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Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

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Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |148|<br />

|149| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1<br />

|154|<br />

Valldeperes,<br />

Manuel.<br />

El Caribe,<br />

diciembre<br />

29 de 1963.<br />

íntima deleitación por las formas humanas. La figura era objeto de su preferencia. Una<br />

figura de líneas acentuadas que poco a poco se iba transformando, desfigurando, retorciendo.Apuntaba<br />

en ella finalmente, cierto cauce hacia la abstracción. /De pronto cambia<br />

Liz el pincel por las herramientas del escultor y aparece un artista aparentemente de<br />

concepción nueva.Y decimos aparentemente porque el escultor se estaba gestando en<br />

la pintura o, más exactamente, en la multiforme tentación de temas simbólicos o ideogramas<br />

de su pintura (...). /Anotemos además la sugestión y el valor dinámico de sus<br />

dibujos, que en cierto modo, son la base sobre la cual descansa la concepción formal de<br />

las esculturas (…) síntesis agudísimas cuyas formas abstractas nos conducen siempre a<br />

algo concreto».|154|<br />

Liz es uno de los más genuinos artistas dominicanos empeñado en realizarse en su medio,<br />

renuncia a los posibles beneficios de viajes de contactos con ambientes universales.<br />

A juzgar por los resultados, su convencimiento es acertado, al menos en su caso. (…) En<br />

un país como el nuestro, donde abundan los buenos dibujantes, comparte con unos pocos<br />

artistas más –Colson y Ada Balcácer, entre ellos– las posiciones no solo más cimeras,<br />

sino las más definitivamente enraizadas con su medio ambiente, dentro de la técnica<br />

de la línea...». En su análisis, agrega Peña Defilló que «Domingo Liz hace realidad<br />

una nueva visión personal y veraz, dentro de la plástica dominicana, reafirmando su potencia<br />

y su condición de maestro».|156|<br />

|156|<br />

Peña Defilló,<br />

Fernando.<br />

El Caribe, 30 de<br />

octubre de 1971.<br />

|155|<br />

Liz, Domingo<br />

referido en<br />

Revista Ahora,<br />

1968.<br />

Inconfundible, maestro como artista y como docente ejercitado, esta última tarea le ha<br />

permitido liberarse «de la necesidad de utilizar el arte como medio de subsistencia».Ha<br />

La producción escultórica de Liz, abstracta, constructiva, geométrica, orgánica..., cubrió<br />

un período extendido hasta lo largo del 1960; período en el que se inicia como<br />

docente de la ENBA (1961) y de la Universidad de Santo Domingo (1962). Es una etapa<br />

de grandes obras y de reconocimientos en bienales y concursos alrededor de la materia<br />

escultórica, frente a la que alterna un nuevo ciclo iconográfico cuyo primer repunte<br />

es un texto que ofrece la visión de tres lánguidos o fantásticos «Pescadores»<br />

(Tinta 1964), con el cual merece el primer premio de dibujo en el I Concurso Anual<br />

de Arte E. León <strong>Jimenes</strong>. Pese a una notable proyección alcanzada, el artista se niega a<br />

exponer individualmente ¿Razones?... Las explica diciendo: «Para mí todo el trabajo<br />

realizado en el pasado ha sido en su mayor parte un trabajo de estudio, un proceso para<br />

adquirir conciencia de mis posibilidades de expresión y adecuar los medios para realizarlas.<br />

Por tanto nunca sentí la necesidad de exponer en medio de un proceso en el<br />

cual yo no me sentía conforme.Además estaba inmerso en una etapa en la cual racionalizaba<br />

más de lo conveniente (…). De todos modos soy de los que cree que una exposición<br />

es una selección de trabajos ya realizados, no un compromiso de trabajos por<br />

realizar. No se puede trabajar a la carrera, porque tal día, de tal mes haya que hacer una<br />

exposición...»|155|<br />

La paulatina vuelta hacia la producción dibujística y hacia la pintura fue quitándole<br />

tiempo a su campo escultórico, posiblemente por ser un arte que exige inversión en todos<br />

los sentidos (esfuerzo, tiempo,...) o porque encontró el momento y las visiones para<br />

sacar a flote un universo distinto basado en «un nuevo y personal lenguaje gráfico»,<br />

explica Peña Defilló, para quien Liz consigue llegar a la posesión de un estilo y una voz<br />

inconfundibles. El citado artista y crítico considera que en su estilo «sus personajes son<br />

buscados directamente en el pueblo y colocados con visible ternura en un mundo que,<br />

con ser personal, es autentico y de profundas raíces nacionalistas.<br />

Domingo Liz|Secreto. Niños jugando con pelota|Mixta/papel|37.5 x 52.5 cms.|1979|Col. Centro Cultural Eduardo<br />

León <strong>Jimenes</strong>.

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