dominical - La Opinión de Zamora

XXII / dominical La Opinión - El Correo / Domingo, 27 de mayo de 2007
House nació en Galicia
El método Holmes
utilizado por el
popular personaje
televisivo fue
propuesto por un
equipo de médicos
del Hospital Xeral de
Vigo en una revista
científica de EE UU
meses antes del
comienzo de la serie
●
J.A. OTERO RICART
En noviembre de 2004 se estrenaba
en Estados Unidos la serie
de televisión “House”, protagonizada
por un peculiar médico
que en su labor profesional utiliza los métodos
del detective Sherlock Holmes para
dar con el diagnóstico acertado. Unos meses
antes, en mayo de ese mismo año, la
prestigiosa revista estadounidense “Mayo
Clinic Proceedings” publicaba el trabajo
de un equipo de médicos del Hospital Xeral
de Vigo en el que se exponía la aplicación
del Método Sherlock Holmes
en la práctica médica.
Los productores de la famosa
serie televisiva dicen que se
inspiraron en una columna sobre
Medicina publicada en el
semanario New York Times
Magazine, pero lo curioso del
caso es que en la ficción una de
las colaboradoras del doctor
Gregory House, la doctora Allison
Cameron, había trabajado
antes en la Clínica Mayo, en
cuya revista se publicó el trabajo
de los médicos españoles.
Guiños entre la realidad y la
ficción que podrían servir para
elaborar una trama propia de
las novelas de Sir Arthur Conan
Doyle.
En el trabajo elaborado por
el doctor Bernardo Sopeña, del
Servicio de Medicina Interna
del Hospital Xeral de Vigo, se
exponía un caso concreto para
dar a conocer el método Sherlock
Holmes. Un método que
se basa en una escucha atenta y
en una recogida minuciosa de
pistas, porque, como señala el
propio doctor Sopeña, «el paciente
es víctima y testigo a la
vez; cuando cuenta lo que le
pasa va dando las claves que el
médico necesita para llegar a
descubrir el origen de sus males.
Después hay que proceder
a una exploración minuciosa
que ofrece nuevas pistas sobre
la causa de la dolencia”. Además,
la historia clínica proporciona
«no sólo pistas al médico, sino también
una idea exacta del escenario del crimen».
Es una actitud similar a la que en la serie
televisiva encarna el doctor House, que
investiga sus casos con la minuciosidad de
un Sherlock Holmes. Especialista en diagnosticar
enfermedades infecciosas y famoso
por su antipatía con los pacientes,
House dirige el departamento de diagnóstico
médico del ficticio Hospital Universitario
Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey,
y es el encargado de resolver los casos
más extraños y complejos con la ayuda
de su equipo, y ocasionalmente de su
amigo el doctor James Wilson. Greg House
tiene una cojera debido a una aneurisma
en su pierna derecha; odia pasar consulta
y se escabulle siempre que puede,
pero cuando se plantea un caso interesante
es el primero en movilizarse. Al igual
que Holmes, House emplea la razón para
resolver los casos más incomprensibles,
llegando a conclusiones sorprendentes a
partir de detalles que a primera vista pueden
parecer triviales. Así, la serie va más
Arriba, el doctor Bernardo Sopeña, del Servicio de Medicina Interna
del Hospital Xeral de Vigo, autor del trabajo sobre el Método
Holmes publicado en “Mayo Clinic Proceedings” (a la izquierda).
Debajo, los protagonistas de la serie “House”
allá del típico drama hospitalario para incorporar
tramas más bien propias de películas
de detectives, con una buena dosis
de suspense.
Casi al pie de la letra de la propuesta de
los médicos del Xeral, la novedad de la
serie protagonizada por el actor Hugh
Laurie era plantear la enfermedad como
un crimen y presentar a los médicos como
detectives que deben desvelar el misterio.
El crimen (la enfermedad) deja tras de sí
una serie de pistas (síntomas) y el policía
(el doctor) debe llevar a cabo una investigación
en toda regla para hallar al culpable
(la afección que provoca la enfermedad).
El trabajo de los médicos españoles
publicado en la revista “Mayo Clinic Proceedings”
pretendía “dar a conocer un método
que puede ser útil para los médicos
que empiezan, con un enfoque más atractivo
de la práctica clínica”, apunta Bernardo
Sopeña, que contó con la colaboración
de los doctores Rodríguez Valencia, De la
Fuente y Martínez Vázquez.
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