JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

Conflictividad y tragedia
transgresores, culpables. Ahora bien, no quieren ser inocentes de estos. Al
contrario: su gloria es haber hecho lo que han hecho” 38 .
Son dignos de admiración más que de compasión. Lleno de conflictos, su
páthos es su ser más propio afirmado por su voluntad y su hacer aun en
la transgresión. Más aún, la acción saca a luz lo oculto, hasta ahora considerado
como extraño y hostil, para reconocerlo como propio. El conflicto
entre lo extraño y lo propio se dirime con la idea de destino ya no como
algo ajeno que se descarga sobre el héroe trágico, sino que se deletrea en
la acción y cobra realidad-efectiva por medio de ella.
El estallido del conflicto en la catástrofe produce la anagnórisis o el reconocimiento
de la verdad de sí. Comprender es reconocer y reconocerse. Se
retorna así a la disposición ética o Gesinnung. “Solamente cuando ambos
lados se someten por igual se cumple el derecho absoluto y surge la sustancia
ética, como la potencia negativa que absorbe a ambos lados o como
el destino omnipotente y justo” 39 .
La conflictividad se serena en esa justicia de equilibrio, tan cara a Esquilo.
Pero es un equilibrio inestable, abierto a futuras versiones del cruce de dos
conflictos: el fundamental de Antígona entre ley humana y ley divina, y el
secundario de EdipoRey entre saber y no saber.
2.2.- El principio femenino como conflicto y disolución de la bella eticidad
Lo femenino alienta un conflicto subterráneo que enfrenta a la familia con el
Estado, lo particular con lo universal, al joven con el viejo. En el trasfondo
está el conflicto entre la pluralidad de la naturaleza y la unidad a la que tiende
el espíritu. A su vez la guerra propiciada por el Estado despierta el furor
de las Erinias a causa del conculcado derecho de la familia.
38
[Hemos corregido la traducción en un punto esencial, porque donde escribe “inocente” va
“culpable” (schuldig) en el original]. Hegel, G. W. F., Lecciones sobre la estética, trad. A. Brotóns
Muñoz, Madrid, Akal, 1989, p. 869. “Die tragischen Helden sind ebenso schuldig als unschuldig.
Gilt die Vorstellung, der Mensch sei schuldig nur in dem Falle, dass ihm eine Wahl offenstand
und er sich mit Willkür zu dem entschloss, was er ausführt, so sind die alten plastischen
Figuren unschuldig; sie handeln aus diesem Charakter, diesem Pathos, weil sie gerade dieser
Charakter, dieses Pathos sind; da ist keine Unentschlossenheit und keine Wahl. Da eben
ist die Stärke der grossen Charaktere, dass sie nicht wählen, sondern durch und durch von
Hause aus das sind, was sie wollen und vollbringen. […] Zugleich aber führt ihr kollisionsvolles
Pathos sie zu verletzenden, schuldvollen Taten. An diesen wollen sie nicht unschuldig sein. Im
Gegenteil: was sie getan, wirklich getan zu haben, ist ihr Ruhm.” Vorlesungen über die Ästhetik,
E. Moldenhauer y K. M. Michel (Hg.), Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1996, III, pp. 545 s.
39
Hegel, G. W. F., F., pp. 278 s. “Erst in der gleichen Unterwerfung beider Seiten ist das absolute
Recht vollbracht und die sittliche Substanz als die negative Macht, welche beide Seiten
verschlingt, oder das allmächtige und gerechte Schicksal aufgetreten.” Ph., p. 337.
908