Nº 34, Septiembre 2011 - Centro de Estudios Garrigues

ExpresARTE
En esta ocasión se trata de un artista
vivo, activo y trabajando, que presenta
su obra personalmente, mostrándonos
su oficio a través tanto de obras recientes
como de sus primeros trabajos. A lo
largo de las salas conviven de manera
equilibrada la pintura, el dibujo y la escultura,
los tres géneros que ha cultivado
en su carrera artística.
Considerado como el gran representante
del realismo y la figuración
española contemporánea, la obra de
Antonio López es de difícil clasificación.
Entiende la libertad como fuente
de creatividad y los sentimientos como
materia básica del proceso creativo,
buscando entre aquello que le rodea
los aspectos cotidianos susceptibles de
ser retratados en su obra, lo que hace
con un trabajo lento y meditado; rehace,
retoca y corrige a veces durante años,
buscando captar la esencia del objeto
representado.
Gran Via – ANTONIO LOPÉZ
Según sus propias palabras, hay tres
grandes motivos en su producción: la
figura humana, la ciudad y el árbol. Así
queda bien reflejado en el recorrido de
esta exposición, a veces temático, otras
cronológico, desde sus inicios en Tomelloso,
con figuras individuales o en pareja,
paisajes e interiores, incluso obras
nunca expuestas que llegan directamente
de su estudio, algunas sin acabar.
La ciudad de Madrid, siempre Madrid,
es una constante en sus obras.
Con un trabajo lento, minucioso, muy
Membrillero – ANTONIO LOPÉZ
Casa – ANTONIO LOPÉZ
elaborado, de forma incansable, planta
su caballete en el lugar elegido de la capital,
pinta al aire libre, capta la luz del
momento elegido teniendo que volver
siempre a esa misma hora durante días,
meses, incluso años hasta conseguir
plasmar correctamente su visión. Su
paisaje Gran Vía (1974-1981) es el retrato
de un lugar único al que describe desierto
-el reloj marca las 6.30- dejándolo
inerte, sin nada de aquello que se mueve,
peatones, coches, nubes. Ha realizado
varias granvías con su personalísima
visión y aún hoy vemos cuadros en la exposición
con este mismo paisaje urbano
en proceso de realización.
Otro de los grandes temas en la
obra de este artista es el árbol, el pequeño
huerto como antídoto de la ciudad,
oponiendo su intimidad a los vastos
paisajes urbanos. La parra, de los años
60, los Membrilleros de los 70, los frutales,
obras con las que Antonio López
nos sumerge en el dibujo más tradicional,
puro contorno en los juegos de luz
y sombra.
Pero no sólo es pintor, desde muy
joven le ha interesado la escultura centrada
principalmente en la figura humana.
Hombre y mujer (1968-1994), su proyecto
más ambicioso en el que trabajó
a lo largo de veintiséis años y que nació
por su preocupación por el canon de las
proporciones humanas , se encuentra
en estas salas junto con Figura de Eva
(1910) y el horizontal y grave Hombre
tumbado (1911).
Bajo el título de “Alimentos” están
sus bodegones y las flores, sus creaciones
más recientes junto con las deliciosas
cabecitas de sus nietos.
Muchas de las obras de esta magna
e importante exposición provienen
de colecciones particulares. También
hay préstamos de museos como los del
Centro de Arte Reina Sofía, Museo de
Bellas Artes de Bilbao, el Centre Georges
Pompidou de París, el Hamburger
Kunsthalle de Hamburgo o el Museum
of Fine Arts de Boston, entre otros.
Antonio López ha obtenido el Premio
Príncipe de Asturias de 1985 y el
Premio Velázquez de las Artes Plásticas
en 2006.
La Alacena – ANTONIO LOPÉZ
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