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JORNADAS NACIONALES DE ÉTICA 2009 - UCES

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Alberto Damiani<br />

de salvar la vida del prójimo. En esa discusión Constant sostiene que un<br />

principio moral que prescribiera sinceridad incondicionada haría imposible<br />

la vida en sociedad. Para justificar esta tesis propone el siguiente caso: un<br />

asesino llama a mi puerta y me pregunta si una persona inocente (un amigo,<br />

en el ejemplo de Constant), que él quiere matar, está en mi casa o no.<br />

Esa persona está en mi casa. Entonces, se me plantea el conflicto entre las<br />

obligaciones mencionadas. Si digo la verdad, pongo en riesgo la vida del<br />

inocente; si protejo su vida, miento 3 .<br />

El ejemplo utilizado por Constant presenta, entonces, un conflicto entre<br />

dos obligaciones morales: la obligación de sinceridad y la de salvar una<br />

vida humana. En este ejemplo el conflicto consiste en que si se cumple<br />

una de esas obligaciones no se puede cumplir la otra: si decimos la verdad,<br />

ponemos en peligro la vida de nuestro amigo; si protegemos su vida,<br />

mentimos. No interesa aquí reconstruir detalladamente las posiciones defendidas<br />

por Kant y Constant en la discusión en torno a este caso. El mismo<br />

resulta relevante para nosotros solo en cuanto presenta un conflicto<br />

entre dos obligaciones morales, que debería ubicarse en el tercer nivel de<br />

conflictividad antes mencionado. Quisiera destacar que hay algo evidente<br />

en este conflicto, a saber: solo puede darse bajo ciertas condiciones fácticas<br />

y contingentes.<br />

En este caso hay un conflicto entre obligaciones morales porque un asesino<br />

pregunta por la presencia de nuestro amigo, perseguido por él. En otros<br />

casos, ese conflicto no se da. Por ejemplo, si tuviésemos que responder,<br />

no ante un asesino, como en el caso propuesto por Constant, sino ante un<br />

tribunal de jueces imparciales que aplican leyes justas, no habría conflicto<br />

normativo porque nuestra sinceridad no pondría en peligro la vida del prójimo.<br />

Estos dos casos tienen similitudes y diferencias. Ambos se asemejan<br />

en el hecho de que alguien nos pregunta por la presencia de nuestro amigo<br />

en nuestra casa. La diferencia entre los dos casos radica en el carácter<br />

moral del hablante que formula esa pregunta. En el caso propuesto por<br />

Constant, la pregunta es formulada por un asesino; en el segundo caso, en<br />

cambio, se trata de los miembros de un tribunal de jueces imparciales que<br />

aplican leyes justas (o de cualquier otro hablante que no tenga malas intenciones).<br />

Este breve examen del ejemplo propuesto por Constant muestra<br />

claramente que el conflicto normativo entre dos obligaciones morales (en<br />

este caso la obligación de sinceridad y la de salvarle la vida al prójimo) no es<br />

a priori sino que es a posteriori. La existencia de este conflicto depende de<br />

circunstancias fácticas: en algunos casos hay conflicto entre esas obligaciones<br />

morales y en otros casos no. Si las circunstancias varían, el conflicto<br />

3<br />

Véase Constant, Benjamin: Des réactions politiques, fragmentos traducidos por Mario Caimi<br />

en: “La crítica de Constant a Kant”, Cuadernos de ética, 2-3, 1987, pp. 143-151: 148.<br />

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