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JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

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Razón y dilema trágico<br />

es precisamente este, el que conviene a nuestro propósito de clarificar qué<br />

se entiende por “dilema trágico”.<br />

En el “dilema trágico” “siempre hay algo que se sacrifica y ese algo pervive<br />

como residuo y recordatorio de que no se ha tomado una decisión correcta<br />

o del todo correcta”. Esta cuota de sacrifico implicada en la decisión de<br />

un conflicto, hace que los “dilemas de sacrificio” adquieran un particular<br />

relieve y planteen el desafío ético de la tragedia, en la medida en que aparecerían<br />

como totalmente paradójicos o absolutamente irracionales.<br />

La decisión que todo dilema trágico conlleva, y que implica un sacrificio y<br />

una incertidumbre, no admite para Lariguet graduaciones, de modo tal que<br />

no hay posibilidad alguna de recurrir a su solución apelando al mal menor.<br />

Es un enfrentamiento entre posturas absolutamente contrapuestas, donde la<br />

única alternativa es el todo o nada. O lo “Uno o lo Otro”, como el título de la<br />

obra de Kierkegaard, en una disyunción absoluta, sin posible convergencia ni<br />

tercera posibilidad, que pone al hombre frente a una “experiencia extrema”.<br />

Se sobrepasa el límite o el umbral moral y se encuentra en una situación de<br />

la que solo se puede salir a través de una vía moralmente prohibida.<br />

Los dilemas trágicos pueden involucrar también una “conflictividad sincrónica”,<br />

tal como sostiene Ricardo Maliandi 11 , al afirmar que existen dos estructuras<br />

básicas de la conflictividad: la “conflictividad sincrónica” y la “diacrónica”,<br />

que determinan oposiciones polares entre sus términos, pero que<br />

hay que entenderlas “en el marco de sistemas dinámicos, es decir como<br />

“tendencias, preferencias o éticamente, como exigencias”. Dejando de lado<br />

la polaridad diacrónica que se relaciona básicamente con la temporalidad,<br />

ya sea priorizando el futuro o enfatizando el pasado, nos centraremos en<br />

la “polaridad sincrónica” que es independiente de la dimensión temporal<br />

y que representa la oposición entre lo universal y lo particular o individual.<br />

Frente a la ley, al mandato universal, a lo universalizable, se opta por lo individual,<br />

frente a la identidad por la diferencia. “Se tiende a lo universal y se<br />

choca (o se diverge) con lo que tiende al reconocimiento de lo individual, de<br />

lo único, de lo irrepetible. Cuando se exige lo uno, se excluye lo otro” 12 .<br />

Nicolai Hartmann ya había advertido sobre el conflicto sincrónico que aparece<br />

como oposición axiológica cualitativa entre lo universal y lo individual,<br />

superando el rigorismo kantiano, que reduce la oposición solo a deberes versus<br />

inclinaciones y si el deber es lo universal y universalizable, la inclinación<br />

representa lo particular.<br />

11<br />

Maliandi, R.: Introducción a la Conflictividad, inédito, <strong>2009</strong>.<br />

12<br />

Maliandi, R.: Introducción a la Conflictividad, ob. cit., pág. 26.<br />

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