Realidad, razón, libertad: las raíces del sentido religioso - Pontificia ...

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09.11.2014 Views

sostener que el sistema geocéntrico hubiese sido impuesto, en sentido literal, por la Biblia, y por otra parte, subraya cuáles han sido los desafíos de una determinada vulgarización del “caso Galileo”, a quien se le ha querido interpretar como el “reflejo de una oposición constitutiva entre ciencia y fe”, cuando en realidad nunca es posible hablar de oposición ni de separación total, sino de una diversidad de métodos que permiten mostrar aspectos diferentes de una realidad única. En efecto, el cambio de un paradigma científico conduce inevitablemente a una revisión de todo el sistema de conocimiento, a través de una continua aclaración de tareas, funciones y finalidades propias de cada disciplina: “el uso de la razón – escribe don Luigi Giussani en El Sentido Religioso – es una aplicación de la capacidad que tiene el hombre para conocer […] la cual implica diversos métodos, procedimientos, o procesos, según la clase de objeto: no tiene un método único, es polivalente, rico, ágil y móvil”. 24 Juan Pablo II, en 1992, también subrayará la importancia de la “aclaración de todas las disciplinas del conocimiento dentro de una delimitación precisa de su campo de investigación, obligando, de hecho, a que cada ciencia tome “una consciencia más rigurosa de su propia naturaleza”. Es válido este reconocimiento de que cada ciencia podrá llevarnos a una verdadera salvaguardia de las especializaciones, pero sin olvidar la necesidad de una síntesis de los diversos conocimientos. Paradójicamente, es precisamente llegando al fondo del aporte especializado dado por cada ciencia, cuando se podrá superar el riesgo de una fragmentación del conocimiento, dando lugar a una “integración del conocimiento” que contemple la constitución de una cultura única del hombre y para el hombre. “Pero si la especialización no está equilibrada por una cuidadosa reflexión para advertir la articulación del conocimiento, es grande el riesgo de llegar a una cultura fragmentada, que sería, de hecho, la negación de la verdadera cultura. Ya que esta última no es concebible sin humanismo y sabiduría”. 25 (Texto de la conferencia presentada en la PUCPR durante el Simposio “Ciencia y Fe: de Galileo a Hawking”, 28 de octubre de 2010). 24 L. Giussani, El sentido religioso, ed. Encuentro, Madrid, 1998, p. 35. 25 Discorso di Giovanni Paolo II ai partecipanti alla Sessione Plenaria della Pontificia Accademia delle Scienze (31 ottobre 1992).

Persona y Sociedad

sostener que el sistema geocéntrico hubiese sido impuesto, en <strong>sentido</strong><br />

literal, por la Biblia, y por otra parte, subraya cuáles han sido los desafíos<br />

de una determinada vulgarización <strong>del</strong> “caso Galileo”, a quien se le ha<br />

querido interpretar como el “reflejo de una oposición constitutiva entre<br />

ciencia y fe”, cuando en realidad nunca es posible hablar de oposición ni<br />

de separación total, sino de una diversidad de métodos que permiten<br />

mostrar aspectos diferentes de una realidad única.<br />

En efecto, el cambio de un paradigma científico conduce inevitablemente<br />

a una revisión de todo el sistema de conocimiento, a través de una<br />

continua aclaración de tareas, funciones y finalidades propias de cada<br />

disciplina: “el uso de la <strong>razón</strong> – escribe don Luigi Giussani en El Sentido<br />

Religioso – es una aplicación de la capacidad que tiene el hombre para<br />

conocer […] la cual implica diversos métodos, procedimientos, o<br />

procesos, según la c<strong>las</strong>e de objeto: no tiene un método único, es<br />

polivalente, rico, ágil y móvil”. 24<br />

Juan Pablo II, en 1992, también subrayará la importancia de la<br />

“aclaración de todas <strong>las</strong> disciplinas <strong>del</strong> conocimiento dentro de una<br />

<strong>del</strong>imitación precisa de su campo de investigación, obligando, de hecho,<br />

a que cada ciencia tome “una consciencia más rigurosa de su propia<br />

naturaleza”.<br />

Es válido este reconocimiento de que cada ciencia podrá llevarnos a una<br />

verdadera salvaguardia de <strong>las</strong> especializaciones, pero sin olvidar la<br />

necesidad de una síntesis de los diversos conocimientos.<br />

Paradójicamente, es precisamente llegando al fondo <strong>del</strong> aporte<br />

especializado dado por cada ciencia, cuando se podrá superar el riesgo<br />

de una fragmentación <strong>del</strong> conocimiento, dando lugar a una “integración<br />

<strong>del</strong> conocimiento” que contemple la constitución de una cultura única <strong>del</strong><br />

hombre y para el hombre.<br />

“Pero si la especialización no está equilibrada por una cuidadosa<br />

reflexión para advertir la articulación <strong>del</strong> conocimiento, es grande el<br />

riesgo de llegar a una cultura fragmentada, que sería, de hecho, la<br />

negación de la verdadera cultura. Ya que esta última no es concebible<br />

sin humanismo y sabiduría”. 25<br />

(Texto de la conferencia presentada en la PUCPR durante el Simposio<br />

“Ciencia y Fe: de Galileo a Hawking”, 28 de octubre de 2010).<br />

24 L. Giussani, El <strong>sentido</strong> <strong>religioso</strong>, ed. Encuentro, Madrid, 1998, p. 35.<br />

25 Discorso di Giovanni Paolo II ai partecipanti alla Sessione Plenaria <strong>del</strong>la <strong>Pontificia</strong> Accademia <strong>del</strong>le<br />

Scienze (31 ottobre 1992).

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