JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

José Luis Fliguer
de los sistemas normativos que caracterizan la vida institucional del animal
humano. Se podría señalar que la concepción evolutivo formalista de una
naturaleza humana tal como la concibe Waddington tiene su antecedente
directo en la antropología de G.B. Vico. Vico afirmaba la existencia de una
naturaleza humana cuya inteligibilidad en la historia exige la comprensión
de la mutua interdependencia de la vida instintiva, la subjetividad y las instituciones
humanas. El filósofo napolitano consideraba que la aprehensión
de esa lógica del desarrollo resultaba central para comprender la dinámica
de los procesos ético-políticos del mundo humano.
De un modo similar, la noción de sabiduría biológica propuesta por
Waddington posibilitaría formar criterios para entender la racionalidad
de la ética, a partir de su inserción en la historia natural del hombre. En
ese sentido podría señalarse que la noción de etización propuesta por
Waddington permite profundizar las intuiciones de los trabajos de Maliandi
sobre el origen de la conflictividad del ethos.
A lo largo de nuestra argumentación pudo verse como la ética no expresa
solamente la compensación del desajuste etológico propiciado por la técnica,
sino que forma parte de un proceso de desarrollo más general de los
patrones de organización etológica de la especie, que son generadores de
una revolución en el orden cognitivo y técnico, pero que también desafiaron
los mecanismos de regulación de la agresión intraespecífica.
En tal sentido, el fenómeno de etización humana pone de manifiesto que el
conflicto es una condición de todo ethos posible y no solamente una condición
contingente, ya que el análisis de la economía de la pulsión agresiva debe rastrearse
en los diferentes procesos formales epigenéticos analizados (la lingüistización,
la subjetivación a partir del Otro, la técnica, el desarrollo moral).
Por otra parte es notorio que el análisis antropológico propuesto por la
escuela de Palo Alto hace visible cierta precariedad en la diferenciación entre
acción comunicativa y acción estratégica; diferenciación que ha permitido
a la ética del discurso sostener, en gran medida la afirmación del carácter
meramente empírico de la conflictividad. Lo que Habermas llama acción
estratégica podría comprenderse como un patrón emergente en contextos
donde se han simplificado los valores a maximizar en el comportamiento,
ya que el patrón estratégico responde a una teleología que maximiza pocas
dimensiones en función de resultados, en contextos que, como señala
Bateson, son propios de las economías productivas de escasez.
De todos modos los análisis de Bateson demuestran que en contextos institucionales
estables, basados en una economía de abundancia, como los
descriptos en el estudio sobre el ethos de los nativos de Bali, sigue siendo
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