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JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

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Guerra y conflicto<br />

los dones entre los animales, Zeus, temiendo que nuestra especie quede<br />

exterminada por completo, envía a Hermes para que lleve a los hombres el<br />

pudor y la justicia, precisamente los principios de las Moral y del Derecho.<br />

Es posible que la aparición del homo sapiens haya sido la causa de la desaparición<br />

de neandertales y otras especies humanas que no conocemos.<br />

Se sabe que hubo una época en la Tierra en la coexistieron por lo menos<br />

cuatro grupos humanos distintos, de la que solo sobrevivió una, el homo<br />

sapiens sapiens, del que somos descendientes. Aún antes de la aparición<br />

de la agricultura también es probable que haya habido algunas hordas primordiales,<br />

en perpetuo conflicto con congéneres y parientes cercanos, a<br />

los que persiguieron y exterminaron. Esa es la hipótesis que desarrolla en<br />

un film de 1981, La guerra del fuego, Jean-Jacques Annaud, en cuyo guión<br />

intervinieran entre otros el escritor Anthony Burgess y el antropólogo Desmond<br />

Morris.<br />

El fuego, cuando todavía los humanos no conocen la técnica para producirlo,<br />

es el objeto de deseo y, por lo tanto, el principal desencadenante de<br />

la situación de guerra. El argumento de la película roza varias hipótesis que<br />

son ineludibles al momento de reflexionar acerca del tema que nos ocupa.<br />

El carácter rapaz de los humanos; la aparición del humor y del amor entre<br />

los grupos más evolucionados; la idea -no tan descabellada- de que haya<br />

habido guerras por la posesión del fuego, sobre todo teniendo en cuenta<br />

que la mayoría de las guerras que conocimos, en los dos últimos siglos,<br />

han sido guerras por la posesión del combustible. Hasta el siglo XIX fue el<br />

carbón; luego vendrían las guerras del petróleo, las que todavía nos afligen;<br />

mañana, quizás, el uranio, el agua, o cualquier otra fuente primordial de<br />

energía. No resulta, por lo tanto, descabellado suponer un argumento de<br />

ficción donde los humanos primitivos se maten entre sí por la posesión del<br />

fuego.<br />

La reflexión, el retroceso al carácter primitivo de la naturaleza humana y la<br />

cuestión de la guerra, conducen a las tesis sobre la que se ha asentado toda<br />

la antropología, desde el siglo XVII hasta el presente; también la mayoría de<br />

las ciencias sociales; esta es la pregunta acerca del carácter primigenio -<br />

hostil o benevolente- de los seres humanos. Sobre esa decisión valorativa<br />

acerca de la bondad o maldad de la naturaleza humana, de su tendencia a<br />

las pasiones alegres o a las pasiones tristes, se ha asentado la filosofía de<br />

la historia, la economía y la política moderna.<br />

El liberalismo, el anarquismo, el comunismo, partieron del interior de de una<br />

respuesta positiva o negativa a esa pregunta, que en tanto problema metafísico,<br />

no podremos dar por satisfecha nunca, pero que, como auténtico<br />

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