Realidad, razón, libertad: las raíces del sentido religioso - Pontificia ...
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Amor y violencia<br />
Giuseppe Zaffaroni<br />
Tal vez no bastan los discursos trillados sobre el machismo<br />
para explicar el fenómeno de la violencia doméstica. ¿Y si <strong>las</strong><br />
<strong>raíces</strong> <strong>del</strong> problema fueran más profundas? ¿Por qué tan a<br />
menudo lo que llamamos amor se convierte en violencia?<br />
¿Por qué enamoramiento y pasión asumen tan fácilmente la<br />
máscara trágica <strong>del</strong> terror y de la muerte?<br />
La Cámara de Representantes ha<br />
aprobado el proyecto que pretende<br />
enmendar la ley 54 para cobijar <strong>las</strong><br />
relaciones de adulterio. Se quiere aplicar a<br />
casos de violencia no doméstica una ley<br />
cuyo título es “Ley para la prevención e<br />
intervención con la violencia doméstica”.<br />
Giuseppe Zaffaroni es<br />
Director <strong>del</strong> Instituto de<br />
Doctrina Social de la Iglesia y<br />
profesor de Filosofía de la<br />
<strong>Pontificia</strong> Universidad Católica<br />
de Puerto Rico.<br />
No es necesario ser un experto en derecho para darse cuenta de<br />
que se trata de un absurdo: ¿cómo amparar una acción que<br />
destruye la “domus” (casa, hogar, en latín, de donde viene el<br />
adjetivo “doméstico”) bajo una ley instituida para protegerla, que<br />
busca enfatizar la gravedad de un acto violento cuando se lleve a<br />
cabo en aquella realidad que sin amor y fi<strong>del</strong>idad pierde su <strong>razón</strong><br />
de ser?<br />
Por eso quisiera llamar la atención al co<strong>razón</strong> <strong>del</strong> problema: el<br />
fenómeno de la violencia dentro de la familia y de <strong>las</strong> relaciones<br />
afectivas en general. Nos estamos acostumbrando a ver<br />
explosiones de violencia en <strong>las</strong> parejas casadas y no casadas, en<br />
<strong>las</strong> heterosexuales como en <strong>las</strong> homosexuales, entre novios, ex<br />
novios, divorciados o adúlteros. ¿Qué está pasando? ¿Por qué tan<br />
a menudo lo que llamamos amor se convierte en violencia? ¿Por<br />
qué aquella promesa de felicidad, que es el enamoramiento,<br />
asume tan fácilmente la máscara trágica <strong>del</strong> terror y de la muerte?<br />
No pretendo tener una respuesta exhaustiva, porque<br />
indudablemente estas preguntas nos llevan a mirar en <strong>las</strong><br />
profundidades misteriosas <strong>del</strong> ser humano donde no hay<br />
evidencias solares, sino señales que hay que interpretar y que<br />
piden a todos nosotros una observación honesta, profunda y