26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

absurda ensoñación.<br />

«En las cercanías <strong>de</strong> un corpulento árbol, <strong>de</strong> pronto, comenzó a llover. Era<br />

una lluvia torrencial...»<br />

No pu<strong>de</strong> evitarlo. Me estremecí.<br />

¿Se cumpliría el sueño?<br />

Y en un postrer gesto <strong>de</strong> raciocinio traté <strong>de</strong> echar fuera la negra premonición.<br />

Imaginaciones...<br />

¿Dón<strong>de</strong> está el «corpulento árbol»? Esto es un pinar...<br />

Pero la «visión» no retrocedió.<br />

Al abandonar el asherat, el sen<strong>de</strong>rillo, encajonado entre la cerrada arboleda<br />

por la izquierda y el cada vez más impetuoso torrente y el resto <strong>de</strong> la maraña<br />

<strong>de</strong> pinos albares por la <strong>de</strong>recha, hizo lo que pudo. Y fue subiendo, metro a<br />

metro, sacrificándose y quedando reducido a una huella <strong>de</strong> apenas cincuenta<br />

centímetros. Obviamente, tuvimos que marchar <strong>de</strong> uno en uno.<br />

Tiglat sujetó en corto las riendas <strong>de</strong>l asno, tirando <strong>de</strong> él sin contemplaciones.<br />

Y la carga, más <strong>de</strong> una vez, fue a tropezar con las bajas e impertinentes ramas<br />

<strong>de</strong> los pinos. Un paso en falso <strong>de</strong>l onagro hubiera hecho peligrar las provisiones.<br />

Al filo mismo <strong>de</strong> la pista, por nuestra <strong>de</strong>recha, como <strong>de</strong>cía, el joven<br />

nahal Hermón saltaba inconsciente entre peñascos, provocando innumerables<br />

y nada recomendables rápidos.<br />

La lluvia arreció. Y las <strong>de</strong>scargas eléctricas <strong>de</strong>stellaron al frente, iluminando<br />

durante décimas <strong>de</strong> segundo un macizo negro y <strong>de</strong>sdibujado por los torreones<br />

borrascosos. Varias <strong>de</strong> las <strong>de</strong>tonaciones, muy cercanas, asustaron al voluntarioso<br />

jumento. Alzó la gran cabeza y se resistió a los tirones <strong>de</strong>l guía.<br />

El muchacho, experto, reclamó al perro y, en fenicio, le dio una or<strong>de</strong>n. Oí,<br />

introduciéndose entre las patas <strong>de</strong>l asno, le mordió los testículos. El onagro,<br />

dolorido, respondió con una violenta coz. Mano <strong>de</strong> santo. Al instante caminaba<br />

<strong>de</strong> nuevo.<br />

La temperatura bajó. Y conforme ganábamos la siguiente cota, la oscuridad<br />

se fue espesando.<br />

Nueva parada. Tiglat indicó el fondo <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro. Y entre la cortina <strong>de</strong> agua,<br />

alumbrado por las chispas, distinguimos otro ya familiar alboroto. El camino<br />

aparecía cortado por cuatro o cinco gran<strong>de</strong>s buitres. Y <strong>de</strong>duje que estábamos<br />

ante los mismos carroñeros que habíamos divisado en las cercanías <strong>de</strong><br />

Quinea.<br />

Como en el caso <strong>de</strong> las aves que <strong>de</strong>voraban a los «buco-les» en la ruta <strong>de</strong><br />

Damasco, éstas, igualmente nerviosas y agitadas, saltaban unas sobre otras,<br />

disputándose la presa.<br />

El guía volvió a gritar al basenji. Y el can, emprendiendo una veloz carrera, se<br />

lanzó hacia los ciegos buitres negros y leonados. Dos <strong>de</strong> ellos, sorprendidos,<br />

tuvieron el tiempo justo <strong>de</strong> abrir las enormes alas grises, <strong>de</strong>spegando con<br />

apuros. Un tercero no tuvo tanta suerte. Oí cayó sobre el largo, blanco y<br />

224

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!