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CUADERNOS DE BDSM - nº 15
nada. Pero, por ejemplo, mi marido vale mucho. Por eso llevo casi 21 años con él. Para
mí es lo más grande. Y yo valgo mucho también. Entonces... el libro y todo, todo lo que
he hecho ha sido sinceramente para dignificar el tema.
- Muchos no conocerán como empiezas en esto...
DZ: Trabajaba en un bingo y tuve muchos problemas. Entonces había un cajero que me
daba dos tiras y luego decía que me había entregado cuatro y claro, todo ese dinero
había que pagarlo. Me acuerdo que yo tenía un sueldo base de 31.600 pesetas. Llegó un
momento que tuve una discusión muy grande porque ya no podía más. Yo estaba allí
porque tenía que dar de comer a mis hijos, no porque un señor quisiera acostarse
conmigo... Además bastante tenía con superar mi separación, que estaba muy reciente,
para que un señor me coaccionara y me coartara la vida.
- ¿Y qué paso?
DZ: Pues que una señora que era cliente asidua del bingo me ofreció ir con ella. Lo que
me dejó claro es que no tenía que hacer nada con los hombres.
- Ahora puede parecer sencillo pero supongo que entonces no fue fácil dar ese
paso...
DZ: Bueno, cuando te pasa algo como lo del bingo, que no era la primera vez que me
ocurría, y encima no te sale trabajo y tienes tres hijos para sacar adelante sola... pues
bueno. Fui y pregunté. Fui a mirar y sí, sí.
- ¿ Te has arrepentido alguna vez de haber empezado en esto?
DZ: No. He tenido momentos difíciles claro pero nunca me he arrepentido.
Sandman: Hubo una época en que ella llegó a estar muy mal económicamente.
DZ: Yo he trabajado en muchas otras cosas aparte del bingo. Lo que pasa es que, para
dignificarlo un poco, siempre he dicho que mis hijos se han criado gracias a los látigos y
las cadenas. Pero no es del todo verdad. Ha sido un aporte muy grande pero yo he
trabajado cuidando ancianos, de repartidora...
- ¿Y lo hacías al mismo tiempo que trabajabas de Ama?
DZ: Sí claro, siempre, siempre.
- ¿Recuerdas tu primera sesión?
DZ: Sí, sí. Fue un spanking. Era algo extraño. Pero yo siempre he pensado que si a la
otra persona le gusta y no haces daño... Yo lo que quería era ganar dinero y no pasarlo
mal. Y hacer algo que realmente te realice y te haga sentir bien. Esa sesión fue vestida
normal, ¡eh!, con tejanos o lo que fuera. Allí nadie vestía especial, salvo alguna señora
que iba con túnica. Y nada. Había cuatro cosas: un cinturón, una paleta de ping pong,
una sandalia. No había ni un potro pequeño. Una cosa muy casera.
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