Nº 34, Septiembre 2011 - Centro de Estudios Garrigues

COLABORACIONES
Julia Fernández Pita
Responsable de formación y selección de Boyacá. Antigua Alumna Máster en Recursos Humanos 2005-2006
Grandes hallazgos en las
empresas: los formadores
internos
Muchos son los expertos que
defienden que la crisis es una
oportunidad para descubrir
habilidades en los empleados, de las
que las organizaciones hasta el momento
no tenían constancia.
Como responsable de formación
del Grupo Boyacá, uno de los grandes
hallazgos ha sido que entre nosotros
contamos con excelentes docentes,
además de grandes profesionales. A
estos empleados que compatibilizan
su trabajo diario con la impartición de
cursos a sus propios compañeros se
les denomina “formadores internos”.
El hecho de tener un cuerpo de Formadores
internos nos está aportando las
siguientes ventajas:
• Disminución de costes de formación.
En la mayoría de los casos, si
realizamos la formación con nuestros
especialistas internos tenemos un
coste económico más bajo que si externalizamos.
Además, hay que tener
presente que no solo la formación
que contratamos es bonificable a
través de los seguros sociales de los
trabajadores, sino que las horas que
un empleado destina a la formación,
tanto de alumno (siempre y cuando
se encuentre dentro de su horario
laboral) como de formador, son susceptibles
de bonificación.
• Mayor adecuación de los objetivos
y contenidos del curso a las necesidades
de los empleados. El formador
interno, al formar parte de la
organización, se vale de ejemplos y
casos prácticos que responden a la
realidad de la empresa. Por ello, no
resulta sorprendente que en el caso
de Boyacá, de los cursos de ofimática
que ofertamos los mejor valorados
son los que imparte nuestro propio
Departamento de Sistemas.
• El formador interno como transmisor
de valores. Estamos ante
un profesional que, además de los
conocimientos teóricos y prácticos,
hace llegar los valores de la compañía
de una manera más eficaz que
cualquiera de nuestros colaboradores
externos. Al no ser ajeno a la organización,
el primero tiene un mayor
impacto sobre los asistentes.
• Motivación y fidelización. El que un
director de área proponga a alguien
de su equipo que imparta un curso
de formación, diseñe los contenidos
del mismo y salga de su rutina por
unas semanas, resulta motivador e
incluso halagador. Cierto es que, en
un primer momento, los formadores
internos pueden mostrar cierta resistencia
a dejar su quehacer diario por
tener que asumir un carga de trabajo
adicional. Sin embargo, ayer mismo
uno de ellos me comentaba “al final
te compensa el esfuerzo, ves que
la gente sale contenta del curso y
aprende, y con eso es con lo que te
quedas”.
Además de la satisfacción personal,
el formador interno siente que la
empresa le valora, depositando su
confianza en él para que sea él quien
traslade sus conocimientos y experiencias
al resto.
A pesar de todos estos aspectos
positivos que conlleva la formación impartida
por los propios miembros de
una organización, es necesario contar
con proveedores externos principalmente
por dos motivos. Por un lado, en
Boyacá somos conscientes de que no
contamos con profesionales expertos
en todas las materias, que puedan impartir
todo tipo de formación. Por otro
lado, consideramos imprescindible la
visión que nos aportan las consultoras
externas. Eso nos permite adquirir cierta
perspectiva y conocer las prácticas
de otras empresas.
Por ello, nuestro éxito ha sido ser
capaces de detectar los formadores
internos de la compañía, y alternarlos
con los externos. El resultado de esta
fórmula ha sido un plan de formación
más adaptado a nuestros profesionales
y, consecuentemente, mejor valorado.
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