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CUADERNOS DE BDSM - nº 15
LOS SÁDICOS Y LOS MASOQUISTAS
Este es otro grupo que pueden llegar a formalizar una relación; en muchos casos se
considera que esta relación es una relación viciada y psicótica, Yo no Me voy a atrever
a juzgarlos de ninguna manera pero he de indicar que he conocido bastantes personas
cuyo logro básico del placer consiste en proporcionar y recibir dolor y que ninguno de
ellos Me ha parecido una persona enferma o que debe ser internada en un sanatorio
mental.
Como es evidente las personas sádicas son aquellas que obtienen placer mediante la
aplicación de acciones dolorosas a otras personas; si eso lo hacen mediante la fuerza y
la imposición diremos que son unos maltratadores, por otro lado, si esto lo hacen
mediante el asenso o el consenso de la persona que recibe este trato no deberían ser
juzgados como tales sino como personas que han encontrado una forma de sentirse
plenas.
Por su lado, aunque el final de la situación es la misma para ambos componentes de la
relación se suele considerar que una persona que obtiene placer y plenitud a partir de
sentir dolor es una persona enferma y psicológicamente desequilibrada.
Pero Yo he conocido a auténticos masoquistas que no solo son felices sino que,
hablando con ellos, notas que son personas equilibradas y decididas, que saben lo que
son y lo que desean vivir.
La relación entre una persona sádica y una masoquista tiene muchas connotaciones
similares a la establecida entre una persona Dominante y una sumisa, sin embargo, he
de decir que la principal diferencia está en el punto desde el que se extrae la plenitud y
el placer.
Mientras en el caso de la D/s estas devienen de la entrega, la doma y el servicio, en el s-
m se extraen de la pura situación física que se obtiene de provocar la indefensión
mediante el dolor y de sentir esa sensación de estar indefenso y sometido desde el punto
de vista físico.
Por lo tanto, las personas sádicas utilizan como medio básico de control y sometimiento
las acciones físicas, la fuerza física y la imposición física lo que hace que muchos de
ellos prefieran denominarse Amos (como similitud a lo que pasaba siglos atrás en los
que muchas personas eran obligadas a servir a Estos por medio de la fuerza); esto
implica que las personas que se implican en este tipo de relación perciben que el uso de
la fuerza física es el centro de la relación.
Solo este uso es el que entienden que tiene que marcar las situaciones; de hecho,
conozco a más de uno que solo ejercen ese placer del s-m en las sesiones en las que
llevan a cabo esa imposición física efectiva.
Para Mí, por lo tanto, no resulta una relación que tenga que ser enfermiza sino que
puede ser una relación completa y compleja; una relación en la que una persona desea
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