toda
esta generación a que pertenece y que ha preferido la indiferencia a la entrega, la
Eligio Pichardo|Peces|Óleo/cartón|30.5 x 46 cms.|1959|Col. Museo Bellapart.
Eligio Pichardo|Sin título|Óleo/cartón|62 x 50 cms.|1960|Col. Museo Bellapart.
Eligio Pichardo|Sin título|Mixta/papel|68.4 x 35.5 cms.|1960|Col. Ramón Ramos.