26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El cráneo, en resumen, era claramente mesocéfalo, con una frente alta y<br />

vertical y un índice nasal mesorrino (alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 48,9°). Es <strong>de</strong>cir, una nariz<br />

media, muy distinta, por cierto, a la <strong>de</strong>l rabí. La mandíbula, armónica con el<br />

resto <strong>de</strong> la estructura craneal, se presentaba corta, ancha y po<strong>de</strong>rosa.<br />

Y sumido en aquel apasionante estudio, sinceramente, perdí la noción <strong>de</strong>l<br />

tiempo y <strong>de</strong>l peligroso lugar don<strong>de</strong> me encontraba. Pero el Destino cuidó <strong>de</strong><br />

este inconsciente explorador...<br />

No lo pensé dos veces. Tenía que aprovechar la magnífica e irrepetible<br />

oportunidad. Las nuevas muestras, a<strong>de</strong>más, ampliarían y asegurarían los<br />

resultados <strong>de</strong> las investigaciones sobre el ADN. Y ni corto ni perezoso me<br />

lancé sobre la pequeña calavera <strong>de</strong> Amos. Aunque la mandíbula había <strong>de</strong>saparecido,<br />

el maxilar conservaba todavía varios <strong>de</strong> los dientes <strong>de</strong>ciduales o <strong>de</strong><br />

«leche», así como los permanentes, ocultos bajo el hueso. Rescaté dos piezas<br />

-un canino y un molar- y me apresuré a ocultarlas en la segunda ampolleta<br />

vacía.<br />

La misión, prácticamente consumada, tocaba a su fin. Pero la curiosidad, <strong>de</strong><br />

nuevo, me venció. Nunca apren<strong>de</strong>ré... Y poco faltó para que aquel error<br />

pasara factura.<br />

El cráneo <strong>de</strong>l niño, fallecido a los cinco años, presentaba síntomas <strong>de</strong> osteoporosis<br />

en los parietales y occipitales. Revisé una y otra vez los restos pero,<br />

naturalmente, en tales circunstancias, era poco menos que imposible averiguar<br />

el porqué <strong>de</strong> dicho problema. Pensé en una hipotética <strong>de</strong>ficiencia <strong>de</strong><br />

hierro y proteínas o -quién sabe- en una infección <strong>de</strong> la madre. Todo era<br />

posible.<br />

Varios <strong>de</strong> los dientes habían sido víctimas también <strong>de</strong> un agudo y generalizado<br />

mal: la caries. Otra dolencia habitual entre aquellas gentes.<br />

El resto <strong>de</strong> la osamenta, frágil y consumida por la humedad, no me dijo gran<br />

cosa, excepción hecha <strong>de</strong> la confirmación <strong>de</strong> la edad <strong>de</strong>l infante, a través <strong>de</strong> la<br />

observación <strong>de</strong> la epífisis inferior <strong>de</strong>l peroné.<br />

Y feliz, complacido ante el excelente resultado <strong>de</strong> la aventura, <strong>de</strong>volví los<br />

huesos <strong>de</strong> Amos al interior <strong>de</strong>l osario, cubriéndolo con la tapa <strong>de</strong> piedra. Me<br />

incorporé y, obe<strong>de</strong>ciendo a un extraño impulso, bajé los ojos, pronunciando<br />

en silencio una oración: aquel hermoso y original padrenuestro que escribiera<br />

el propio Jesús <strong>de</strong> Nazaret.<br />

No pu<strong>de</strong> concluirlo...<br />

Súbitamente, algo me <strong>de</strong>volvió a la realidad. A la cruda y <strong>de</strong>spiadada realidad...<br />

Me sentí atrapado.<br />

Instintivamente apagué la tea. ¿Qué hacía? ¿Escapaba? ¿Permanecía oculto<br />

en la cueva?<br />

El corazón, al galope, no colaboró. ¡Dios!...<br />

Y escuché <strong>de</strong> nuevos los confusos sonidos. Reaccioné y, <strong>de</strong>spacio, muy<br />

71

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!