Tomo Completo 60.8 MB - Grupo Leon Jimenes

Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |126|
|127| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
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Ugarte, María.
El Caribe.
25 de marzo
de 1995.
que vivía, estableciendo una fuerte identidad atípica, isleña por dentro de «su recia fisonomía
de catalán de pro» –como le define María Ugarte– «de voz grave, profunda, de hablar
pausado y firme (…) de un carácter que permanece inalterable».|112| Los vínculos
con el país de adopción le permitían esa otra identificación que reiteraba orgullosamente
cuando dice «soy un hombre del sur; me identifico con el salitre y las palmeras».|113|
de 1946). En 1950, sumergido en la producción de la que vive milagrosamente como
artista, ingresa como profesor de la Escuela Nacional, cosechando durante este período
numerosos galardones como escultor: Primer Premio V Bienal (1950), Primer Premio
en la Bienal de 1952, así como en las correspondientes a los años 1954 y 1956. Las apreciaciones
de esos años ofrecen en torno a la obra y la personalidad del artista comentarios
que a continuación se citan. En su libro sobre el país, ilustrado y de excelente edición,
el enfoque señala que «Antonio Prats-Ventós es escultor de gran fuerza. Puede
asegurase que se ha formado en el país. Muy joven (…) comenzó tallando las duras maderas
dominicanas y copiando las figuras mulatas. Sus obras tienen monumentalidad.
Muchas de ellas adornan los frentes de varios de los modernos edificios construidos para
alojar las escuelas nacionales.Trabaja incesantemente y demuestra en sus trabajos una
fuerte vitalidad creadora.|116|
|116|
La República
Dominicana,
Op. Cit. Pág. 224.
|113|
Miller, Jeannette.
Geomundo.
Julio 1981.
Págs. 44-48.
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Ugarte, María.
Op. Cit.
…Yo conozco muy bien nuestra naturaleza, la de nuestra isla; sé que a veces es muy
agresiva y que en ella crecen cactus, espinas y flores maravillosas, porque no hay flores
más bellas que las de la selva.Y nosotros tenemos miniselvas tupidas e inhóspitas, que
forman parte del paisaje criollo.|112| «Yo llegué a este país con apenas 14 años de edad,
me formé aquí, me nutrí de las cosas que veía, que oía.Además, aquí cabe el dicho que padre
no es el que crea, sino el que cría».|115|
|117|
Tanasescu,
Horia.
Op. Cit.
|118|
Ugarte, María.
El Caribe.
25 de marzo
de 1995.
Horia Tanasescu, importante crítico del decenio de 1950, reconoce que «Prats-Ventós es
prácticamente el artista que al lado de Manolo Pascual introduce en el país el estudio sistemático
de la escultura, tanto en lo que se refiere a experiencia técnica como a mentalidad
plástica moderna. Español de nacimiento, la imaginación de este escultor ofrece una
extraña mezcla de mitología taína y mediterránea, de primitivismo y de refinamiento, de
academicismo y de modernismo.A pesar de que la mayor parte de sus obras son de factura
monumental, dada su específica funcionalidad, Antonio Prats-Ventós sabe hallar a
menudo la armonía sin estilización y el dinamismo sin la superficialidad de los movimientos
característicos. Cultiva también la pintura con un espíritu de investigación técnica
y de introspección que es como una reacción a su manifiesta expansión espiritual
de sus obras escultóricas».|117|
Identificado sobre todo como escultor por los críticos nacionales y extranjeros, Prats-
Ventós también se autodefine como tal. «Yo soy escultor antes que nada, reconfirma
siempre y alega cuando presenta una exposición de sus pinturas».Aún esa negativa, regularmente
producía obras de caballete, considerando que pintar era una deliciosa manera
de descansar de la ruda tarea de tallista.|118|
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Prats-Ventós,
citado por
Francia Guerrero.
Diario Hoy.
17 de febrero
de 1997.
El trabajo de la compañía petrolera le permitió a Prats-Ventós ascender como empleado,
viajar a Cuba por breve tiempo (1945) y ahorrar dinero para poder vivir. Fue cuando
decidió retornar a Azua, contrayendo nupcias con Rosa María Bidó y dedicándose
enteramente a la producción escultórica. En 1948 registra la primera muestra personal
en la Galería de Bellas Artes, obteniendo en ese año la única distinción en escultura que
otorga el jurado de la IV Bienal Nacional, el cual se suma a un premio anterior (Bienal
Con la temprana producción del autorretrato (1943), entre otras obras, el trabajo pictórico
de Prats-Ventós, adecuado como la escultura a un dibujo bien ejercitado y preciso,
ofrece desde los 1940 la patente vinculación al temario nativo. Sobre todo la mujer,
que se encandila en su sensibilidad con el encantador modelo de su mujer, Rosa
María, tema presencial de una pintura fresca, espontánea, que se asocia a juveniles obras
con las que figura en muestras colectivas. De la misma manera que las gubias y los cinceles
espiritualizan la materia arrojando una escultura abstracta, la paleta y los pinceles
Prats-Ventós|Abstracto|Acrílica/tela|40.6 x 40.6 cms.|1987|Col. Privada.
Prats-Ventós|Niños en cañaveral|Acrílica/tela|122 x 181.3 cms.|Sin fecha|Col. Román Ramos.