¿Quien-creo-a-Dios? de R. Zacharias-N. Geisler

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PREGUNTAS DIFÍCILES ACERCA DE LA BIBLIA 155 ¿PODEMOS CONFIAR EN LOS TESTIGOS BÍBLI, COS? Los testigos bíblicos son dignos de confianza por diversas razones. Primero, quienes escribieron las Escrituras fueron, en su mayoría, contemporáneos con !os sucesos. Moisés fue testigo de los sucesos descritos desde Exodo a Deuteronomio (d. Éxodo 24:4; Deuteronomio 31:24). Josué fue testigo de los acontecimientos registrados en su libro (d. Josué 24:26), como también Samuel (d. 1 Samuel 10:25), y los profetas lsaías, Jeremías, Daniel, Esdras y Nehemías, con posterioridad a él. Lo mismo es cierto en el Nuevo Testamento. Mateo fue discípulo de Jesús. Marcos era coetáneo y ayudante del apóstol Pedro (cf. 1 Pedro 5:13). Lucas fue contemporáneo y conocía a los testigos oculares (d. Lucas 1:1-4). Juan era discípulo de Jesús y testigo ocular de los acontecimientos. (1 Juan 1:1-2) En segundo lugar, en el caso de los escritores del Nuevo Testi:lmento, los ocho (o los nueve)8 autores fueron apóstoles, o personas muy cersanas a los apóstoles como testigos oculares o contemporáneos: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Santiago, Pedro y Judas. Todos fueron hombres que tenían los más altos principios de ética y estaban dispuestos a pagar con su vida el precio de sus convicciones, como muchos de ellos lo hicieron. En tercer lugar, la credibilidad de estos escritores radica en: (1) su tendencia a dudar si Jesús había o no resucitado de entre los muertos (cf. Mateo 28:17; Marcos 16:3; Lucas 24:11; Juan 20:24-29); (2) la inclusión de material poco favorable a su persona (d. Mateo 16:23; Marcos 14:47); (3) los diversos relatos (Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, etc.) que confirman sus palabras por dos o tres testigos como requerido en un juicio (cf. Deuteronomio 17:6); (4) las divergencias entre los relatos que revelan que no había colusión (d. véase Mateo 28:5; Juan 20:12); (5) la confirmación de los relatos gracias a cientos de descubrimientos arqueológicos;9 y (6) las pruebas que datan el material básico acerca de la muerte y resurrección de Jesús en el entorno de los años 55 y 60 d.C. El famoso historiador, Colin Hemer, confirmó que Lucas ya había escrito Hechos en el año 62 d.C.lO Pero él escribió el Evangelio que lleva su nombre, que dice básicamente las mismas cosas acerca de Jesús que dicen Mateo y Marcos, antes de escribir Hechos (o sea, antes del año 60 d.C). Además, los críticos bíblicos admiten que Pablo escribió 1 Corintios 15:1-6, en que se relata la muerte y la resurrección de Jesús, alrededor del año 55 d.C. No había pasado más de veintidós años desde la muerte de Jesús, y más de 250 testigos de su resurrección vivían aún. ¿POR QUÉ EL SEMINARIO DE JESÚS RECHAZA LA CONFIABILIDAD DE LOS TESTIGOS DEL NUEVO TESTAMENTO? Mediante premisas y conclusiones equivocadas este grupo autoproclamado de más de setenta eruditos ha hecho afirmaciones estrafalarias con respecto al Nuevo Testamento, poniendo en tela de juicio el ochenta y dos por ciento de las enseñanzas que los Evangelios atribuyen a Jesús. Uno de los fundadores del grupo, John Dominic Crossan, en su propósito de negar la resurrección de Jesús, llegó al extremo de afirmar que Jesús había sido enterrado muy a ras del suelo, y que los perros lo habían desenterrado y devorado. 11 Las afirmaciones de este seminario no tienen fundamento por diversas razones. Tienen motivos espurios. Como ellos mismos lo reconocen, su meta es crear un nuevo Jesús «ficticio»,I2 que conlleva la destrucción de la vieja imagen de Jesús en los Evangelios y la reconstrucción de una figura que se adapte al hombre moderno. En vista de esto, nadie debería buscar en sus escritos al

PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE LA BIBLIA . 157 verdadero Jesús. Su tarea está viciada por su confeso afán de publicidad. En sus propias palabras: «Vamos a desarrollar nuestra tarea a plena luz pública; no solo nos compromete~ mos con la libertad de información sino que insistiremos en la divulgación pública de nuestra tarea»\). En una confesión franca, también reconocieron la naturaleza radical de su tarea. El cofundador de este seminario, Robert Funk, dijo: «Estamos internándonos en lo que para muchos es lo más sagrado y, por lo tanto, muchas veces estaremos al borde de la blasfemia» 14. Usan procedimientos viciados y libros equivocados. Su proce~ dimiento está viciado porque pretenden determinar la verdad por el voto de la mayoría. Este método no es mejor hoy que cuando la mayoría de la gente creía que el mundo era plano. Su votación se basa en parte en un hipotético evangelio Q (del alemán Quelle, que significa fuente) y en un evangelio del siglo dos, el evangelio de Tomás, provenientes de los heréticos gnós~ ticos. Además, apelan a un inexistente Marcos Secreto. El resul~ tado es que asignan más credibilidad al evangelio apócrifo de Tomás que al de Marcos o Juan. Se basan en suposiciones erradas. Sus conclusiones se basan en premisas radicales, una de las cuales es su rechazo a los milagros. Ahora bien, si Dios existe, los milagros son posibles. Por lo tanto, cualquier rechazo de los milagros es un rechazo a la exis~ tencia de Dios. Aun más, sus conclusiones se basan en la supo~ sición infundada de que el cristianismo fue influenciado por las religiones místicas. Edwin Yamauchi, el renombrado historia~ dor de la antigüedad, ha demostrado que esto no es el caso, dado que los escritores judíos monoteístas de las Escrituras no podrían haber recurrido a fuentes paganas politeístas y no hubieran podido depender de fuentes posteriores a su tiempoY Se basan en fechas equivocadas. Este seminario postula fechas tardías injustificadas para los cuatro Evangelios (posiblemente entre los años 70 y 100 d.C.). Con esto creen poder concluir que el Nuevo Testamento está conformado por mitos tardíos de Jesús. Pero esto se contrapone a la evidencia de los manuscritos egipcios del segundo siglo que contienen copias de fragmentos de Juan y que favorecerían su origen asiático en el primer siglo. Además, los Evangelios del Nuevo Testamento están citados en otras obras del primer siglo, como son La epístola de Barrabás La Didaqué, Los Corintios de Clemente y Las siete epístolas d~ Ignacio. Además, el historiador Colin Hemer ha demostrado que el Evangelio de Lucas se escribió antes que Hechos (cf. L~c.a~ 1:1 con Hechos 1:1) y que hay firme evidencia que per~ mltma fecharlo antes de los años 60~62 d.C, durante la misma generación en que murió Jesús. 16 Además, aun los estudiosos críticos aceptan que 1 Corintios se escribió entre 55~56 d.C., o sea unos veintidós a veintitrés años después de la muerte de Jesús (en el año 33 d.C.). No hubiera sido posible que se desa~ rrollaran mitos sustanciales en este período tan breve mientras todavía había testigos oculares que pudieran corregir el error. Finalmente, algunos críticos están dispuestos a admitir fechas tempranas para los Evangelios del Nuevo Testamento. El obis~ po John A.T. Robinson, ya fallecido, argumentaba en su libro Redating the New Testament [Nueva datación del Nuevo Testamento] que estos habían sido escritos entre los años 40 y no mucho más allá de 60 d.CY Esto fecharía los primeros regis~ tros escritos ¡siete años después de la muerte de Jesús! Llegan a conclusiones equivocadas. Después de destruir la base p~ra ~l Jesús real de los Evangelios, este seminario no llega a nmgun acuerdo real con respecto a quién fue Jesús en realidad: un cínico, un sabio, un reformador judío, un feminista, un maestro y profeta, un profeta social radical, o un profeta esca~ tológico. No es nada sorprendente que algo llevado a cabo por este grupo, con procedimientos erróneos, basado en libros equi~ vocados, fundado en premisas falsas y utilizando fechas erróne~ as, llegue a conclusiones equivocadas. Quienes estén interesados en considerar la evidencia de la

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verda<strong>de</strong>ro Jesús. Su tarea está viciada por su confeso afán <strong>de</strong><br />

publicidad. En sus propias palabras: «Vamos a <strong>de</strong>sarrollar<br />

nuestra tarea a plena luz pública; no solo nos compromete~<br />

mos con la libertad <strong>de</strong> información sino que insistiremos en<br />

la divulgación pública <strong>de</strong> nuestra tarea»\). En una confesión<br />

franca, también reconocieron la naturaleza radical <strong>de</strong> su<br />

tarea. El cofundador <strong>de</strong> este seminario, Robert Funk, dijo:<br />

«Estamos internándonos en lo que para muchos es lo más<br />

sagrado y, por lo tanto, muchas veces estaremos al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

la blasfemia» 14.<br />

Usan procedimientos viciados y libros equivocados. Su proce~<br />

dimiento está viciado porque preten<strong>de</strong>n <strong>de</strong>terminar la verdad<br />

por el voto <strong>de</strong> la mayoría. Este método no es mejor hoy que<br />

cuando la mayoría <strong>de</strong> la gente creía que el mundo era plano. Su<br />

votación se basa en parte en un hipotético evangelio Q (<strong>de</strong>l<br />

alemán Quelle, que significa fuente) y en un evangelio <strong>de</strong>l siglo<br />

dos, el evangelio <strong>de</strong> Tomás, provenientes <strong>de</strong> los heréticos gnós~<br />

ticos. A<strong>de</strong>más, apelan a un inexistente Marcos Secreto. El resul~<br />

tado es que asignan más credibilidad al evangelio apócrifo <strong>de</strong><br />

Tomás que al <strong>de</strong> Marcos o Juan.<br />

Se basan en suposiciones erradas. Sus conclusiones se basan en<br />

premisas radicales, una <strong>de</strong> las cuales es su rechazo a los milagros.<br />

Ahora bien, si <strong>Dios</strong> existe, los milagros son posibles. Por lo<br />

tanto, cualquier rechazo <strong>de</strong> los milagros es un rechazo a la exis~<br />

tencia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Aun más, sus conclusiones se basan en la supo~<br />

sición infundada <strong>de</strong> que el cristianismo fue influenciado por las<br />

religiones místicas. Edwin Yamauchi, el renombrado historia~<br />

dor <strong>de</strong> la antigüedad, ha <strong>de</strong>mostrado que esto no es el caso,<br />

dado que los escritores judíos monoteístas <strong>de</strong> las Escrituras no<br />

podrían haber recurrido a fuentes paganas politeístas y no<br />

hubieran podido <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> fuentes posteriores a su tiempoY<br />

Se basan en fechas equivocadas. Este seminario postula fechas<br />

tardías injustificadas para los cuatro Evangelios (posiblemente<br />

entre los años 70 y 100 d.C.). Con esto creen po<strong>de</strong>r concluir<br />

que el Nuevo Testamento está conformado por mitos tardíos <strong>de</strong><br />

Jesús. Pero esto se contrapone a la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los manuscritos<br />

egipcios <strong>de</strong>l segundo siglo que contienen copias <strong>de</strong> fragmentos<br />

<strong>de</strong> Juan y que favorecerían su origen asiático en el primer siglo.<br />

A<strong>de</strong>más, los Evangelios <strong>de</strong>l Nuevo Testamento están citados<br />

en otras obras <strong>de</strong>l primer siglo, como son La epístola <strong>de</strong> Barrabás<br />

La Didaqué, Los Corintios <strong>de</strong> Clemente y Las siete epístolas d~<br />

Ignacio. A<strong>de</strong>más, el historiador Colin Hemer ha <strong>de</strong>mostrado<br />

que el Evangelio <strong>de</strong> Lucas se escribió antes que Hechos (cf.<br />

L~c.a~ 1:1 con Hechos 1:1) y que hay firme evi<strong>de</strong>ncia que per~<br />

mltma fecharlo antes <strong>de</strong> los años 60~62 d.C, durante la misma<br />

generación en que murió Jesús. 16 A<strong>de</strong>más, aun los estudiosos<br />

críticos aceptan que 1 Corintios se escribió entre 55~56 d.C., o<br />

sea unos veintidós a veintitrés años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Jesús (en el año 33 d.C.). No hubiera sido posible que se <strong>de</strong>sa~<br />

rrollaran mitos sustanciales en este período tan breve mientras<br />

todavía había testigos oculares que pudieran corregir el error.<br />

Finalmente, algunos críticos están dispuestos a admitir fechas<br />

tempranas para los Evangelios <strong>de</strong>l Nuevo Testamento. El obis~<br />

po John A.T. Robinson, ya fallecido, argumentaba en su libro<br />

Redating the New Testament [Nueva datación <strong>de</strong>l Nuevo<br />

Testamento] que estos habían sido escritos entre los años 40 y<br />

no mucho más allá <strong>de</strong> 60 d.CY Esto fecharía los primeros regis~<br />

tros escritos ¡siete años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Jesús!<br />

Llegan a conclusiones equivocadas. Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>struir la base<br />

p~ra ~l Jesús real <strong>de</strong> los Evangelios, este seminario no llega a<br />

nmgun acuerdo real con respecto a quién fue Jesús en realidad:<br />

un cínico, un sabio, un reformador judío, un feminista, un<br />

maestro y profeta, un profeta social radical, o un profeta esca~<br />

tológico. No es nada sorpren<strong>de</strong>nte que algo llevado a cabo por<br />

este grupo, con procedimientos erróneos, basado en libros equi~<br />

vocados, fundado en premisas falsas y utilizando fechas erróne~<br />

as, llegue a conclusiones equivocadas.<br />

Quienes estén interesados en consi<strong>de</strong>rar la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la

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