07.11.2014 Views

Darnton, John - Experimento

Darnton, John - Experimento

Darnton, John - Experimento

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Dios bendito. ¿De veras hay gente que paga esas cantidades?<br />

—¿Bromeas? Estamos hablando de algunos de los tipos más ricos y poderosos del<br />

país. Gente que está en la cima, que tiene poder, dinero, fama, influencia. Poseen todo<br />

eso, sí, pero les falta algo. ¿Qué le piden a la vida todos esos tipos? La oportunidad de<br />

seguir aferrándose a ella. Si pudieras venderle a esa gente sesenta o setenta años extra,<br />

años útiles, productivos, ¿crees que no te los comprarían, que no harían cualquier cosa<br />

con tal de conseguirlos?<br />

—Así que ya has averiguado lo que hacen. En ese caso, ¿por qué no los detenéis?<br />

—No es tan fácil. Por un lado, tenemos que saber quiénes son, todos ellos. Si<br />

metemos la pata y sólo detenemos a unos pocos, será inútil. Porque los otros volverán a<br />

la clandestinidad y resultarán aún más peligrosos.<br />

—¿Y por otro lado?<br />

—¿Cómo?<br />

—Comenzaste diciendo: «Por un lado», ¿qué pasa por el otro lado?<br />

—Ah. Bueno, por otro lado... Gran parte de lo que te estoy contando son simples<br />

conjeturas que carecerían de valor probatorio ante un tribunal y que el juez desestimaría<br />

por poco bueno que fuese el abogado defensor.<br />

—Pues a mí me parece que sabéis bastante.<br />

—Tendrías que ver el expediente. Es bastante delgado. Un manojo de informes<br />

parciales, algunas transcripciones de conversaciones telefónicas, recortes de periódicos.<br />

Un montón de espacios en blanco. No parece sino que alguien haya estado retirando<br />

documentos del expediente.<br />

Jude no necesitó ninguna aclaración. Alguien del FBI se había pasado al otro bando.<br />

—Esos agentes renegados del Bureau... ¿son los que estuvieron a punto de<br />

matarme en la mina y los que luego me persiguieron?<br />

—En efecto.<br />

—¿Y volaron también la pensión de Washington?<br />

—De nuevo diste en el clavo.<br />

—¿Por qué no los desenmascaráis?<br />

—Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Creo que ellos son más que nosotros.<br />

—¿En quién confías?<br />

—En nadie. Sólo en mí mismo. Y en mi compañero, Ed Brantley. Estuve a punto de<br />

traerlo conmigo, pero supuse que tú te asustarías.<br />

—¿Por qué no haces alguna detención?<br />

—¿A quién quieres que detenga?<br />

Jude tardó unos momentos en contestar.<br />

—¿Qué tal ese multimillonario que mencionaste? ¿Cómo se llama?<br />

—Billington. Sam Billington. Sí. El tipo tuvo una importancia crucial. En determinado<br />

momento, él fue quien los financió. Los sacó de Jerome. Les dio dinero suficiente para<br />

comprar la islita que exploraste. No es mal sitio, ¿verdad? Sin isla Cangrejo, no creo que<br />

el plan se pudiese haber llevado a cabo.<br />

—¿Quién es Billington?<br />

—Quién era. Recuerda que está muerto. Ganó montones de dinero con el plástico.<br />

Consiguió vivir muy bien, y deseaba prolongar su existencia al máximo. Esto llegó a<br />

convertirse en una obsesión: asistía a conferencias, patrocinaba investigaciones, incluso<br />

llegó a poner anuncios. Así que cuando se tropezó con el Laboratorio fue un caso de<br />

273

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!