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CUADERNOS DE BDSM - nº 15
En sus relaciones amorosas, los dependientes emocionales manifiestan hacia su
pareja un tipo de apego "ansioso", caracterizado por una continua necesidad de
saber que es amado por su pareja, dificultades para llevar una vida independiente,
búsqueda incesante del candidato a pareja y selección precipitada del mismo,
miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor y celos
frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún
cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el
dependiente.”
El dependiente emocional se caracteriza, entre otras cosas, por apegarse a otra persona a
la que idealiza. Por su escasa autoestima, le provoca fascinación encontrar a una
persona segura de si misma, con cierto nivel de éxito o capacidades, aunque a veces
estas sean más supuestas que reales; entiende el amor como apego, enganche o
sumisión y admiración a la otra persona y no como un intercambio recíproco de afecto.
En sus relaciones se basa fundamentalmente en la necesidad excesiva de aprobación.
Expresa sus demandas de atención haciendo regalos o favores. Ocupa siempre una
posición subordinada y elige parejas narcisistas o explotadoras. Soporta desprecios,
maltratos físicos y humillaciones.
Visto lo anteriormente expuesto es a primera vista comprensible la existencia de gente
con este trastorno emocional dentro del mundo BDSM, igual que en el resto de la
sociedad.
Me centraré en esta exposición en la figura que tiene la posibilidad más fácil de poder
llegar a cruzar esa línea y de sobrepasarla, debido a la influencia y el poder que la
sumisa le entrega y que, por tanto, tiene mayor posibilidad de abuso, intencionado o no,
para un fin propio a través de la manipulación, el Dominante.
Cuando un dominante se encuentra ante una persona dependiente emocionalmente y por
tanto con baja autoestima, tiene varias posibilidades: reforzar la autoestima y ayudarla
ó, la segunda opción, cruzar la línea de lo ético de lo lícito e incluso de lo legal; dado
que la dependencia emocional podría ser causa de incapacitación patrimonial.
Si el dominante opta por esta opción normalmente actuará en beneficio propio, aislando
a la sumisa o sumiso de su entorno, de todo lo que pueda mermar su poder e influencia,
se aprovechará de él o ella en todos los aspectos incluido el patrimonial en beneficio
propio.
La verdad es que la dominación no es ni más ni menos que el ejercicio del dominio de
una persona que se entrega libremente y el dependiente emocional no es libre , por lo
que la conclusión es clara: este comportamiento no es dominación y el que lo hace no es
realmente dominante.
Cuando un Dominante realmente domina para llegar a doblegar una voluntad, si el
sujeto sometido no tiene la capacidad de ser libre ni es consciente de su entrega, pierde
la capacidad de análisis crítico, pierde las ganas de satisfacer y de llegar también a la
plenitud de ser dominado conscientemente. Ante esta situación, ¿dónde está el reto?, el
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