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CUADERNOS DE BDSM - nº 15
De hecho es fácil su utilización fuera de las horas de sesión con la pareja pero de modo
que la sesión continúe fuera del tiempo de la misma, al poder ser usado bajo la ropa sin
que llame en absoluto la atención de extraños. Una ancha falda con alguna prenda por
encima de forma holgada, o un pantalón con alguna prenda que cubra hasta los genitales
es más que suficiente. Claro está que en invierno es mucho más fácil lograr disimularlo
bajo la ropa debido a la mayor cantidad de ropa que se lleva en esas fechas.
No es necesario un conocimiento muy avanzado en el bdsm para la utilización de este
instrumento, pero sí exige un continuo seguimiento de las sensaciones producidas por el
mismo en el sumiso/a.
En cuanto a las precauciones que se deben seguir en la utilización del cinturón de
castidad.
Hay que tener siempre una segunda llave de seguridad en caso de perder la llave que
normalmente se utiliza, pero esta llave nunca puede ser usada bajo ningún concepto por
la sumisa/o. Solo puede tener acceso a esta llave el amo. Que será el responsable de
custodiarla y tenerla bien guardada.
Otra precaución muy importante es la salud e higiene
de la persona que lleve el cinturón de castidad, para lo
que es interesante la depilación de la zona genital o
bien el uso de polvos de talco o algún producto que
suavice el contacto del cinturón con la piel. Así como
una limpieza adecuada de la zona protegida.
Teniendo en cuenta estas premisas esenciales de
seguridad, todo lo que la imaginación pueda sugerir
puede ser llevado a la práctica. Si bien, siempre de una
forma consensuada de antemano.
“El cinturón de castidad produce una sensación de placer frustrado que induce a
un mayor deseo de aquello que se prohíbe”.
Esto debe tenerse muy en cuenta, porque la persona que lleve
un cinturón de castidad, estará excitada debido a que se le
está prohibiendo aquello que más desea. En el caso del
hombre aunque no consiga la erección debido al cinturón, su
deseo estará estimulado y estará predispuesto al acto sexual o
a procurar a su ama/o el mayor placer. Para que de esta
forma él consiga que su dueño le libere y pueda conseguir él
también el placer. Cuanto mayor sea la restricción mayor
será el deseo de procurar placer.
Los amos/as suelen ponerlo en práctica, porque consiguen el
mayor placer para ellos, a la vez que mantienen al sumiso/a
excitado eternamente, predispuesto para el sexo, no
permitiéndole que consiga llegar al orgasmo.
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