Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Y <strong>de</strong>sviando la mirada hacia este absorto explorador me previno:<br />
-Por eso, Jasón, porque se trata siempre <strong>de</strong> una experiencia, <strong>de</strong> un sentimiento<br />
personal, no escribas para convencer. Hazlo para insinuar. Para<br />
ayudar. Para iluminar...<br />
Mensaje recibido.<br />
... No «vendas», querido ángel. No grites el nombre <strong>de</strong>l Padre. No obligues.<br />
No discutas. Cada cual, según lo establecido, recibirá el «toque» a su <strong>de</strong>bido<br />
tiempo. No hay prisa. Ab-bá sabe. Ab-bá reparte.<br />
-Un Dios sin prisas -terció el «<strong>de</strong>strozapatos»-. Eso me gusta...<br />
-Un Dios amor que ya está en ti...<br />
Y el Maestro, dirigiendo la vara hacia Eliseo, fue a tocar su pecho. El ingeniero,<br />
sorprendido, bajó la cabeza, observando el punto señalado por el Galileo.<br />
Después, nunca supe si en broma o en serio, exclamó:<br />
-¿El Jefazo está aquí?... ¡Y yo con estos pelos...! ¿No me crees?<br />
Eliseo, incapacitado para la mentira o el disimulo, negó con la cabeza y<br />
puntualizó:<br />
-Tú lo has dicho, Maestro. Somos materia finita... El Padre, si quisiera entrar<br />
en mí, se sentiría muy incómodo. Jesús lo acarició con la mirada. Mi amigo era<br />
como un niño.<br />
-Escucha atentamente. Escuchad los dos... Lo que ahora os anuncio formará<br />
parte <strong>de</strong>l mensaje cuando llegue mi hora.<br />
El rostro, iluminado por la fogata, cobró una especial gravedad. E intuí que se<br />
disponía a confesar algo trascen<strong>de</strong>ntal. No me equivoqué.<br />
-Decidme: ¿os he mentido alguna vez?<br />
Él «no» fue instantáneo.<br />
-Pues bien, yo os digo que el Padre ya está en vosotros...<br />
-Sí -concedí-, hace un momento lo has invocado. Has sido muy generoso al<br />
convertirnos en tus embajadores. -No -se apresuró a corregirme-, eso ha sido<br />
una consagración formal. Pero Ab-bá ya estaba en vuestras mentes.<br />
-Claro -terció Eliseo-, muchas veces hemos pensado en Él...<br />
El Maestro volvió a negar con la cabeza.<br />
-No comprendéis. Os estoy hablando <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s misterios <strong>de</strong> la<br />
Creación. El Padre, en su infinita misericordia, en su in<strong>de</strong>scriptible amor, hace<br />
tiempo que se instaló en vosotros...<br />
Notó nuestra confusión y profundizó.<br />
-Cada criatura <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l espacio recibe una diminuta fracción <strong>de</strong> la<br />
esencia divina. El Padre, como os dije, aunque único e indivisible, se fracciona<br />
y os busca. Se instala en cada uno <strong>de</strong> vosotros, los más pequeños <strong>de</strong>l reino.<br />
-¿Se trata <strong>de</strong> una parábola?<br />
; -No, Jasón, esto es real. Y no me preguntes cómo lo hace porque nadie lo<br />
sabe. Es una <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s prerrogativas. Él, así, «sabe». Él, así, «está». Él,<br />
así, se comunica con la creación y se hace uno con cada mortal inteligente.<br />
268