JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

María Gabriela Rebok
la muerte y se mantiene pura de la devastación (Verwüstung), sino la que la
soporta (erträgt) y se mantiene en ella” 31 .
Aflora aquí un conflicto de fondo entre naturaleza y espíritu. Advertimos que
el desarrollo del espíritu que comienza por la familia exhibe dos grietas por
las que amenaza la infiltración y el retorno a lo natural salvaje. Por su parte,
el pariente niega la negación o muerte natural, interrumpe la obra destructora
de la naturaleza y eleva de esta manera al consanguíneo a una individualidad
universal, con el culto “lo hace miembro de una comunidad”. 32
Mientras los animales y otras fuerzas materiales continúan el despedazamiento
hasta la aniquilación, la acción cultual de la familia alcanza el fundamento
ontológico y sagrado de la reunión final.
Por su parte, el Estado permite diferenciaciones en sistemas de derecho
personal y de propiedad hasta cierto límite, a partir del cual y, por medio de
la guerra, se constituye en guardián de la cohesión social. De esta manera
hace sentir a la polis que “su dueño y señor es la muerte. [...] por tanto, la
comunidad tiene la verdad y el reforzamiento de su potencia en la esencia
de la ley divina y el reino subterrráneo” 33 .
Resulta, entonces, que la ley humana y la ley divina, el Estado y la familia al
mismo tiempo que se oponen, se confirman mutuamente.
Por otro lado, para la constitución de la individualidad singular es decisiva
la acción, tan decisiva que sin ella no habría autoconciencia. Pero por ella
estalla también la tragedia, vale decir que las dos esencias-potencias, la ley
humana y la ley divina ya no se completan y confirman mutuamente, sino
que se contraponen y enfrentan hasta provocar “la anulación de sí mismo
y del otro” de los agonistas. Para nosotros, es decir, para el filósofo y el
lector de la Fenomenología, lo que ellos experimentan como “el movimiento
negativo o la eterna necesidad del terrible destino que devora en la sima de
31
Hegel, G. W. F., F., p. 24. Hemos preferido ajustar el texto traducido al original en los tres términos
aclarados entre paréntesis en alemán. “Der Tod, wenn wir jene Unwirklichkeit so nennen
wollen, ist das Furchtbarste, und das Tote festzuhalten, das, was die grösste Kraft erfordert.
Die kraftlose Schönheit hasst den Verstand, weil er ihr dies zumutet was sie nicht vermag. Aber
nicht das Leben, das sich von dem Tode scheut und von der Verwüstung rein bewahrt, sondern
das ihn erträgt und in ihm sich erhält, ist das Leben des Geistes.” Ph., p. 29. Nos apartamos de
Kojéve, quien critica ese rebasamiento del ámbito humano. Por el contrario, nos parece que la
antropologización de Kojève reduce el pensamiento trinitario de Hegel: Dios, mundo, hombre,
solo a esta última dimensión.
32
Cf. F., p. 266. Ph., p. 323.
33
F., p. 268. “[...] ihren Herrn, den Tod, zu fühlen zu geben. [...] dieses [das Gemeinwesen] hat
also die Wahrheit und Bekräftigung seiner Macht an dem Wesen des göttlichen Gesetzes und
dem unterirdischen Reich.“ Ph., p. 324.
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