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dominical - La Opinión de Zamora

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IV / <strong>dominical</strong> <strong>La</strong> Opinión - El Correo / Domingo, 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2007<br />

Domingo, 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2007 / <strong>La</strong> Opinión - El Correo<br />

<strong>dominical</strong> / V<br />

DELFINARIO<br />

LA FRASE<br />

«De todos<br />

los<br />

peligros, el<br />

mayor es<br />

subestimar<br />

al enemigo»<br />

PEARL S.BUCK<br />

●<br />

DELFIN RODRIGUEZ<br />

Historias peregrinas<br />

(A MI AMIGO PABLO DELFIN AL QUE QUIERO Y AL<br />

QUE ANIMO A QUE “PEGUE LOS CODOS” PARA QUE<br />

TENGA UN FINAL DE CURSO GUAY)<br />

LA CABRA<br />

electoral<br />

RESUMEN DE LO PUBLICADO<br />

HOY ES DIA DE ELECCIO-<br />

NES. HAY QUE TOMARSELAS CON RES-<br />

PONSABILIDAD Y ALEGRIA. COMO LOS<br />

CANDIDATOS DE ESTA PEQUEÑA HISTO-<br />

RIA QUE SOLO PRETENDE ARRANCAR<br />

UNA SONRISA.<br />

<strong>La</strong>s elecciones <strong>de</strong> aquel año<br />

<strong>de</strong> gracia 1968 estaban que<br />

echaban chispas, al rojo vivo. Y<br />

eso que en mi pueblo había caído<br />

una nevada morrocotuda y los carámbanos<br />

estaban pegados a los aleros<br />

<strong>de</strong> las casas amenazando con caer y<br />

partirle la crisma al personal.<br />

Había tres candidatos, aunque la verdad<br />

sea dicha uno <strong>de</strong> ellos, Belarmino<br />

Pérez pintaba poco porque era medio<br />

lelo y se presentaba más que nada por<br />

tocar los cojones. Los otros dos sí.<br />

Eran enemigos irreconciliables y luchaban<br />

por hacerse alcal<strong>de</strong>s al precio que<br />

fuera. Y el precio no iba a ser pequeño.<br />

Unos días antes <strong>de</strong> los comicios uno<br />

<strong>de</strong> ellos, Macario Peralta, que era ten<strong>de</strong>ro,<br />

echó un órdago con el que no podía<br />

competir Domiciano Andrés, que<br />

era más humil<strong>de</strong> y se <strong>de</strong>dicaba a la labranza.<br />

Salió a la plaza <strong>de</strong> la iglesia y<br />

se puso a gritar a todo pulmón, ¡alpargatas<br />

regalo alpargatas esparreñas tu<br />

voto por unas bonitas alpargatas!<br />

<strong>La</strong> gente al principio no se acercaba<br />

al mitin. Macario Peralta no regalaba<br />

i<strong>de</strong>as y las alpargatas, con aquel tiempo,<br />

no servían para nada. Hasta que se<br />

acercó un parroquiano y se interesó por<br />

la oferta <strong>de</strong> Macario. Hombre Macario,<br />

le dijo, qué es lo que regalas. Y Macario<br />

le explicó que le regalaba una alpargata<br />

si lo votaba y que si salía elegido<br />

alcal<strong>de</strong> le regalaba la otra. El tío se rascó<br />

la boina, agarró un zapato, miró al<br />

cielo y dijo, jo<strong>de</strong>r Macario estas alpargatas<br />

con este temporal… Luego se<br />

alejó pensativo dándole vueltas a la gorra.<br />

Mientras tanto en la casa <strong>de</strong>l pobre<br />

Domiciano daban las elecciones por<br />

perdidas. Echaba cuenta <strong>de</strong> los votos fijos<br />

<strong>de</strong> su familia y pensaba, coño no<br />

me llegan en cuanto Macario me arranque<br />

diez o doce votos con las alpargatas<br />

palmo. Incluso temía que su propio<br />

«Si lo votaban a él<br />

les regalaría un<br />

jamón, eso sí,<br />

cuando la cerda<br />

quedara preñada y<br />

pariera»<br />

«¡Agua y cabra agua<br />

y cabra vos doy si<br />

me votáis!, -gritaba<br />

el candidato a la<br />

Alcaldía»<br />

cuñado Francisquín, ante el reclamo <strong>de</strong><br />

las alpargatas <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> votarlo.<br />

Algo <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> hacer si no quería retirarse.<br />

Eufrasia su esposa se dio un masaje<br />

en la espalda con la aguja <strong>de</strong> tejer<br />

lana y se puso a pensar. Domiciano yo<br />

creo que hay una solución, murmuró al<br />

cabo <strong>de</strong> unos segundos satisfecha por el<br />

placer que le producía la aguja rascando<br />

la cotra <strong>de</strong> la rabadilla. El marido la<br />

miró con ojos como platos, hacer qué<br />

Ufrasia yo no veo qué po<strong>de</strong>mos hacer<br />

para competir con las alpargatas <strong>de</strong> ese<br />

mamón.<br />

Eufrasia le dijo, tente que tengo un<br />

plan. Y se sentaron en la escañeta <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> la chimenea para oír el plan<br />

antes <strong>de</strong> que se quedaran congelados<br />

con la helada que estaba cayendo y que<br />

metía cuchillos <strong>de</strong> frío por la gatera. <strong>La</strong><br />

esposa dijo al fin ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> misterio:<br />

la cuchina Domiciano, la cuchina…<br />

El buen hombre no entendía nada.<br />

<strong>La</strong> cuchina qué, Ufrasia. Pues que si él<br />

regala alpargatas nosotros po<strong>de</strong>mos regalar<br />

jamones, susurró al oído <strong>de</strong>l esposo.<br />

Domiciano seguía sin enten<strong>de</strong>r, ¿y<br />

<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sacamos nosotros quince o<br />

dieciséis jamones que necesitamos<br />

para ganar? ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> si no tenemos<br />

colgada ni una puta paletilla en los<br />

varales?<br />

<strong>La</strong> mujer lo calmó diciéndole, no<br />

los tenemos pero po<strong>de</strong>mos tenerlos. Y<br />

fue cuando acabó <strong>de</strong> explicarle el plan:<br />

mira mañana mismo echamos a la cuchina<br />

al verraco queda preñada tiene<br />

ocho cuchinitos y ya están los dieciséis<br />

jamones bien sencillo parece.<br />

No era mala la i<strong>de</strong>a, no. Sólo que<br />

había que convencer a los votantes <strong>de</strong><br />

que en su día, si Domiciano ganaba<br />

las elecciones, cobrarían los jamones.<br />

Para eso, dijo la avispada mujer, po<strong>de</strong>mos<br />

hacerle un pagaré a cada uno,<br />

vale por un jamón… Eso sí, tendrían<br />

que curarlos ellos en casa porque la<br />

cocina propia no tenía sitio para tanto<br />

jamón.<br />

Al día siguiente comenzaron a realizar<br />

el plan. Domiciano se fue a la<br />

plaza y se colocó frente a su contrincante<br />

electoral gritando: ¡jamones, regalo<br />

jamones, un jamón por voto!...<br />

Al momento su mesa electoral se llenó<br />

<strong>de</strong> parroquianos a los que le explicó<br />

que si lo votaban les regalaría un<br />

jamón, eso sí, cuando la cerda quedara<br />

preñada y pariera, aunque no había<br />

que tener cuidado, aquella misma mañana<br />

la habían echado a un potente<br />

verraco.<br />

A esas mismas horas en casa <strong>de</strong>l<br />

lelo Belarmino Pérez se <strong>de</strong>sarrollaba<br />

una dura batalla. Su madre Mariana<br />

luchaba por hacerlo entrar en razón y<br />

convencerlo <strong>de</strong> que él no había nacido<br />

para político, que no podía ganarle<br />

bajo ningún concepto a Macario y<br />

mucho menos a Domiciano que llevaba<br />

en el programa el asunto ese <strong>de</strong> los<br />

jamones. Mejor era retirarse y no hacer<br />

el ridículo.<br />

Belarmino Pérez sonreía con su cara<br />

bobalicona y le <strong>de</strong>cía a su progenitora,<br />

ma estas elecciones bien las gano<br />

yo. Su madre, un tanto nerviosa, le<br />

preguntó, pero hijo no seas iluso, dime<br />

¿cómo las vas a ganar tú que no<br />

ofreces nada más que tu honra<strong>de</strong>z? Y<br />

él, sonriendo para sus a<strong>de</strong>ntros, le<br />

contestó: ma yo voy a regalarles a los<br />

parroquianos una cabra y un cántaro<br />

<strong>de</strong> agua.<br />

Sin duda su hijo se había vuelto loco.<br />

¿Cómo iba a ganar unas elecciones<br />

ofreciendo una cabra para todos y<br />

un cántaro <strong>de</strong> agua, si aún fuera <strong>de</strong> vino…<br />

Acabó <strong>de</strong> comprobar que estaba<br />

“pallá” cuando le vio salir al espacio<br />

electoral a gritar, ¡cabra una cabra vos<br />

regalo yo si me votáis a mí una cabra<br />

y un cántaro <strong>de</strong> agua!<br />

Pensaron los votantes que se cachon<strong>de</strong>aba<br />

<strong>de</strong> ellos y se hincharon a<br />

reír. Pero el candidato seguía a lo suyo<br />

vociferando su propuesta y sin<br />

arredrase ante las risas: ¡agua y cabra<br />

agua y cabra vos doy si me votáis! El<br />

caso es que viéndole así, tan optimista<br />

y convencido, hasta parecía que tenía<br />

un as en la renegrida manga <strong>de</strong> su<br />

chaqueta.<br />

Cuando llegó la hora <strong>de</strong> la verdad,<br />

los votantes se echaron a la calle a<br />

primera hora <strong>de</strong> la mañana. Hacía un<br />

frío que pelaba y el suelo estaba blanco<br />

por el hielo. Los electores con los<br />

zapatos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra en los pies y con<br />

las papeletas <strong>de</strong> los votos <strong>de</strong>bidamente<br />

preparadas en la mano se acercaban<br />

al Ayuntamiento soplando las uñas y<br />

exhalando un vaho <strong>de</strong>nso por la boca.<br />

El Ayuntamiento estaba al final <strong>de</strong><br />

la calle don Balbino Matamoros, que<br />

era un notorio notario <strong>de</strong> la localidad<br />

al que se <strong>de</strong>bía el telégrafo. Tenía muchos<br />

recovecos y el suelo hecho un socavón.<br />

Al pasar la última esquina avistaron<br />

a lo lejos un objeto no i<strong>de</strong>ntificado.<br />

Allí, frente a la Casa Consistoria<br />

había una gran humareda. Apresuraron<br />

el paso los electores temerosos <strong>de</strong> que<br />

estuviera ocurriendo alguna <strong>de</strong>sgracia,<br />

aunque con aquella helada no era fácil<br />

que el fuego llegara lejos.<br />

Poco a poco fueron aguzando la<br />

vista hasta <strong>de</strong>scubrir que <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la<br />

humareda había una enorme lumbrinaria<br />

avivada con unos gran<strong>de</strong>s trozos<br />

<strong>de</strong> roble. Sobre la lumbrinaria había<br />

un enorme pote portugués <strong>de</strong> hierro<br />

<strong>de</strong> cincuenta litros. Llegaron los electores<br />

y se encontraron con las manos<br />

<strong>de</strong> Belarmino Pérez arrimadas a las<br />

brasas.<br />

Qué haces, Belarmino, le inquirieron<br />

sus <strong>de</strong>mocráticos vecinos. Y él<br />

respondió, pues aquí a votar. Y en ese<br />

preciso instante cogió una taza <strong>de</strong><br />

porcelana y la llenó <strong>de</strong> un rico caldo<br />

que sacó con una caceta <strong>de</strong>l pote. Sorbió<br />

y se relamió los labios alabando<br />

las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aquel caldito caliente<br />

que con aquel frío era un manjar <strong>de</strong><br />

dioses.<br />

Uno <strong>de</strong> los electores le dijo, ¿puedo<br />

probar? Y Belarmino le dijo, claro<br />

que pue<strong>de</strong>s probar hombre. Metió el<br />

cazo al pote y suspendió la cacetada<br />

con el consomé en el aire al tiempo<br />

que murmuraba, este consomé es gloria<br />

es <strong>de</strong> cabra y lleva “ferviendo”<br />

cinco horas… El elector nervioso le<br />

dijo, echa ya hombre y Belarmino le<br />

contestó, echaré el consomé en tu<br />

gaznate si tú echas el voto mío en la<br />

urna sino ya sabes largo <strong>de</strong> aqúi...<br />

Se quedó pensativo aquel hombre y<br />

dijo alzando la voz, ¿sabes qué te digo<br />

Belarmino? Que más vale consomé<br />

<strong>de</strong> cabra en mano que alpargata y<br />

jamón volando. Y agarrando el voto<br />

<strong>de</strong> Belarmino se hizo servir una cacetada<br />

rebosante <strong>de</strong> grasa, humo y prometedor<br />

sabor.<br />

Rico este consomé coño, dijo el<br />

elector segundos antes <strong>de</strong> que ante el<br />

pote <strong>de</strong> Belarmino se hiciera una larga<br />

hilera <strong>de</strong> votantes.<br />

El resultado electoral es que sacó<br />

todos los votos y días <strong>de</strong>spués se hicieron<br />

unos sesudos estudios en la<br />

Universidad <strong>de</strong> <strong>Zamora</strong> que concluyeron<br />

con un diagnóstico claro: vale<br />

más una pequeña realidad que ciento<br />

volando.<br />

E-mail: <strong>de</strong>lfin_rod@hotmail.com<br />

¡ Vive las<br />

ELECCIONES!<br />

Se acabó la tabarra. Ahora toca elegir a<br />

nuestros representantes. Hay que ver la cantidad<br />

<strong>de</strong> cosas dichas y hechas por los candidatos<br />

para hacerse un hueco en la vida política.<br />

Afortunadamente hoy todo quedan atrás y los<br />

ciudadanos tomamos la palabra.<br />

Entre las tonterías que más me han llamado<br />

la atención está lo <strong>de</strong> la señora esa que afortunadamente<br />

no es española. Se llama Tanja Derveaux,<br />

es candidata al senado belga y no se le<br />

ha ocurrido otra cosa mejor que prometer cuarenta<br />

mil felaciones a otros tantos viciosillos<br />

que la votaran. Veremos en junio si la votan y<br />

veremos cómo paga, porque a veinte felaciones<br />

diarias tardará cincuenta años en cumplir su<br />

promesa electoral. Y eso “trabajando” a <strong>de</strong>stajo,<br />

hasta en los días festivos. Aunque lo <strong>de</strong> la<br />

señora esa belga, que se anuncia con alitas <strong>de</strong><br />

ángel, tiene un pase porque al fin y al cabo juega<br />

con lo suyo. Pero lo <strong>de</strong>l ayuntamiento <strong>de</strong> un<br />

pueblo gallego es la remonda. Resulta que el<br />

consistorio ha tenido que pagar nada más y nada<br />

menos que nueve mil euros en líneas eróticas.<br />

El o los calientes usuarios o usuarias municipales<br />

emitieron cinco mil mensajes e hicieron<br />

cuatrocientas llamadas a líneas eróticas y<br />

no creo que fueran para pedir el voto. Debían<br />

<strong>de</strong> ir a Bélgica a votar para quitarse el mono.<br />

Y es que en las elecciones casi todo vale.<br />

Como lo que ha hecho otro candidato alicantino.<br />

Ha prometido viagra gratis para el personal.<br />

Un compinche granadino pensó que ofrecer<br />

ayudas al ciudadano estaba bien y promete<br />

podólogo <strong>de</strong> bal<strong>de</strong>. Unos andarán bien <strong>de</strong> los<br />

genitales y otros <strong>de</strong> los pies.<br />

Es mejor prometer y ven<strong>de</strong>r música y buen<br />

rollo, como un cantante que suele aparecer en<br />

teles y revistas <strong>de</strong>l corazón con la melena al<br />

viento y gafas <strong>de</strong> noche cantando rock duro. Ya<br />

lo hacía Clinton con el saxofón y tan mal no le<br />

fue. Aunque en vez <strong>de</strong> votar a Tanja la belga<br />

votara a la Lewinsky.<br />

Aunque ven<strong>de</strong>r otras cosas también da buen<br />

rédito. Algunos partidos políticos ven<strong>de</strong>n los<br />

atriles con logo y todo en los que “actúan” sus<br />

candidatos. Con ellos usted se pue<strong>de</strong> hacer el<br />

Rajoy o el Zapatero en casa. Otra cosa es que<br />

la parienta esté por la labor. Sólo un pero. Los<br />

artefactos rondan las trescientas mil pelas, un<br />

poco mucho para un candidato.<br />

El atril le sobra al moro para ganarse año<br />

tras año la confianza <strong>de</strong>l pueblo. Un musulmán<br />

repite machaconamente sin encomendarse ni a<br />

Dios ni al diablo. Lleva doce, es médico y seguramente<br />

tiene una buena receta para hacer<br />

confiar en su gestión a sus parroquianos. Como<br />

confían en otro amigo, que a sus 91 años es el<br />

alcal<strong>de</strong> más viejo <strong>de</strong> España. Lleva 28 como<br />

alcal<strong>de</strong> y piensa seguir otras tres legislaturas.<br />

Su sueño es hacer una piscina y estrenarla. Seguro<br />

que con esa moral lo consigue.<br />

Un buen ejemplo este honrado abuelete para<br />

un chavalín que a sus diecinueve años ha<br />

salido elegido para la alta responsabilidad <strong>de</strong><br />

alcal<strong>de</strong>. Sueña con que las mujeres <strong>de</strong> su municipio<br />

tengan trabajos mejores que fregar<br />

suelos. Y es que hoy es la maravillosa fiesta<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en la que todos cabemos,<br />

salvo los que no quieren hacer <strong>de</strong> la convivencia<br />

su herramienta <strong>de</strong> futuro. Mañana todos<br />

volveremos a nuestras revoluciones habituales.<br />

Respeto a los ganadores y ánimo a los<br />

que han <strong>de</strong> ejercer el noble ejercicio <strong>de</strong> la<br />

oposición. Que no se duerman en los laureles.<br />

Los ciudadanos ponemos a unos y a otros en<br />

su sitio y tanta importancia tienen los que<br />

mandarán como los que vigilarán que los que<br />

mandan no se les vaya la perola.<br />

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