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Moda:
publicidad
engañosa
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Hoy en día, miremos hacia donde miremos
la moda nos rodea, y por ello deberíamos
hacer un reflexión sobre los ideales
de belleza que nos muestra este mundo.
Por ejemplo, hubo un programa-concurso
televisivo en el que muchas chicas participaron
con el fin de convertirse en la
Supermodelo 2006 de la agencia Elite
Model Look.
La moda ejerce una gran presión sobre
la sociedad, imponiendo unos estereotipos
de belleza que no tienen similitud
alguna con la realidad. Pero hay quien no
puede verlo y cae en el juego de querer
parecerse lo más posible a esa imagen y
es ahí donde comienza el peligro.
Una adolescente, el público más vulnerable,
querrá conseguir un cuerpo como el
de las modelos que aparecen en las pasarelas
o parecerse a alguna de las chicas
de los anuncios y hará todo lo posible para
ello, quizá arriesgando su vida, dejando
de comer. No se dará cuenta de que el
esfuerzo que hace es inútil porque la
publicidad no es la realidad, es publicidad,
es engaño y la televisión es el medio que
mejor la difunde.
La extrema delgadez que vemos en
algunas modelos, ¿es el ejemplo a
seguir? Si nos paramos a reflexionar nos
daremos cuenta de que no es guapa, está
enferma y no puede reflejar ningún ideal
de belleza. Por ello estoy de acuerdo con
la medida que se tomó en la pasarela
Cibeles de poner un límite al índice de
masa corporal. Un primer paso hacia la
salud.
Otro cambio positivo es la publicidad
que nos ofrece Dove, cuyo lema es: "Por
la belleza real", y enseña en sus anuncios
a chicas normales, reales, dejando atrás
los estereotipos esqueléticos.
En Supermodelo 2006, la mujer tenía
una imagen y no una personalidad. Se trataba
a las competidoras como objetos,
que carecían de opinión, eran otros los
que decidían por ellas y no tenían la más
mínima posibilidad de quejarse o de mostrar
su pensamiento, lo cual llevaba a una
infravaloración de la inteligencia de la
mujer.
En ese centro de formación se buscaba
ser antes modelo que persona. Era triste
ver cómo niñas, chicas aún muy jóvenes,
competían por ser algo totalmente superficial,
cuando ese programa podía mostrar
la parte buena de la moda, sin olvidar que
es un mundo duro y sacrificado, pero que
existe en él algo bueno.
¿Qué valores observábamos en
Supermodelo 2006? Ninguno, no existía
compañerismo, ni amistad, sólo competitividad
cruel, castigo psicológico continuo
hacia las participantes, un trato de inferioridad
si no llegaban a alcanzar los objetivos
que se perseguían.
¿Qué futuro tendrán esas chicas y otras
muchas que trabajan en ese mundo,
cuando sólo les dicen que si no son modelos,
no llegarán a ser nadie? Pensarán
que ya no hay más opciones y que si no lo
consiguen se acabará el mundo. No es
así, pero eso era lo que el programa reflejaba,
desgraciadamente.
Por otra parte, ser modelo femenina es
el único oficio en el que la mujer cobra
más que el hombre y es duro ver que se
trata de un trabajo en el que no se desarrolla
la inteligencia, ni se muestra el
conocimiento de una persona, sino sólo la
imagen.
Cada mujer tiene algo especial y único
y por ello todas somos bellas.
CRISTINA MARTÍN AMORÍN (1º BACH - B)