PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN Y LA DISCUSIÓN Capítulo seis 1. Si alguien dijera ser el Hijo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, ¿qué tipo <strong>de</strong> cia <strong>de</strong>searía tener para corroborar su ¿Confirman bien la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> Jesús los milagros hizo, el cumplimiento <strong>de</strong> las profecías y su
132 i ~ U I í n e B ¡ o 8 o I o P PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE LA BIBLIA 133 Preguntas acerca <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> la Biblia Los evangélicos creen que las Escrituras prov~n~eron <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> por medio <strong>de</strong> hombres piadosos q~e ,tra~scnbIero~ las palabras mismas <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. l Es d~cir, l~ BIbha tiene un ongen divino, aunque se produjo mediante mstrumentos humanos. Sin embargo, esta creencia <strong>de</strong>spierta muchas preguntas <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> nuestra cultura. Las siguientes dudas son solo algu, nas <strong>de</strong> las más comunes. ¿DE DÓNDE PROVIENE LA BIBLIA? La Escrituras dicen que vino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Al referirse a todo el Antiguo Testamento, Pablo escribió: «Toda la Escritura es inspirada por <strong>Dios</strong> y útil para enseñar, para repren<strong>de</strong>r, para corregir y para instruir en la justicia)) (2 llmoteo 3:1?). Al Nuevo Testamento también se lo llama las Escnturas. Cuando Pablo cita al evangelio en 11lmoteo 5:18, lo llama «las Escrituras)). Y Pedro, en 2 Pedro 3:15,16, también se refie~e a las epístolas <strong>de</strong> Pablo como Escrituras. Por lo tanto, tanto todo el An~iguo como el Nuevo Testamento, los Evangelios y las epístolas, se consi<strong>de</strong>ran escritos «inspi~a~os por <strong>Dios</strong>)). Jesús usó una expresión similar cuando se refl~lO a la Palabra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> como proveniente «<strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> DI~S», diciéndole al tentador: «No sólo <strong>de</strong> pan vive el hombre, smo <strong>de</strong> toda palabra que sale <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>)) (Mateo 4:4). ¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA? La Biblia no solo dice que se trata <strong>de</strong> palabras inspiradas por <strong>Dios</strong>, sino que fue producida por escritores movidos, por el Espíritu. Pedro dice que los profetas <strong>de</strong>l Ant~g~o Testamento fueron hombres «impulsados» por el Espmtu Santo. «Porque la profecía no ha tenido su origen en la vol~, tad humana, sino que los profetas hablaron <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> DIOS, impulsados por el Espíritu Santo» (2 Pedro 1:21). David, agre, gó: «El Espíritu <strong>de</strong>l Señor habló por medio <strong>de</strong> mí; puso sus palabras en mi lengua» (2 Samuel23:2). La Biblia, por lo tanto, dice que vino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> a través <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. La Biblia fue escrita por profetas <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Él es la fuente originaria <strong>de</strong> la Biblia, pero sus hombres, llamados profetas, fueron sus instrumentos para registrar sus palabras. El papel <strong>de</strong> los profetas bíblicos fue exclusivo. Eran sus voceros, enco, mendados para pronunciar sus palabras, ni más ni menos (cf. Proverbios 30:6; Apocalipsis 22: 18, 19). <strong>Dios</strong> le dijo a Balaam: «Limítate a <strong>de</strong>cir sólo lo que yo te man<strong>de</strong>» (Números 22:35), y él respondió: «Solo que no podré <strong>de</strong>cir nada que <strong>Dios</strong> no ponga en mi boca» (v. 38). 0, como lo expresa Amós: «Habla el Señor omnipotente; ¿quién no profetizará?» (Amós 3:8). Todo el Antiguo Testamento fue escrito por profetas; algu, nos fueron profetas <strong>de</strong> oficio. Moisés fue un profeta (cf. Deuteronomio 18:15). Escribió los primeros cinco libros <strong>de</strong> la Biblia conocidos como «el libro <strong>de</strong> Moisés» (Marcos 12:26) o «Moisés» (Lucas 24:27). Todos los libros posteriores a estos al principio se llamaron «los profetas» (Mateo 5.17; Lucas 24:27). El Nuevo Testamento se refiere al conjunto <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong>l Antiguo Testamento como «las profecías» (2 Pedro 1:20,21; cf. Hebreos 1:1). Des<strong>de</strong> Samuel (cf. 1 Samuel 10: 10,12) ha habido un grupo <strong>de</strong> profetas (cf. 1 Samuel 19:20). Algunos hombres, como Elías (cf. 1 Reyes 18:36; Malaquías 4:5) o Eliseo (cf. 2 Reyes 9: 1 ), fueron reconocidos <strong>de</strong> esa forma. Otros escritores <strong>de</strong>l Antiguo Testamento fueron profetas porque tenían ese don. Es <strong>de</strong>cir, no pertenecieron a ningún grupo o conjunto <strong>de</strong> profetas, pero <strong>Dios</strong> habló por medio <strong>de</strong> ellos y les dio un mensaje para transmitir al pueblo (cf. Amós 7:14,15). Daniel era un príncipe por profesión (cf. Daniel 1:3,6), pero se convirtió en profeta porque recibió el llama,