JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

Conflictividad y tragedia
su simplicidad tanto a la ley divina como a la ley humana y a las dos autoconciencias
[Antígona y Creonte] en que estas potencias tienen su Dasein”,
ese destino no es otra cosa que el “absoluto ser para sí de la autoconciencia
puramente singular” 34 . Es decir que, para Hegel, la eticidad trágica aliena
en su concepción del destino lo que es propio de la misma autoconciencia
y por eso no está en condiciones de configurar la individualidad. Su propia
realidad efectiva le es desconocida y aún ajena.
Para la conciencia ética solo una de las leyes o potencias es esencial y pasa
así a contraponerse y excluir a la otra.
“La conciencia ética es como autoconciencia en esta oposición, y, como
tal, tiende al mismo tiempo a someter por la fuerza esta realidad-efectiva
contrapuesta a la ley a que ella pertenece o a engañarla. Como solo ve el
derecho de uno de los lados y el desafuero en el otro, de las dos conciencias
aquella que pertenece a la ley divina solo contempla en el otro lado un
acto de fuerza humano y contingente; y, por su parte, la que corresponde a
la ley humana ve en el otro lado la tozudez y la desobediencia del ser para
sí interior; pues las órdenes emanadas del gobierno son el sentido público
universal expuesto a la luz del día, mientras que la voluntad de la otra ley es
el sentido subterráneo, recatado en lo interior, que en su ser allí se manifiesta
como voluntad de la singularidad y que, en contradicción con la primera
es el delito (Frevel)” 35 .
En este texto, Hegel tiene en cuenta la contraposición entre Creonte y Antígona.
Cada uno “solo ve una de esas leyes y se lanza a su cumplimiento porque
es su ley o carácter (en sentido clásico) y cuando experimenta la oposición de
la otra ley la proclama irreal y sin derecho” 36 . Antígona no advierte en Creonte
al gobernante legitimado por la ley humana, sino tan solo un acto humano
contingente y violento. A su vez Creonte acusa a Antígona de engaño, empecinamiento
y desobediencia, una rebelión de la voluntad singular.
34
Ib.
35
F., p. 274. “Das sittliche Bewusstsein ist als Selstbewusstsein in diesem Gegensatze, und
als solches geht es zugleich darauf, dem Gesetze, dem es angehört, diese entgegengesetzte
Wirklichkeit durch Gewalt zu unterwerfen oder sie zu täuschen. Indem es das Recht nur auf
einer Seite, das Unrecht aber auf der andern sieht, so erblickt von beiden dasjenige, welches
dem göttlichen Gesetz angehört, auf der andern Seite menschliche zufällige Gewalttätigkeit;
das aber dem menschlichen Gesetz zugeteilt ist, auf der andern den Eigensinn und den
Ungerhorsam des innerlichen Fürsichseins; denn die Befehle der Regierung sind der allgemeine,
am Tage liegender öffentlicher Sinn; der Wille des andern Gesetzes aber ist der unterirdische,
ins Innre verschlossene Sinn, der in seinem Dasein als Wille der Einzelheit erscheint und im
Widerspruche mit dem ersten der Frevel ist.” Ph., p. 332.
36
Valls Plana, Ramón, Del yo al nosotros. Lectura de la Fenomenología del Espíritu de Hegel,
Barcelona, Laia, 1979, p. 233.
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