¿Quien-creo-a-Dios? de R. Zacharias-N. Geisler

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PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE lA CIENCIA 63 que prominentes científicos como Stephen Hawking y Paul Davies han explorado las implicancias de la ciencia para la teología con teólogos de la talla de John Polkinghome y Wolfhart Pannenberg. Además de haber publicaciones espe, cializadas dedicadas al diálogo entre la cienciá y la religión, como Zygon y Perspectives on Science and Christian Faith [Perspectivas sobre la ciencia y la religión cristiana], es aun más significativo que revistas seculares como Nature y el British }ournal for the Philosophy of Science (revista dedicada a la cilosofía de la ciencia) también publiquen artículos acerca de las implicancias recíprocas entre la ciencia y la teología. El diálogo entre éstas se ha vuelto tan relevante en nuestros días que, tanto la Universidad de Cambridge como la Universidad de Oxford, han establecido cátedras sobre ambas. Menciono todo esto simplemente para contrarrestar un mito cultural, un mito arraigado en la ignorancia y recha, zadohoy por la mayoría de la academia: el mito de que la ciencia y la religión cristiana son adversarios inherentes más que aliados en la búsqueda de la verdad. ¿CUÁL DEBERÍA SER LA RELACtÓN ENTRE TEOLOGÍA Y CIENCIA? Las respuestas a esta pregunta tan discutida pueden divi, dirse básicamente en dos grandes campos: quienes insisten en que no hay conflicto posible entre la ciencia y la teología y aquellos que consideran que dicho conflicto es posible. Los cristianos deberían ser cautelosos antes de aceptar la respues' ta fácil del primer campo. Es muy tentador para los creyentes religiosos tratar de evitar todo el problema y afirmar que la religión y la ciencia nunca pueden entrar en conflicto, no hay nada de qué preocuparse. Pero esta respuesta puede ser considerada inaceptable una vez que la examinamos con más detenimiento, porque cualquiera' que opte por esta primera respuesta, debe sostener una teoría de la doble verdad, según la cual algo puede ser científicamente falso pero teológicamen' te verdadero; o que son complementarias, que la ciencia y la teología son dos campos que no se superponen (la ciencia se refiere a los hechos y la teología nos da el marco de los valo, res y el sentido). Sin embargo, la teoría de la doble verdad es incoherente, dado que hay una verdad objetiva acerca de la realidad. (Afirmar: «No hay verdad objetiva» sería en sí una verdad objetiva y, por lo tanto, ¡estaría refutando lo que pre, tende afirmar!). Pero si hay una verdad objetiva acerca de cómo es el mundo, no es lógico afirmar, por ejemplo, que mientras, desde el punto de vista científico, es verdadero que el universo es eterno y no fue creado, no obstante, desde el punto de vista teológico, es verdad que tuvo un principio y que fue creado. Con respecto a que se traten de dos disciplinas comple, mentarias, la aproximación popular demasiado a menudo no es más que una excusa velada para desestimar los postulados de verdad de la religión, como es evidente en el comentario cándido de Freeman Dyson: «A fin de cuentas, la ciencia trata acerca de cosas y la teología trata acerca de palabras»5. La idea de que sean dos campos complementarios también es inaceptable, porque la fe cristiana hace afirmaciones históri, cas, y la historia tiene, desde un punto de vista epistemológi, co, la misma jerarquía que la ciencia, como es evidente espe, cialmente en las ciencias históricas como la paleontología y la cosmología. Por lo tanto, no se puede evitar la posibilidad de verdades conflictivas entre la ciencia y la religión. Debemos reconocer el riesgo que esto implica para la fe cris, tiana: la verdad del cristianismo estaría en peligro. Sin embargo, ahí radica también su grandeza, porque el mundo que ambos campos tienen en común y que hace posible el conflicto también ofrece la posibilidad de verificar las verda, des preconizadas por la teología cristiana.

PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE LA CIENCIA 65 ¿Cómo describe la ciencia moderna al mundo? C.P. Snow se lamentaba en su famoso ensayo: «The Two Cultures» [Las dos culturas], que a pesar de que la mayoría de las personas viven en una era científica y disfrutan diariamente los beneficios de la misma, no tienen idea de lo que ésta enseña acerca del mundo. 6 Aunque la mayoría hemos cursado materias de ciencia en la escuela y la secundaria, pocos podríamos describir ni siquiera a grandes rasgos la imagen del mundo representada por la ciencia moderna. Sin embargo, si no se entiende cómo concibe el mundo, resulta imposible poder relacionar nuestra teología con la ciencia y arribar a una cosmovisión unificada. Por lo tanto, con la ayuda de Victor Weisskopf,7 quisiera esbozar un perfil de la visión que la ciencia moderna tiene del mundo conforme a su desarrollo histórico: 1. Unificación de la mecánica celestial y terrenal: las mismas leyes de la naturaleza rigen en todo el universo. 2. La existencia de especies atómicas: toda la materia es el resultado de la combinación de unos cientos de átomos elementales diferentes. 3. El calor es movimiento aleatorio: el calor se debe al movhniento de las partículas de la materia y no es en sí una sustancia. 4. La unificación de la electricidad, el magnetismo y la óptica: son todas manifestaciones del mismo campo electromagnético. 5. La evolución de los seres vivos: la vida y la complejidad biológica surgió como se describe en la síntesis Neodarwiniana. 6. La teoría de la Relatividad: el espacio y el tiempo están unificados en las cuatro dimensiones espacio y tiempo, cuya curvatura corresponde a campos gravitacionales. 7. La teoría Cuántica: a un nivel sub-atómico las nociones de posición y de momento tienen límites debidos a la indeterminación causal. 8. La Biología Molecular: el descubrimiento de la macromolécula de ADN reveló que el código genético es responsable del desarrollo de los seres vivos. 9. La «Escala» Cuántica: los sistemas materiales están ordenados jerárquicamente de manera que, cuanto menor sea el sistema, mayor será la energía condensada allí, develando así el secreto de la energía nuclear. 10. Un universo en expansión: el universo tiene una evolución histórica que comenzó con una gran explosión. Muchas de estas cuestiones dan lugar a importantes cuestiones de orden apologético. Los cristianos alertas, especialmente los líderes, necesitan contar con una comprensión general de estas cuestiones y estar preparados para ofrecer su perspectiva al respecto y sugerir recursos apropiados a quienes deseen respuestas más profundas. Lamentablemente, las cuestiones que deben discutirse son tantas y la amplitud de los temas es tan vasta que el espacio del que disponemos no permitirá más que un tratamiento superficial de los mismos. Por lo tanto, he decidido considerar brevemente solo cuatro áreas que se han' caracterizado últimamente por una interacción significativa entre la teología cristiana y la ciencia. ¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL UNIVERSO? El punto diez, con respecto al contorno de la visión científica del mundo, plantea la cuestión de los orígenes del cosmos. Es la pregunta crucial de la creación: ¿cuál es el origen del universo? ¿Por qué existe? La Biblia comienza con las palabras: «Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra». Nos enseña así que el universo tuvo un principio. La Biblia

PREGUNTAS DIFíCILES ACERCA DE lA CIENCIA 63<br />

que prominentes científicos como Stephen Hawking y Paul<br />

Davies han explorado las implicancias <strong>de</strong> la ciencia para la<br />

teología con teólogos <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> John Polkinghome y<br />

Wolfhart Pannenberg. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> haber publicaciones espe,<br />

cializadas <strong>de</strong>dicadas al diálogo entre la cienciá y la religión,<br />

como Zygon y Perspectives on Science and Christian Faith<br />

[Perspectivas sobre la ciencia y la religión cristiana], es aun<br />

más significativo que revistas seculares como Nature y el<br />

British }ournal for the Philosophy of Science (revista <strong>de</strong>dicada a<br />

la cilosofía <strong>de</strong> la ciencia) también publiquen artículos acerca<br />

<strong>de</strong> las implicancias recíprocas entre la ciencia y la teología.<br />

El diálogo entre éstas se ha vuelto tan relevante en nuestros<br />

días que, tanto la Universidad <strong>de</strong> Cambridge como la<br />

Universidad <strong>de</strong> Oxford, han establecido cátedras sobre<br />

ambas. Menciono todo esto simplemente para contrarrestar<br />

un mito cultural, un mito arraigado en la ignorancia y recha,<br />

zadohoy por la mayoría <strong>de</strong> la aca<strong>de</strong>mia: el mito <strong>de</strong> que la<br />

ciencia y la religión cristiana son adversarios inherentes más<br />

que aliados en la búsqueda <strong>de</strong> la verdad.<br />

¿CUÁL DEBERÍA SER LA RELACtÓN ENTRE<br />

TEOLOGÍA Y CIENCIA?<br />

Las respuestas a esta pregunta tan discutida pue<strong>de</strong>n divi,<br />

dirse básicamente en dos gran<strong>de</strong>s campos: quienes insisten<br />

en que no hay conflicto posible entre la ciencia y la teología<br />

y aquellos que consi<strong>de</strong>ran que dicho conflicto es posible. Los<br />

cristianos <strong>de</strong>berían ser cautelosos antes <strong>de</strong> aceptar la respues'<br />

ta fácil <strong>de</strong>l primer campo. Es muy tentador para los creyentes<br />

religiosos tratar <strong>de</strong> evitar todo el problema y afirmar que la<br />

religión y la ciencia nunca pue<strong>de</strong>n entrar en conflicto, no<br />

hay nada <strong>de</strong> qué preocuparse. Pero esta respuesta pue<strong>de</strong> ser<br />

consi<strong>de</strong>rada inaceptable una vez que la examinamos con más<br />

<strong>de</strong>tenimiento, porque cualquiera' que opte por esta primera<br />

respuesta, <strong>de</strong>be sostener una teoría <strong>de</strong> la doble verdad, según la<br />

cual algo pue<strong>de</strong> ser científicamente falso pero teológicamen'<br />

te verda<strong>de</strong>ro; o que son complementarias, que la ciencia y la<br />

teología son dos campos que no se superponen (la ciencia se<br />

refiere a los hechos y la teología nos da el marco <strong>de</strong> los valo,<br />

res y el sentido). Sin embargo, la teoría <strong>de</strong> la doble verdad es<br />

incoherente, dado que hay una verdad objetiva acerca <strong>de</strong> la<br />

realidad. (Afirmar: «No hay verdad objetiva» sería en sí una<br />

verdad objetiva y, por lo tanto, ¡estaría refutando lo que pre,<br />

ten<strong>de</strong> afirmar!). Pero si hay una verdad objetiva acerca <strong>de</strong><br />

cómo es el mundo, no es lógico afirmar, por ejemplo, que<br />

mientras, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista científico, es verda<strong>de</strong>ro que<br />

el universo es eterno y no fue creado, no obstante, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

punto <strong>de</strong> vista teológico, es verdad que tuvo un principio y<br />

que fue creado.<br />

Con respecto a que se traten <strong>de</strong> dos disciplinas comple,<br />

mentarias, la aproximación popular <strong>de</strong>masiado a menudo no<br />

es más que una excusa velada para <strong>de</strong>sestimar los postulados<br />

<strong>de</strong> verdad <strong>de</strong> la religión, como es evi<strong>de</strong>nte en el comentario<br />

cándido <strong>de</strong> Freeman Dyson: «A fin <strong>de</strong> cuentas, la ciencia<br />

trata acerca <strong>de</strong> cosas y la teología trata acerca <strong>de</strong> palabras»5.<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que sean dos campos complementarios también es<br />

inaceptable, porque la fe cristiana hace afirmaciones históri,<br />

cas, y la historia tiene, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista epistemológi,<br />

co, la misma jerarquía que la ciencia, como es evi<strong>de</strong>nte espe,<br />

cialmente en las ciencias históricas como la paleontología y<br />

la cosmología. Por lo tanto, no se pue<strong>de</strong> evitar la posibilidad<br />

<strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s conflictivas entre la ciencia y la religión.<br />

Debemos reconocer el riesgo que esto implica para la fe cris,<br />

tiana: la verdad <strong>de</strong>l cristianismo estaría en peligro. Sin<br />

embargo, ahí radica también su gran<strong>de</strong>za, porque el mundo<br />

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<strong>de</strong>s preconizadas por la teología cristiana.

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