Número 1 - EII al dÃa
Número 1 - EII al dÃa
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Revisiones<br />
El impacto de las infecciones sobre la mort<strong>al</strong>idad de<br />
pacientes con <strong>EII</strong>, aunque no ha sido estudiado de<br />
forma exhaustiva, no parece ser importante. En este<br />
sentido, los estudios publicados de forma más reciente<br />
ya apuntan que la mort<strong>al</strong>idad de los pacientes con <strong>EII</strong><br />
es similar o sólo discretamente superior a la de la<br />
población gener<strong>al</strong>. En un estudio británico de cohorte<br />
poblacion<strong>al</strong> que incluyó más de 15.000 pacientes y más<br />
de 80.000 controles, la mort<strong>al</strong>idad en pacientes con <strong>EII</strong><br />
se mostró <strong>al</strong>go superior a la de la población gener<strong>al</strong>;<br />
cuando se excluían los sujetos con comorbilidad conocida<br />
(cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca,<br />
HTA, EPOC, asma, nefropatía o neoplasias), estas diferencias<br />
se incrementaban, lo cu<strong>al</strong> (aunque no se ev<strong>al</strong>uó<br />
de forma específica) podría ser debido, entre otras<br />
causas, a un incremento potenci<strong>al</strong> de las infecciones (1) .<br />
Sin embargo, en otro estudio reciente efectuado sobre<br />
una cohorte poblacion<strong>al</strong> danesa de más de 1.000<br />
pacientes afectos de CU, no se h<strong>al</strong>laron diferencias significativas<br />
en la mort<strong>al</strong>idad ni en la mort<strong>al</strong>idad asociada<br />
a procesos infecciosos respecto a la población gener<strong>al</strong><br />
(2) . Estos dos estudios abarcaron un amplio periodo<br />
de tiempo que <strong>al</strong>canzó el fin<strong>al</strong> de la década de los<br />
noventa, momento en el que el uso de inmunomoduladores<br />
ya se había extendido a la práctica clínica habitu<strong>al</strong>.<br />
No cabe duda, que la utilización de agentes biológicos<br />
puede cambiar la morbimort<strong>al</strong>idad de estos<br />
pacientes y será necesario reev<strong>al</strong>uar este aspecto en los<br />
próximos años. De hecho, las dos primeras series asistenci<strong>al</strong>es<br />
de pacientes con <strong>EII</strong> tratados con infliximab<br />
ya han mostrado una mort<strong>al</strong>idad del 2-3% y una incidencia<br />
de infecciones del 8-10% (3,4) . La preocupación<br />
que esto genera se ha reflejado en la búsqueda y reflexión<br />
sobre posibles estrategias para minimizar un<br />
aumento indiscriminado de la morbimort<strong>al</strong>idad infecciosa<br />
en esta población (5-6) .<br />
A continuación se intenta aportar los datos disponibles<br />
acerca de los riesgos de infección y cuáles son las medidas<br />
preventivas ya establecidas o potenci<strong>al</strong>mente útiles<br />
para evitarlas.<br />
Infecciones bacterianas<br />
Las infecciones bacterianas han representado una de<br />
las complicaciones más frecuentemente asociadas <strong>al</strong><br />
curso evolutivo de la propia <strong>EII</strong>. Entre éstas, cabe destacar<br />
las sobreinfecciones intestin<strong>al</strong>es por bacterias<br />
enteropatógenas, los abscesos intraabdomin<strong>al</strong>es o<br />
perian<strong>al</strong>es (más característicos de la EC) y las infecciones<br />
bacterianas oportunistas asociadas <strong>al</strong> tratamiento<br />
inmunomodulador.<br />
Infecciones gastrointestin<strong>al</strong>es causadas por<br />
enteropatógenos<br />
Desde hace décadas se ha sugerido que las sobreinfecciones<br />
intestin<strong>al</strong>es bacterianas por enteropatógenos<br />
podían suponer un factor precipitante del debut o de<br />
las recidivas (brotes de actividad) de la <strong>EII</strong>, e incluso del<br />
agravamiento de las mismas. Diversas bacterias<br />
(S<strong>al</strong>monella, Shigella, Campylobacter, Clostridium difficile,<br />
etc.) han sido repetidamente vinculadas <strong>al</strong> agravamiento<br />
de la <strong>EII</strong> (7-11) . Tras descripciones inici<strong>al</strong>es de<br />
casos aislados o series cortas, han sido pocos los estudios<br />
que han intentado ev<strong>al</strong>uar su relevancia clínica<br />
re<strong>al</strong>, situando la incidencia de estas infecciones en el 9-<br />
15% de pacientes con <strong>EII</strong> en brote de actividad.<br />
Nuestro grupo ev<strong>al</strong>uó de forma prospectiva la incidencia<br />
de sobreinfección intestin<strong>al</strong> por enteropatógenos<br />
en un estudio cuyos resultados fueron comunicados<br />
recientemente (12) . En él se incluyeron, durante un<br />
periodo de 2 años y de forma consecutiva, 99 brotes de<br />
actividad de <strong>EII</strong> que requirieron ingreso hospit<strong>al</strong>ario.<br />
Se efectuaron de forma sistemática coprocultivos y<br />
determinación de toxina de Clostridium difficile y se<br />
registraron los datos evolutivos del brote de actividad<br />
así como los factores de riesgo adicion<strong>al</strong>es para infección<br />
intestin<strong>al</strong>. Solamente se diagnosticaron 6 infecciones<br />
(5 por Campylobacter jejuni y 1 por Clostridium difficile)<br />
lo que representó una incidencia del 6%. La<br />
afectación extensa del colon fue el único factor asociado<br />
a un mayor riesgo de infección intestin<strong>al</strong> concomitante,<br />
y el desarrollo de ésta no se asoció a un peor<br />
curso clínico del brote.<br />
La infección intestin<strong>al</strong> por Clostridium difficile merece<br />
una mención especi<strong>al</strong>; de hecho, su incidencia se h<strong>al</strong>la<br />
en franca expansión en la población gener<strong>al</strong> y su existencia<br />
se ha implicado en el desarrollo de megacolon<br />
tóxico tanto en pacientes sin patología cólica de base<br />
como en pacientes con colitis isquémica (13) . Aunque no<br />
existen datos que indiquen una incidencia creciente en<br />
pacientes con <strong>EII</strong>, el hecho de que pueda aparecer<br />
incluso en ausencia de tratamiento antibiótico previo<br />
(en una proporción mayor en la <strong>EII</strong> que en la población<br />
gener<strong>al</strong>) y que pueda precipitar un megacolon tóxico,<br />
hace recomendable descartarla en todo paciente con<br />
<strong>EII</strong> de colon en brote de actividad tratado previamente<br />
con antibióticos o aquellos pacientes que requieran<br />
ingreso hospit<strong>al</strong>ario para el tratamiento del brote,<br />
independientemente de si han recibido previamente<br />
tratamiento antibiótico.<br />
Abscesos piógenos<br />
Los abscesos piógenos asociados a la <strong>EII</strong> suelen corresponder<br />
a una de las princip<strong>al</strong>es complicaciones de la<br />
EC. Su loc<strong>al</strong>ización más frecuente es la perian<strong>al</strong>, apareciendo<br />
en aproximadamente un tercio de los<br />
pacientes con EC a lo largo de su vida, e implica en<br />
estos casos un manejo casi específico de la enfermedad.<br />
Respecto a los abscesos de loc<strong>al</strong>ización intraabdomin<strong>al</strong>,<br />
en la mayoría de ocasiones se h<strong>al</strong>lan en relación<br />
a anastomosis quirúrgicas intestin<strong>al</strong>es, siendo<br />
menos frecuentes los abscesos ”espontáneos”; la<br />
pared abdomin<strong>al</strong> o la cavidad peritone<strong>al</strong> son las loc<strong>al</strong>izaciones<br />
más habitu<strong>al</strong>es, si bien no son excepcion<strong>al</strong>es<br />
los abscesos retroperitone<strong>al</strong>es (p.ej.: psoas-ilíaco) o<br />
incluso subfrénicos. Se han descrito casos de abscesos<br />
piógenos hepáticos, con una frecuencia incluso supe-<br />
9 • Enfermedad Inflamatoria Intestin<strong>al</strong> <strong>al</strong> día - Vol. 5 - Nº. 1 - 2006