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Contigua a la oficina encontraron una habitación grande y tenebrosa. En la puerta<br />
tuvieron que detenerse debido a la fetidez. Olía a podredumbre y a enfermedad. Entraron<br />
y, una vez sus ojos se hubieron acostumbrado a la penumbra, comenzaron a distinguir<br />
formas y movimientos: había gente sobre los colchones desnudos pegados a una de las<br />
paredes. No se trataba de personas normales, sino de figuras menudas y arrugadas que<br />
se volvían lentamente hacia ellos para mirarlos.<br />
—Dios bendito —dijo Jude—. ¿Qué es esto?<br />
Se acercaron a un pequeña criatura desnuda que permanecía tumbada de espaldas,<br />
con la vista en el techo. Parecía un niño, pero resultaba difícil estar seguro. Era<br />
totalmente lampiño, hasta el punto de carecer incluso de cejas y pestañas. La piel de su<br />
enorme cráneo era fina, arrugada y casi transparente, y bajo ella eran visibles las<br />
pulsantes venas. No debía de medir mucho más de metro veinte, pero estaba<br />
grotescamente proporcionado: cabeza enorme, rostro pequeño, mandíbula prognática,<br />
ojos saltones y nariz grande con forma de pico. En la piel tenía infinidad de manchas<br />
amarillo parduscas. El pecho era estrecho, el abdomen prominente, las rodillas huesudas<br />
y los órganos sexuales parecían hipertróficos.<br />
Era un ser peculiar que guardaba cierto parecido con un pájaro. Mientras lo<br />
observaban, abrió las pestañas y los miró en silencio con ojos que eran negros pozos sin<br />
fondo. Estaba más allá del alcance de Jude y Skyler, totalmente ido. Los dos hombres<br />
tuvieron la extraña sensación de estar contemplando los ojos vidriosos de un anciano en<br />
su lecho de muerte.<br />
Al parecer, aquello era una especie de pabellón de hospital, sólo que no se veían por<br />
ningún lado ni médicos ni enfermeras. La presencia de los dos hombres no produjo<br />
ningún tipo de reacción en las criaturas. Los gemidos que los habían llevado hasta allí<br />
habían cesado, y el lugar se hallaba sumido en un extraño silencio, roto ocasionalmente<br />
por un quejido o una tos. El único movimiento era el de un ventilador de techo, que giraba<br />
lentamente, revolviendo los olores del vómito y la diarrea y repartiéndolos por todo el<br />
pabellón.<br />
—Los dejaron abandonados —le dijo Jude a Skyler en un susurro.<br />
Skyler, que lo miraba todo con expresión de furia, no respondió.<br />
Había más seres sobre los mugrientos colchones. Algunos parpadeaban al<br />
aproximarse Skyler y Jude, y éste era el único indicio de que reparaban en la presencia<br />
de ambos. Otros seguían con los ojos cerrados, sin apenas respirar, exhaustos y<br />
resignados.<br />
Algunos parecían sollozar en silencio. En el segundo pabellón volvió a sonar el<br />
gemido que habían oído cuando se hallaban al otro lado del muro. Procedía de una<br />
muchacha, y cuando trataron de ayudarla, ella quedó de nuevo en absoluto silencio, una<br />
momia de piel arrugada y ojos rodeados por oscuros círculos.<br />
Muchos de ellos eran similares al primer muchacho que habían visto, con el mismo<br />
cuerpo pajaril. La única diferencia era que algunos tenían pelo. Un pelo finísimo y<br />
totalmente blanco.<br />
Skyler y Jude entraron en un tercer pabellón. Allí, algunos eran capaces de caminar,<br />
pero lo hacían torpemente y con las piernas muy abiertas, como si les costase un gran<br />
esfuerzo moverse.<br />
Skyler se aproximó a un muchacho que caminaba lentamente en círculos.<br />
—¿Quién eres? —le preguntó—. ¿Qué te ocurre?<br />
El muchacho se detuvo, encogió los hombros, frunció el entrecejo y lo miró,<br />
asombrado. Luego, sin decir palabra, fue a un rincón, se sentó, se puso a chuparse el<br />
pulgar y comenzó a mover ligeramente el cuerpo hacia adelante y hacia atrás.<br />
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