26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

No supe qué <strong>de</strong>cir. -Esto no es casual... Estuve <strong>de</strong> acuerdo.<br />

En lo alto <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los peñascos, acurrucado, nos observaba un «personaje»<br />

recientemente conocido: ¡el pelirrojo!<br />

Pero, ¿cómo no lo vimos? ¿Cómo no nos percatamos <strong>de</strong> su presencia en la<br />

larga marcha?<br />

En el fondo daba igual. La cuestión es que estaba allí y, evi<strong>de</strong>ntemente, nos<br />

seguía por alguna razón. .<br />

Receloso, haciendo caso omiso a las peticiones para que bajara, el niño<br />

continuó en su escondite. De vez en vez, por toda respuesta, negaba con la<br />

cabeza.<br />

Eliseo hizo a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> trepar por las peñas. Al punto, emitiendo uno <strong>de</strong><br />

aquellos animalescos sonidos guturales, saltó más arriba, manteniendo la<br />

distancia. Mi hermano <strong>de</strong>sistió.<br />

Aunque nos había seguido, estaba claro que no tenía intención <strong>de</strong> relacionarse.<br />

Le mostramos algunas viandas, invitándole a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r. Negativo.<br />

Una y otra vez negó con manos y cabeza, acompañando los movimientos con<br />

sendos y agudos chillidos. Unos chillidos <strong>de</strong> protesta y rechazo. ¡Torpe <strong>de</strong> mí!<br />

Entonces comprendí. Pero, confuso, no tuve valor para <strong>de</strong>círselo a mi compañero.<br />

Y a la vista <strong>de</strong> aquel infeliz me vi nuevamente asaltado por la tristeza...<br />

¿Qué podía hacer? Nada. Absolutamente nada...<br />

Enterré el «hallazgo» en lo más hondo y, cargando los petates, tras lanzar una<br />

última ojeada al adusto y refractario ladronzuelo, retornamos a la senda,<br />

apretando el paso.<br />

Un centenar <strong>de</strong> metros más a<strong>de</strong>lante, al volvernos, la criatura había <strong>de</strong>saparecido.<br />

¿Cómo era posible? ¿Dón<strong>de</strong> se escondía?<br />

Oteamos campos y vaguadas. Inútil. Era como si se lo hubiera tragado la<br />

tierra.<br />

Y, preocupados, nos dispusimos a rematar aquel tramo <strong>de</strong>l viaje. En breve<br />

divisaríamos el cruce <strong>de</strong> Jaraba.<br />

¿Volveríamos a encontrarlo? En ese supuesto, ¿qué hacíamos?<br />

Y sin querer nos enzarzamos en una difícil y esquinada polémica.<br />

Admitiendo la remota posibilidad <strong>de</strong> que se uniera a nosotros, ¿qué papel nos<br />

reservaba el Destino?<br />

Aquello no estaba previsto...<br />

Eliseo, compasivo, no puso reparos.<br />

-¿Qué mal pue<strong>de</strong> haber en que nos acompañe? Quizá sea positivo para todos...<br />

Me opuse.<br />

La misión nos obligaba a permanecer libres y sin compromiso alguno. Y<br />

136

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!