Dominical - La Opinión de Zamora
Dominical - La Opinión de Zamora
Dominical - La Opinión de Zamora
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
II / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2012<br />
Un loco entra en<br />
Madrid<br />
<strong>La</strong> historia <strong>de</strong> un zamorano singular que se pasea por la capital <strong>de</strong> España con ojos <strong>de</strong> querer verlo todo<br />
sin tener en cuenta su propia condición, la que le ha llevado a escaparse <strong>de</strong> un psiquiátrico<br />
✒ M. A. Casquero Fernán<strong>de</strong>z<br />
(relato transcrito por<br />
Agustín García Calvo<br />
mediante conversaciones<br />
telefónicas)<br />
Que es que tengo que contárselo a alguien,<br />
porque a ver si no, que aquí me han<br />
vuelto a meter en este ala que llaman <strong>de</strong><br />
convalecencia y la verdad que estoy muy<br />
bien, muy bien que estoy, que ni el asma<br />
<strong>de</strong> Dios ni temblequeos y me he dormido<br />
una siesta <strong>de</strong> tres horas y, como que iba a<br />
mear, me he salido al patio a fumarme<br />
tres pitillos seguidos porque aquí no me<br />
<strong>de</strong>jan día ni noche y la Pepsi que es la que<br />
está <strong>de</strong> guardia ni se ha enterado, así que<br />
ahora tengo que contarle a alguien lo <strong>de</strong><br />
la escapada a Madrid porque tiene su interés,<br />
coñe, y no se me va <strong>de</strong> la cabeza y<br />
si quiero contárselo a la Pepsi me va a<br />
mandar a hacer gárgaras y que se creerá<br />
que es que quiero engatusármela para algo<br />
bueno, que no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> estar buena la tía<br />
y si se <strong>de</strong>jara le metía a mis sesenta y todo<br />
dos polvos seguidos que se iba a quedar<br />
tonta, pero que ni me va a hacer caso<br />
y a<strong>de</strong>más ya le habrá contado el <strong>de</strong> la ambulancia<br />
en resumen y malamente, así<br />
que lo que vaya hacer, ya sé, que como es<br />
casi la hora <strong>de</strong> llamar al maestro, ya saben<br />
que estos últimos años que sigo alojado<br />
en el pisquiátrico con mote <strong>de</strong> esquizofrenia<br />
u otro <strong>de</strong> los que me han ido poniendo,<br />
le hago todos los días una llamadita<br />
para <strong>de</strong>cirle cómo voy, que a veces le<br />
hago más <strong>de</strong> una y se me enfada un poco<br />
pero yo a este hombre le tengo más fe que<br />
a nadie en el mundo quitando a mi padre<br />
o, bueno, sin quitarlo, que cuando era estudiante<br />
me leía las cosas que sacaba y<br />
casi me las aprendía <strong>de</strong> memoria y todavía<br />
aquí no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> repasar sus libros si<br />
no los olvidaba en algún bar o me los robaba<br />
alguno, así que, como llamar por el<br />
móvil en esta unidad sí que me lo consienten,<br />
lo que voy a hacer es llamarlo, ya<br />
lo estoy llamando, y contarle lo que me<br />
pasó, ya se lo estoy contando, en la escapada<br />
esa: que es que el martes pasado<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que él se había vuelto a Madrid<br />
y me <strong>de</strong>jó aquí encerrado como<br />
siempre, pues que me dio el arranque y<br />
aprovechando un <strong>de</strong>scuido me escapé con<br />
algo <strong>de</strong> dinero que me quedaba y fui y me<br />
metí en el autorrés y camino a los madriles<br />
con la intención <strong>de</strong> ir el miércoles a<br />
eso <strong>de</strong> la tertulia que él tiene en el Ateneo,<br />
conque allá me <strong>de</strong>jó el autobús en un laberinto<br />
triste <strong>de</strong> cemento y goma y ruidos<br />
<strong>de</strong> la estación <strong>de</strong>l sur que no estaba en el<br />
Madrid <strong>de</strong> mis recuerdos, y pordioseando<br />
<strong>de</strong> unos en otros en un bar para tomarme<br />
algo que me mandaban <strong>de</strong> unos en otros<br />
al carajo hasta que un señor amable me<br />
tomó a su amparo y me sentó a comer con<br />
él diciendo para que oyeran los camareros<br />
«pida lo que sea que como veo que es<br />
usted un hombre instruído, no tiene por<br />
qué preocuparse por la cuenta», y luego<br />
alguno me cogió en su auto y me <strong>de</strong>jó en<br />
Sol que yo seguía con la intención <strong>de</strong> ir a<br />
la tertulia a la calle <strong>de</strong>l Prado lo que pasa<br />
es que <strong>de</strong>bí <strong>de</strong> coger mal un metro y fui a<br />
parar a una estación allá a lo lejos <strong>de</strong> la<br />
calle <strong>de</strong> Alcalá que <strong>de</strong> allí con las playeras<br />
que me cocían los pies eché a andar<br />
Alcalá abajo ni sé los kilómetros que haría<br />
entre miradas risueñas <strong>de</strong> chicas al paso<br />
y caras más serias <strong>de</strong> alguno con quien<br />
al irme tambaleando me tropezara un poco,<br />
así hasta que llegué a dar por Velázquez,<br />
y por el barrio <strong>de</strong> Salamanca andaba<br />
tan ricamente <strong>de</strong>ambulando aunque<br />
las chanclas que arrastraba eran un tormento,<br />
cuando voy y me paro con una <strong>de</strong><br />
buen temple y collares largos que resultó<br />
ser colombiana que al fin cortó el palique<br />
y me <strong>de</strong>spidió con una retahíla <strong>de</strong> rezos<br />
que me iban zumbando en los oídos según<br />
trotaba o me arrastraba por la acera<br />
abajo hasta que en un zigzagueo me topé<br />
con una airosa guapita que pasaba <strong>de</strong><br />
prisa pero que tuvo a bien hacerme caso<br />
y se paró conmigo un rato que enseguida<br />
me enteré <strong>de</strong> que era, miusté por dón<strong>de</strong>,<br />
piscóloga o pisquiatra y se llamaba yo<br />
creo que Nora y hasta entre el palique me<br />
diotresbesosycuandome<strong>de</strong>jóyyoseguía<br />
volvió unos pasos atrás y me da diez<br />
pavos «para que duermas en Madrid», y<br />
así seguía yo vagando <strong>de</strong> calle en calle<br />
que <strong>de</strong> vez en cuando algunos chiquillos<br />
se reían <strong>de</strong> mí y me <strong>de</strong>cían al paso cuchufletas<br />
<strong>de</strong> la panza <strong>de</strong>scamisada o las<br />
chanclas o las pelambres y <strong>de</strong>safeites que<br />
llevaba que no me hacían ni fu ni fa pero<br />
que las chanclas acabé ya por quitármelas<br />
que me hinchaban los pies y me dolían<br />
y tirarlas a la basura y así seguí la andanza<br />
<strong>de</strong>scalzo por los adoquines que estaban<br />
calentitos hasta <strong>de</strong> noche con el sol furioso<br />
<strong>de</strong> agosto que había hecho y, e1 caso<br />
es que ya <strong>de</strong> vuelta por Alcalá se me pegó<br />
uno que lo llamaban el Piyuyo que él<br />
mismo me lo dijo y que se me puso muy<br />
amigable y mientras se fumaba en ca<strong>de</strong>na<br />
americanos y me soltaba alguno ya me<br />
estaba proponiendo colaborar en un trapicheo<br />
<strong>de</strong> coca o no sé qué y yo encanta-