26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sobre los talones y, esbozando una picara sonrisa, fijó su irresistible mirada<br />

sobre quien esto escribe, pronunciando unas palabras que me remataron:<br />

-¿Recuerdas?... «Y en el aire <strong>de</strong> los corazones quedó aquel pañuelo blanco...,<br />

flotando como un <strong>de</strong>finitivo adiós»...<br />

Supongo que pali<strong>de</strong>cí.<br />

¡Increíble! Esas frases, surgidas a raíz <strong>de</strong> su «ascensión», habían sido escritas<br />

en mi diario poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l histórico y ya mencionado 18 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong>l año<br />

30..., al retornar al Ravid. Nadie las conocía...<br />

Pero, divertido, no concedió cuartel. Y añadió:<br />

-Pues no... Ahí te equivocaste... Los que conocen al Padre nunca se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n.<br />

Nunca dicen «adiós»... Sólo «hasta luego».<br />

Nuevo guiño <strong>de</strong> complicidad. La sonrisa se abrió al máximo y, dándonos la<br />

espalda, continuó ascendiendo por la trocha con aquellas -casi olvidadasgran<strong>de</strong>s<br />

zancadas.<br />

Eliseo, sin compren<strong>de</strong>r el alcance <strong>de</strong> la pequeña-gran revelación, me interrogó<br />

impaciente, solicitando una aclaración. No hubo respuesta. Mi mente,<br />

confusa, se hallaba muy lejos.<br />

¿Estaba soñando? No podía ser... Él tampoco conocía esas frases. Unas frases<br />

escritas... ¡en el futuro! Sin embargo, acababa <strong>de</strong> pronunciarlas... ¡Las conocía!<br />

El enigma -lo reconozco- me obsesionó. Después, conforme pasaron los días<br />

en aquel inolvidable campamento, creí enten<strong>de</strong>r.<br />

Era Él, sí, un ser humano. Pero también un Dios...<br />

No fue fácil asimilar la i<strong>de</strong>a. Nada fácil. Y menos para unas mentes racionales<br />

y científicas... Pero los hechos, día tras día, se impusieron.<br />

Y <strong>de</strong>cía que era Él. En efecto, aparentemente, poco había cambiado en su<br />

figura física. Era cinco años más joven, pero la estampa seguía siendo casi la<br />

misma.<br />

Así lo vimos:<br />

Alto, muy alto para la media <strong>de</strong> los judíos: alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 1,81 metros. Todo un<br />

atleta...<br />

Hombros anchos. Po<strong>de</strong>rosos. Tórax olímpico. Musculatura elástica. Envidiable.<br />

Ni un gramo <strong>de</strong> grasa. Piernas fibrosas. Duras como piedras.<br />

Manos estilizadas. Velludas. Pausadas. Asomadas al trabajo. Uñas sanas.<br />

Siempre cortas y limpias.<br />

El rostro, alto y bien proporcionado, fue quizá lo que más me sorprendió.<br />

Aparecía intensamente bronceado y más dulce y risueño que el <strong>de</strong>l otro<br />

«ahora». No creo equivocarme si afirmo que, en ese tiempo, aquel Jesús era<br />

más extravertido y confiado. No era <strong>de</strong> extrañar. Se hallaba en los comienzos...<br />

La barba, partida en dos, se presentaba ahora más crecida, aunque igualmente<br />

cuidada. El cabello, lacio, color caramelo, menos encanecido, fue otra<br />

238

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!