Nº 31, Septiembre 2010 - Centro de Estudios Garrigues

ExpresARTE
Mª Dolores Agustí
Profesora Máster en Banca y Finanzas del Centro de Estudios Garrigues
Ghirlandaio en Madrid
En las salas de exposiciones
temporales del Museo Thyssen-
Bornemisza, y hasta el día 10 de
octubre, podremos realizar un apasionante
recorrido por el arte del Renacimiento
florentino del Quatroccento. Con
la figura del pintor Domenico
Ghirlandaio como disculpa, gira
la muestra en torno al Retrato
de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni,
realizado entre 1489
y 1490, al que acompañan un
selecto conjunto de 60 obras,
tanto pinturas como esculturas,
dibujos, manuscritos iluminados,
libros de horas, medallas
y objetos diversos que ilustran
admirablemente el ambiente de
arte y cultura de la Florencia de
finales del siglo XV.
Ghirlandaio, nombre adoptado
por una familia renacentista
de pintores florentinos que
originariamente se llamaban
Bigordi, tiene en Domenico a su
más importante representante.
Coetáneo de Leonardo da Vinci
y de Botticelli, destaca por su
estilo detallista y exquisitamente
profano, incluso en la temática
religiosa, ambientando sus obras
en los lujosos interiores de las casas de
burgueses acaudalados, por lo que se
le considera, por su lujo de detalles, el
mejor cronista de las costumbres y de la
vida cotidiana de su época. Fue maestro
de Miguel Angel, y su hijo, Ridolfo,
fue compañero y amigo de Rafael.
La historia que se esconde tras la
imagen de la representada por el maestro
italiano resulta tan seductora como
la propia obra de arte. En definitiva, es
una bella historia de amor y muerte.
Giovanna nace en 1468 en una de
las familias más importantes de Florencia.
Ya su abuelo, Luca di Maso degli
Albizzi, aliado de los Médicis, había
Cabeza de un joven con bonete (anverso),Perugino
destacado como capitán de las galeras
florentinas, haciendo innumerables viajes
y floreciente comercio por la mayor
parte de Europa. En 1486, su nieta Giovanna
contrae matrimonio con Lorenzo,
joven, noble, culto y elegante, único
hijo legítimo de Giovanni Tornabuoni y
emparentado con los Médici. El padre
de Lorenzo, Giovanni Tornabuoni, había
acumulado una ingente riqueza como
apoderado en Roma de la banca Médici,
actuando además, en ocasiones,
como intermediario entre sus representados
y el Papa.
La boda se celebra por todo lo alto,
como así lo atestiguan numerosos documentos
conservados y que
también se presentan en esta
exposición. Los fastos duran
tres días. El primero, Giovanna,
vestida de blanco y luciendo un
magnífico peinado adornado
con ricos aderezos, es escoltada
por una comitiva de caballeros
desde su morada hasta el
Palazzo Tornabuoni, lujosamente
engalanado desde la misma
puerta de entrada, donde la recibe
su suegro que la conduce
al interior y allí la presenta a los
invitados, la flor y nata de la nobleza
florentina, con el embajador
de España a la cabeza, don
Iñigo López de Mendoza, nieto
del Marqués de Santillana,
como invitado de honor.
Tras el banquete, se entregan
numerosos regalos a los
presentes, como piñas doradas
símbolo de fertilidad. Luego
se traslada el cortejo a la plaza
donde en una tarima al aire libre, profusamente
adornada, se desarrolla el
baile. Todo el vecindario presencia el
espectáculo. Y se ofrece vino y comida
en abundancia para todos. En los
días posteriores tuvieron lugar justas
y torneos, ceremonias y fiestas, todo
al mismo tenor. Ambas familias tenían
gran interés en reforzar su imagen pública.
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