26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

invadió una sensación amarga. Era paradójico. Se trataba <strong>de</strong> un triunfo. Sin<br />

embargo, mi espíritu se ensombreció. Quizá estábamos cruzando una frontera<br />

sagrada. No lo sé...<br />

Lo cierto es que, en mitad <strong>de</strong> aquel <strong>de</strong>sasosiego, un pensamiento terminó por<br />

instalarse en mi corazón, confundiéndose <strong>de</strong>finitivamente. Y no porque<br />

afectara a mis principios religiosos, totalmente inexistentes, sino porque,<br />

como científico, me <strong>de</strong>scabalgó. No conseguía encajar lo que acababa <strong>de</strong> ver<br />

-la «huella genética» <strong>de</strong>l Maestro- con otra no menos incuestionable realidad:<br />

su divinidad.<br />

Este explorador fue testigo <strong>de</strong> excepción. Había visto, verificado y -si se me<br />

permite- «tocado» esa divinidad. La resurrección y posteriores apariciones no<br />

<strong>de</strong>jaban lugar a dudas. Sin embargo, como digo, «aquello» no cuadraba en mi<br />

corto conocimiento. Si concepción y naturaleza física <strong>de</strong>l rabí <strong>de</strong> Galilea eran<br />

absolutamente humanas, ¿dón<strong>de</strong> o cómo ubicar ese otro innegable rasgo que<br />

completaba la esencia <strong>de</strong> Jesús? ¿Debía buscar en los genes? Las investigaciones<br />

fueron transparentes. En el código genético no hallamos nada anormal.<br />

Entonces, ¿fue adquirida a posteriori? Pero, ¿cómo?, ¿cómo consiguió esa<br />

divinidad?<br />

Naturalmente, me enredé. No tenía respuestas. Pero, terco, subido en el<br />

ridículo pe<strong>de</strong>stal <strong>de</strong> la Ciencia, seguí buscando..., y hundiéndome.<br />

Los padres terrenales no disfrutaban <strong>de</strong> ese po<strong>de</strong>r. Por tanto, no pudieron<br />

transmitirlo. Pero estaba allí, en alguna parte...<br />

Recuerdo que, al final, impotente, me quedé en blanco. Y el Destino, supongo<br />

que compa<strong>de</strong>cido, me lanzó un cabo.<br />

«Quizá la divinidad -me dije en uno <strong>de</strong> los escasos momentos <strong>de</strong> luci<strong>de</strong>z- no<br />

sea pariente <strong>de</strong> la genética. ¿No estaré midiendo con varas distintas? ¿Des<strong>de</strong><br />

cuándo, querido Jasón, lo adimensional (la divinidad) es comparable a lo<br />

puramente material?»<br />

Me rendí.<br />

Y al retornar al módulo y compartir estas inquietu<strong>de</strong>s con mi hermano, Eliseo<br />

replicó con su proverbial lógica:<br />

-¿Por qué te atormentas? Cuando le veas..., pregúntaselo.<br />

Me <strong>de</strong>sarmó. Llevaba razón. Así lo haría en cuanto diéramos el ansiado tercer<br />

«salto» en el tiempo.<br />

Y sin po<strong>de</strong>r contenerse <strong>de</strong>jó en el aire otra <strong>de</strong>licada cuestión. Una interrogante<br />

que también martilleaba en mi cerebro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que acertásemos a probar la<br />

paternidad biológica <strong>de</strong>l contratista <strong>de</strong> obras:<br />

-Si el Maestro fue engendrado como cualquier ser humano, ¿por qué los<br />

evangelios y creyentes le asignan una concepción sobrenatural?<br />

El asunto, obviamente, nos llevó muy lejos...<br />

Ya lo toqué en su momento, pero, en honor a mi <strong>de</strong>saparecido hermano y a lo<br />

que pudo ser la verdad, volveré sobre él, trazando las líneas maestras <strong>de</strong><br />

78

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!