26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

y ahora. El mundo no lo enten<strong>de</strong>ría. «Eso» ha sido guardado en lo más<br />

profundo <strong>de</strong> mi corazón. Quizá, antes <strong>de</strong> mi ya cercana muerte, me <strong>de</strong>cida a<br />

escribirlo con la esperanza <strong>de</strong> que sea leído por las generaciones futuras. El<br />

«sabe»...<br />

Y otra advertencia. Aunque he procurado reunir por capítulos los asuntos <strong>de</strong><br />

mayor calado, las intensas charlas no siempre fueron monográficas. Como es<br />

lógico y natural, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las circunstancias, saltábamos <strong>de</strong> un tema a<br />

otro. No obstante, para una mayor claridad, he buscado un cierto or<strong>de</strong>n, un<br />

hilo conductor...<br />

Dicho esto, prosigamos.<br />

El primero en hablar fue Él. Serio, pausadamente, se interesó por nuestro<br />

viaje. Nunca supimos con certeza a cuál se refería. Estaba claro que conocía<br />

nuestro verda<strong>de</strong>ro «origen», pero siempre -y mucho más en presencia <strong>de</strong><br />

otros- se mantuvo en una discreta «nebulosa». En el fondo lo agra<strong>de</strong>cimos.<br />

Finalmente, como colofón, llenándonos una vez más <strong>de</strong> optimismo y sorpresa,<br />

repitió lo apuntado en las «cascadas»:<br />

-Mis queridos «ángeles»... No os rindáis... ¡Ánimo!... Ni vosotros mismos sois<br />

conscientes <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> vuestro trabajo...<br />

Alzó la vista hacia los luceros y, suspirando, añadió:<br />

-Mi Padre sabe... Llegará el día, gracias a vosotros y a otro «mensajero», en<br />

que mis palabras y mi obra refrescarán la memoria <strong>de</strong>l mundo. Gracias por<br />

a<strong>de</strong>lantado...<br />

-¿Otro «mensajero»?<br />

Eliseo y yo nos pisamos la pregunta.<br />

El Maestro, sonriente, asintió con la cabeza. Pero nos <strong>de</strong>jó en el aire. Hoy, casi<br />

con seguridad, sé a qué se refería. Mejor dicho, a quién. Él, a su manera,<br />

también estaba allí..., en la suave noche <strong>de</strong>l Hermón.<br />

-Señor -terció el ingeniero, que jamás olvidaba-; contéstanos ahora. Lo<br />

prometiste. ¿Qué es lo que has perdido en estas montañas? ¿Por qué dices<br />

que has venido a recuperar lo que es tuyo?<br />

El Hijo <strong>de</strong>l Hombre, consciente <strong>de</strong> lo que se disponía a revelar, meditó las<br />

palabras. Echó mano <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las ramas y jugueteó con el pacífico fuego.<br />

Después, grave, en un tono que no admitía duda alguna, se expresó así:<br />

-Hijo mío, lo que voy a comunicarte no es <strong>de</strong> fácil comprensión para la limitada<br />

y torpe naturaleza humana. Sois los más pequeños <strong>de</strong> mi reino y<br />

entiendo que tu mente se resista. Pero, en breve, cuando llegue mi hora, lo<br />

compren<strong>de</strong>rás...<br />

Y <strong>de</strong>sviando la mirada hacia este atento explorador insistió:<br />

-Entonces, sólo entonces, estaréis en condición <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlo. Ahora, por el<br />

momento, escuchad y confiad...<br />

Eliseo, impulsivo, le interrumpió:<br />

-¡Confiamos, Señor!... ¡Tú lo sabes!<br />

247

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!